Cambia Un Día, Cambia Tu VidaSample
Comienza cada día con Dios
La manera en la que comienzas tu día puede determinar cómo tu día continuará. Comienza cada día con Dios. Los expertos dicen que se puede condicionar el día entero de acuerdo a los primeros cinco minutos luego de que nos levantamos y los últimos cinco minutos antes de acostarnos. Como dice el salmista, alaba al Señor en la mañana y en la noche.
He decidido no levantarme inmediatamente cada mañana cuando me despierto. En cambio, paso los primeros cinco a diez minutos conectando con la presencia del Señor Jesucristo, habitando en la presencia del Altísimo. Habitar significa hacer habitación, vivir. No es aparecer de vez en cuando. Debemos anhelar la presencia del Señor cada mañana. Debemos invitar la presencia de Jesucristo a nuestras habitaciones y a nuestros corazones cuando nos despertamos en la mañana.
Nuestros cuerpos físicos se ensucian diariamente; es por esa razón que nos duchamos todos los días. De similar manera, nuestras almas se ensucian diariamente. Pequeños agravios, falta de perdón, enojos, ansiedad: todo esto necesita ser limpiado de nuestras almas. Debemos dejar esas cosas atrás al final de cada día. Cambiar el comienzo y el fin de cada día, cambiará nuestros días y nuestras vidas.
De igual importancia es el planificar cada día. Es raro que pasen cosas buenas a no ser que las pensemos y hagamos que sucedan. Debemos confiar en Dios para que nos guie. Uno de los más grandes pensadores de la historia de los Estados Unidos, Ralph Waldo Emerson, alguna vez dijo: “Todo lo que he visto me enseña a confiar en el Creador por todo lo que no he visto”.
Nosotros podemos planear, pero Dios dirige nuestros pasos. Debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué es lo más importante para hacer y lograr el día de hoy? Despierta con Dios, ve y haz lo mejor en todo, y confía en que Dios solucionará todas las cosas. Él dirige nuestros pasos. ¡Qué declaración tan poderosa de parte de Dios!
About this Plan
No podemos vivir para el ayer, porque ya ha pasado. No podemos vivir para el futuro, porque todavía no ha llegado. El único momento en el tiempo que tenemos es hoy y ahora. Solo tenemos el día de hoy. Necesitamos cambiar nuestra perspectiva y pensar en términos de: “¿Qué puedo hacer hoy?”. Si podemos cambiar nuestro hoy, podemos cambiar nuestra vida entera.
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