CAMINO A CASA: ¿A DÓNDE PERTENEZCO?Sample
8. La nueva casa. Apocalipsis 21:1-4
Apocalipsis 21:1-4 describe el futuro hogar del creyente. Algo realmente hermoso. No sólo una ciudad hermosa, sino una morada y una compañía inmejorables. Dibuja en nuestra mente el mejor de los consuelos y la mayor de las tranquilidades: ni muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor. ¡Aleluya! ¡Qué gozo saber que nuestra última casa está llena de Dios y sus bondades! ¡Qué descanso saber que estaremos exentos de todo lo malo en nuestro hogar definitivo!
En este último tiempo he sabido lo que es comprar una casa. Mi esposa y yo, teníamos claro que descartábamos los pisos, pero había otros factores en los que no nos poníamos de acuerdo. Y al comprarla de segunda mano, aunque estemos agradecidos a Dios, (1)no es la casa ideal soñada por los dos.
Esa casa ideal, valdría mucho más de lo que nos podemos permitir.
Esto me lleva a pensar en lo que menos me gusta de mi casa: que todavía (2)hay que pagarla. Durante 25 años, la casa será, en un alto porcentaje, también de alguien que no es de la familia: ¡El banco! Ellos pagaron mi casa al antiguo dueño y yo les tengo devolver el importe de la casa más los intereses que acordamos, mes tras mes.
No sólo que no sea la casa ideal y que todavía está por pagar, sino que además, (3)no estamos exentos de que nos sucedan cosas malas en ella. Tenemos seguro contra robo o inundación. Pero no nos aseguran que no lo haya... Tampoco me la vendieron con un seguro extra anti-enfados. Tampoco lleva un kit de felicidad total y a veces la casa puede llegar a ser un lugar difícil en que convivir con la familia. Aún siguiendo el plan divino e intentando disfrutar de la casa y el hogar que componemos como familia, no estamos exentos de enfermedades, injusticias o noticias terribles.
Alguien podría decirme: ¡Qué imposible parece vivir felizmente en esta vida! ¿Siempre tenemos que vivir expuestos a lo malo de una manera u otra? ¿Cuándo se puede disfrutar de una felicidad completa? ¿Habrá un sitio ideal, que no haya que pagar y en el que no sucedan cosas malas? A lo que yo contestaría: Si lo hay amigo. Ese lugar existe. Se llama cielo. (1) Es ideal. (2) Jesús lo pagó por ti. (3) Y, allí, no hay nada malo.
Ese es el verdadero hogar que, sin saberlo, la humanidad siempre ha anhelado. Desde que acepté a Jesús, sé que me espera esa casa en los cielos y vivo sabiendo que este mundo de sufrimiento es sólo un lugar de tránsito hacia mi verdadera morada, que es el cielo; el lugar al que pertenezco.
Israel Montes
Acción de gracias:
-Gracias, Señor, por la morada que estás preparando para cuando vayamos.
-Nuestros corazones se llenan de agradecimiento y expectación al saber que contemplaremos tu gloria para siempre.
-Queremos agradecer eternamente la Cruz y el Sacrificio que Jesús hizo para que podamos creer en Él, seguir sus pisadas y llegar a dónde Él está sentado, esperándonos.
Confesión:
-Reconocemos con pesar que desesperamos fácilmente con las luchas cotidianas y no valoramos lo que nos has dado: esa verdadera morada dónde no habrá sufrimiento.
- Nos arrepentimos y lamentamos las ocasiones que desperdiciamos al no hablar de ese lugar que nos espera al aceptar el regalo de Dios.
Peticiones:
-Queremos proclamar con valentía a la humanidad que existe una morada eterna para todo aquel que cree en Jesús.
-Anhelamos brillar como estrellas, mostrando una esperanza eterna. Esa que tenemos desde el momento que Jesús nos mostró el camino que llega a esa casa celestial.
-Pedimos, como iglesia y como esposa, que vengas pronto, Señor Jesús.
Scripture
About this Plan
Devocional de 8 días que nos hablan de nuestra identidad y destino. Este plan sirve de guía para la Semana Universal de Oración (SUO) 2020. Autores: Samuel Alonso, Timoteo Glasscock, Oscar Pérez, Oliver Py, Rosa Barrachina, Edith Vilamajó, Manuel Diaz e Israel Montes; diseñado y supervisado por José Hutter e Israel Montes, presidentes de los Grupos de Teología y Oración de la AEE respectivamente.
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