Dios en nuestras oracionesSample
Seguimos con la oración de Jeremías, debo recordarles, que al momento de hacer esta oración, Jeremías está preso, porque había comunicado un mensaje de parte de Dios al rey de Israel, y no le gusto.
Vean que Jeremías no pide su liberación, ni que se haga justicia; primero reconoce y exalta a Dios, reconoce que nada hay imposible para su Dios. Si usted quiere leer completa la oración, puede ir al capítulo 32, le quedará aún más claro lo que estamos analizando en esta reflexión.
Lo segundo que hace Jeremías es describir las acciones de Dios, muestra misericordia a miles, pero también castiga, él ve todo lo que hacen los seres humanos, y da a cada uno lo que merecen sus acciones. En esta parte de la oración, pronuncia el Nombre que el profeta conoce de Dios, “Tu Nombre es Señor de los Ejércitos”, en otras palabras, es el Dios que comanda lo que sucede.
Cuando sabemos cuál es el Nombre del Dios en que hemos confiado, y sabemos que es un Dios justo y compasivo, que actúa con misericordia hacia todo ser humano, pero que a la vez es un Dios Santo, y su Santidad se mira en la justicia que ejecuta; cuando sabemos todo eso, nuestras oraciones cambian; ya no es ¡dame!, no pedimos que Dios castigue, porque nosotros también somos dignos de castigo, ya no pedimos que Dios me de el gane en lo que sea, porque reconocemos que no sabemos qué es lo mejor ni para nosotros, ni para el país, ni para el mundo; ya no pedimos solo para nosotros.
Es ahí, cuando llegamos a ese punto donde aprendemos a decir con reverencia: “¡Que se haga tú voluntad en esta tierra!”, ¡Que se cumplan tus designios!, Tú que conoces el corazón de todos los seres humanos, tú que sabes lo porvenir, ¡que se cumplan tus planes!. ¿Conoces el Nombre de Dios cuando te diriges a Él?
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Acudimos a Dios de todo corazón con nuestras peticiones y esperamos su respuesta...
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