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¿Sabías que hay una diferencia entre tus necesidades y tus deseos? Si bien no hay nada de malo en querer más de lo que realmente necesitas, es importante recordar que Dios promete satisfacer todas nuestras necesidades. De hecho, Él ya cumplió con tu mayor necesidad: la necesidad de relacionarte con Él. Debido a lo que hizo la muerte de Jesús en la cruz para perdonar nuestros pecados, tenemos acceso al Dios que nos creó y nos ama. Cuando te sientas desanimado o temeroso de que Dios no satisfaga tus necesidades, recuerda que no solo ha prometido proveer para ti, sino que ya te ha dado a Jesús para satisfacer tu necesidad más profunda. Tómate un tiempo esta semana para alabar a Dios. Tal vez sea escuchando música, escribiendo en un diario o simplemente orando, agradece a Dios por satisfacer sus necesidades a través de Jesús.