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El Credo de los Apóstoles: La IglesiaSample

El Credo de los Apóstoles: La Iglesia

DAY 8 OF 14

La Iglesia visible: Hebreos 10:29

En cualquier momento, la iglesia visible incluye a todos los que regularmente se reúnen y forman parte de una iglesia, independientemente de la condición de sus corazones. Hay diversas maneras en que la gente puede llegar a ser contada como parte de la iglesia visible. Ellos pueden ser confirmados en el pacto de Dios, como por el bautismo en el Nuevo Testamento, o la circuncisión en el Antiguo Testamento. O ellos pueden tener o profesar una fe en Cristo. En las iglesias que no mantienen una membrecía oficial, o que no practican ritos que confirman el pacto como el bautismo, pueden ser contados como miembros del pacto simplemente porque regularmente se someten a la enseñanza de la iglesia. O, como Pablo lo enseñó en 1 de Corintios 7:14, ellos pueden simplemente tener un cónyuge o padre creyente.

Por ejemplo, en el Antiguo Testamento, la nación entera de Israel era parte de la iglesia, a pesar de que no todos tenían una fe salvífica. Por lo menos, todos ellos estaban presentes dentro de la nación. Más allá de esto, como Dios había instruido en Génesis 17 todos tenían que haber sido confirmados en el pacto de Dios a través de la circuncisión de los hombres.

En el Nuevo Testamento, observamos algo similar. Cada persona que era parte de las reuniones en la iglesia era contada como parte de la iglesia. Esto incluía a todo aquel que profesaba su fe, los hijos y cónyuges de creyentes, y muchas veces sus siervos y esclavos. Por ejemplo, cuando Pablo escribió las cartas a varias iglesias, él quería que estas cartas se leyeran a todo aquel que estuviera directamente asociado con esas iglesias. Y como podemos ver a través de sus exhortaciones a los cristianos al probarse a sí mismos para ver si realmente tienen fe, Pablo esperaba que hubiera incrédulos dentro de la iglesia. Vemos esto en pasajes como 2 de Corintios 13:5. Jesús también tenía la misma expectación en su parábola del trigo y la cizaña en Mateo 13:24-30, donde él mencionó el no sacar a los incrédulos fuera de la iglesia. También observamos lo mismo en las cartas a las iglesias como en Apocalipsis capítulo 2 y 3, donde Jesús de una forma consistente anima a las iglesias a vencer y a perseverar hasta el final. Y observamos el mismo énfasis en las advertencias en contra de quebrantar el nuevo pacto en pasajes como Hebreos 6:4-8 y 10:29.

Por citar un ejemplo, consideremos las palabras que aparecen en Hebreos 10:29:

¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? (Hebreos 10:29)

En este versículo, el autor de Hebreos indicó que era posible el rechazar a Cristo después de haber sido santificado en el pacto de Dios. Y como el resto del capítulo lo hace claro, el castigo que se menciona aquí es el eterno sufrimiento en el infierno.

Scripture

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