La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2019Sample
Se abrieron mis ojos
pecados pero simplemente no lo veía, estaba espiritualmente ciego. Cuando comprendí el porqué de la cruz, se abrieron mis ojos.
Desde entonces, he notado que al intentar compartir el mensaje del «Cristo crucificado» la gente tiene distintas reacciones. A veces hay gente muy inteligente que simplemente no puede ver (leer 1 Corintios 1:23-25). Por otro lado, me suele sorprender el claro entendimiento que otros demuestran, incluyendo niños muy pequeños. Para quienes logramos verlo, es algo que transforma la vida: «… para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios» (1 Corintios 1:18).
Me resulta fascinante cómo en el pasaje de hoy del Nuevo Testamento, después de que Jesús explicara su muerte, se nos presenta la historia del ciego Bartimeo que recibió la sanación de su vista (Marcos 10:46-52). Dijo a Jesús: «Quiero ver» (v.51). Jesús respondió: «Puedes irte […] tu fe te ha sanado». Inmediatamente recobró la visión y siguió a Jesús (v.52). La palabra utilizada para «sanado» es la misma que se usa en griego para «salvado» (sozo).
¿Y tú? ¿Logras verlo? Los pasajes de hoy nos ayudan a ver la importancia de la muerte de Jesús.
Proverbios 6:12-19
Considera la reacción de Dios ante el mal
No puedes entender por completo la cruz a menos que entiendas por qué fue necesaria.
Considera la reacción hostil de Dios hacia el pecado. El escritor de Proverbios enumera «cosas que el Señor aborrece» y «le son detestables» (v.16): «… los ojos altaneros, la lengua mentirosa, las manos que asesinan a gente inocente, la mente que elabora planes perversos, los pies que corren ansiosos al mal, el testigo falso y mentiroso y el que provoca peleas entre hermanos» (vv.16-19, DHH).
Dios es amor. También es justo y santo. El tipo de pecado enumerado aquí causa un daño enorme a nuestra vida, la vida de los demás y la sociedad. Tomemos, por ejemplo, a una persona «que siembra discordia» (v.19). Piensa cuánto daño puede ejercer una persona que produce división en una familia o en la iglesia, el vecindario o la nación.
El odio de Dios no es como el nuestro: no contiene ningún elemento de malevolencia, mezquindad ni hipocresía sino que es la reacción ante el pecado del Dios que es a la vez todo amor y santo. Su ira es su hostilidad amorosa y santa hacia el mal.
Cuando comprendemos el alcance de la hostilidad de Dios hacia el mal que condujo hacia la cruz, la única respuesta válida que podemos dar es volvernos a Dios en oración para pedir perdón y ayuda.
Señor misericordioso que conoces nuestra lucha para servirte: acude en nuestra ayuda y vuélvenos otra vez a Ti cuando el pecado manche nuestra vida y ensombrezca nuestro corazón, por medio de Jesucristo nuestro Señor (oración colecta de la Iglesia Anglicana para el Miércoles de Ceniza).
Marcos 10:32-52
Considera los resultados de la cruz
Si Jesús te preguntara: «¿Qué quieres que haga por ti?», ¿cuál sería tu respuesta? En este pasaje Jesús realiza esta pregunta dos veces (vv.36,51). Los discípulos dan la respuesta equivocada (v.37) y Bartimeo da la correcta: «Quiero ver» (v.51).
Ciertas personas simplemente no logran verlo. Hay quienes han descrito la muerte de Jesús como «inesperada y trágica». Pero en realidad fue planificada, profetizada y predicha.
Este pasaje en el Evangelio de Marcos (vv.32-34) es la tercera (y más detallada) predicción que Jesús ofreció sobre su muerte. Nos muestra que esperaba su propia muerte e incluso su resurrección (vv.33-34). Su muerte no fue algo inesperado. Fue una decisión deliberada. No terminaría en tragedia sino en triunfo.
Además, tenía una clara comprensión del propósito de su muerte y los resultados de la misma: «Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos» (v.45).
El trasfondo de la comprensión de Jesús sobre su propia muerte incluye Isaías 53, uno de los pasajes sobre el «Siervo Sufriente». Aquí vemos una prueba clara de que Jesús veía su propia muerte como la del «Siervo Sufriente».
- Sufriente
¿Por qué Jesús vino a este mundo? Entendía que el propósito completo de su misión era sufrir. Era la razón por la que «vino» (Marcos 10:45b): a dar su vida por ti y por mí.
- Siervo
Jesús utiliza la expresión «para servir» (v.45a). Se veía a sí mismo como «el siervo». No vino para ser servido sino «para servir». La expresión «para dar su vida» (v.45b) hace eco de las palabras del siervo en Isaías 53:10 («ofreció su vida en expiación») e Isaías 53:12 («derramó su vida hasta la muerte»).
- Salvador
La palabra «rescate» (Marcos 10:45b) se utiliza para prisioneros de guerra y esclavos. Significa el precio pagado por la redención (Números 18:15-16). Se paga para liberar a los cautivos. La muerte de Jesús en la cruz te salva a ti y a mí haciéndonos libres.
- Sustituto
La palabra que se traduce como «por» en Marcos 10:45 es la palabra griega anti que significa «en lugar de» y sugiere la idea de sustitución. Es este concepto de sufrimiento en nuestro lugar que se encuentra en Isaías 53. Al usar estas palabras Jesús mostró que creía que su muerte no era accidental ni por su propio pecado, sino un sufrimiento «en lugar de» otros, quienes de no ser por ella hubieran tenido que sufrir.
La palabra «muchos» (Marcos 10:45) se usa en Isaías 53:11-12 para describir a los beneficiarios del sacrificio del siervo. Es la palabra clave en Isaías 53.
Más aun, Jesús entendía su propia muerte a la luz de la metáfora de la copa (Marcos 10:38) presente en el Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento habla de la copa de la «ira» de Dios contra el pecado. Jesús habla de «la copa que yo bebo» (v.38). Se vio a sí mismo bebiendo en nuestro lugar de la copa de la reacción hostil de Dios contra el pecado.
Por su muerte y resurrección, Jesús derrotó al pecado, al mal y a la muerte. Como resultado, podemos ser perdonados, liberados de la culpa, la vergüenza y las adicciones. Puedes estar seguro del triunfo final del bien sobre el mal. No tienes por qué temer al futuro. La muerte misma ha sido derrotada.
Cuando Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué quieren que haga por ustedes?» estos dieron una respuesta incorrecta. Querían posición (v.37). Para los líderes cristianos siempre es una tentación competir entre ellos por alcanzar una posición más prominente.
Somos llamados a seguir a Jesús, servirlo a Él y servirnos los unos a los otros. La ambición espiritual no es algo malo, pero es posible tener el tipo incorrecto de ambición. Podría ser algo tan sutil como buscar nuestra propia gloria en lugar de ambicionarla para Jesús. Él dice: «… el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor» (v.43).
Por supuesto, para la mayoría de nosotros, la mayor parte del tiempo nuestras motivaciones están mezcladas. Cuando somos tentados, como los discípulos, a buscar nuestra propia posición, proyección, promoción, paga y popularidad, Jesús nos dice seis palabras: «… entre ustedes no debe ser así» (v.43). Somos llamados a servir porque el servicio es el patrón de Jesús.
Las vestiduras del auténtico discipulado no son túnicas de color púrpura de un emperador sino la corona de espinas de nuestro Salvador. Consiste en la cruz, no en un trono. Es una vida entregada por los demás.
Sigamos el ejemplo de Bartimeo, quien clamó a Jesús implorando misericordia (v.47). Jesús siempre responde cuando clamamos pidiendo misericordia. Bartimeo pidió recuperar la vista. Se le abrieron los ojos y vio a Jesús.
Pide hoy a Dios que abra tus ojos para ver a Jesús y entender todo lo que ha hecho en tu favor al morir en la cruz por ti.
Señor, abre mis ojos para verte de forma más clara, amarte con más devoción y seguirte mucho más de cerca (adaptado de la Oración de San Ricardo de Chichester.)
Levítico 5:14-7:10
Considera el motivo de su muerte
De nuevo, vemos aquí el trasfondo de la comprensión de Jesús sobre su propia muerte. El «sacrificio por la culpa», conllevaba pagar una «pena» (5:15) por el pecado la cual llevaba al perdón (v.16) e implica el derramamiento de sangre (7:2). Anticipaba lo que Jesús haría en la cruz por ti y por mí.
A medida que comencé a entender el trasfondo del Antiguo Testamento y la gravedad de mi propio pecado, empecé a comprender más y más la grandeza del sacrificio que Jesús hizo en mi lugar. Cuando cargó en Su propio cuerpo la reacción hostil de Dios por mi pecado, hizo posible que yo fuera perdonado y pudiera experimentar la vida en toda su plenitud.
Mi experiencia fue similar a la del ciego Bartimeo. Mi ceguera no había sido física sino espiritual. Al igual que él, clamé: «Jesús… ten misericordia de mí» (Marcos 10:47-48). Recibí mi vista y seguí a Jesús. No fue algo que ganara por mis méritos. Fue un regalo que recibí por fe, así como Jesús le dijo a Bartimeo: «Puedes irte […] tu fe te ha sanado [salvado]» (v.52).
Señor, gracias por abrir mis ojos para entender la grandeza de Tu sacrificio en mi lugar. Gracias porque nunca podré ganar el perdón sino que solo puedo recibirlo como un don mediante la fe. Ayúdame, como a Bartimeo, a seguirte y dar mi vida en servicio a ti y a los demás.
Pippa Adds
Pippa comenta:
Levítico 6:4
«… será culpable y deberá devolver lo que haya robado, o quitado, o lo que se le haya dado a guardar, o el objeto perdido que niega tener».
Debo confesar que tenemos un montón de paraguas que la gente ha olvidado en la iglesia ¡y nos han resultado increíblemente útiles!
References
Notas:
Common Worship: Services and Prayers for the Church of England, material que se incluye en este servicio © The Archbishops’ Council 2000
Oración de San Ricardo de Chichester (1197-1253), http://www.spck.org.uk/classic-prayers/st-richard-of-chichester/, © SPCK
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Con un estimado de más de 2 millones de usuarios en todo el mundo desde 2009, la Biblia en un año es un excelente plan diario de lectura de la Biblia. Cada día, recibirá una lectura de un Salmo o un Proverbio, una lectura del Nuevo Testamento y una lectura del Antiguo Testamento. Nicky y Pippa Gumbel luego brindan comentarios profundos, destinados a ser leídos junto con la Biblia para proporcionar una nueva comprensión de los textos. Nicky es el vicario de la iglesia HTB en Londres y pionero de Alpha.
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