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Esposos y esposas

Efesios 5:33 resume y concluye uno de los pasajes más importantes sobre el matrimonio en el Nuevo Testamento. La llamada de Dios es clara: esposo, ámala. Esposa, respétalo.

Dios no le dice a su esposo que la ame, si ella merece amor, o que la ame si ella lo respeta. Más bien, el cargo es incondicional: ¡ámala!

Del mismo modo, Dios no le dice a la esposa que lo respete si merece respeto, o que lo respete si él la ama. De nuevo, la llamada es incondicional: ¡respétalo!

Puede ser difícil amar a una esposa que le muestra poco respeto, y puede ser difícil respetar a un marido que demuestra muy poco amor. Pero Dios, puede darnos la gracia para obedecerlo.

El libro «Love and Respect», del Dr. Emerson Eggerichs, relata los resultados de un extenso estudio matrimonial:

El Dr. John Gottman, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Washington, dirigió un equipo de investigación, que pasó veinte años estudiando a dos mil parejas, que habían estado casadas durante veinte o cuarenta años, con la misma pareja. Estas personas, tenían diversos orígenes con ocupaciones y estilos de vida muy diferentes. Pero una cosa era similar: el tono de sus conversaciones. Mientras estas parejas hablaban juntas, casi siempre había lo que Gottman llama «una fuerte corriente oculta de dos ingredientes básicos: amor y respeto». Esto es lo opuesto y antídoto ante el desprecio, que quizás la fuerza más corrosiva en el matrimonio».

¿No es interesante que esta extensa investigación, en una universidad secular nada menos, concluye que los dos elementos vitales del matrimonio son los mismos dos elementos a los que Dios nos llama en el pasaje más importante del Nuevo Testamento sobre el matrimonio?

¿Y no es interesante que el área clave del matrimonio, la prueba de fuego, fuera algo tan simple y mundano como el tono de las conversaciones, un tono de amor y respeto? El amor es más que el tono de nuestras conversaciones, pero aparentemente, nuestro tono es vital.

Maridos, ¿qué pasaría si se concentraran, durante los próximos treinta días, en amar a su esposa con todo su corazón? ¿Qué podría hacer Dios en sus matrimonios?

Esposas, ¿y si se centran, durante los próximos treinta días, en respetar a su esposo con todo su corazón? ¿Qué podría hacer Dios en sus matrimonios?