LAS COSAS PUEDEN CAMBIAR La metamorfosis del almaSample
Invierno
El invierno es una estación que solemos relacionar con las cosas que nos duelen, que nos lastiman y nos hacen sufrir; pero cuando el amor de Dios llega a nuestra vida, deshace las escarchas más frías y trae la esperanza de la primavera cercana.
Si nos fijamos en las características del invierno, nos damos cuenta de que es la estación más fría pero con los días más cortos. Es también la estación menos larga del año. Podemos pensar entonces que cuando atravesemos un invierno emocional, esto también puede aplicarse.
Si bien el invierno no es una temporada emocional agradable, debemos siempre sacar lo bueno de lo que no lo es tanto. Algunos estudios reflejan que en esta época del año se activa la creatividad abstracta (Acta Psychologica - 2014), es decir, las ideas surgen de manera inesperada. Esto significa que aunque estemos en una temporada gris y fría en nuestra vida, Dios naturalmente nos da la inteligencia y la sabiduría para poder sobreponernos a esa estación. Él nos dice en su Palabra que con la prueba viene también la salida (1 Corintios 10:13).
En las pruebas es donde nos forjamos, donde demostramos de qué material estamos hechas, y cuando estas aparecen en nuestra puerta es porque hay algo que tenemos que aprender; algo que debemos cambiar. Generalmente cuando hablamos de cambio pensamos que todo lo que está a nuestro alrededor tiene que cambiar, menos nosotras. Pensamos: «Para transformar mi vida no tendría que haber pasado por tal situación o haber atravesado tal o cual experiencia». Quiero decirte algo: No sigas poniendo tu cambio personal en el exterior, el cambio es de adentro hacia afuera.
¿Cómo es posible lograr un cambio? ¿Cómo puedo salir ilesa del invierno? Todo comienza en el alma. No debes conformarte, hay mucho más para ti. Esta transformación es como la metamorfosis de la mariposa, es un tiempo rudo y feo al principio, pero el resultado es hermoso y milagroso. La oruga no puede escapar de este proceso, naturalmente va a transformarse. Lo mismo pasa con nosotras, no podemos evitar ser transformadas, está en nuestra naturaleza espiritual; Dios así lo quiso. Debemos aprovechar todas las temporadas y apropiarnos de la enseñanza que Él nos da en cada etapa.
No estamos destinadas a un invierno eterno, pero mientras estamos atravesándolo, debemos esperar en Dios, aprovechar ese tiempo para conocerlo, abrazarlo y dejar que Él nos abrace. Entregarle el control de nuestra vida y decirle: «Te necesito ahora más que nunca y, aunque lo sabes, quiero pedirte que dirijas mis pasos en esta tormenta de nieve que no me deja ver». Él quiere acompañarnos.
Procuremos descongelar el frío del invierno en el alma al buscar el calor del Espíritu Santo.
About this Plan
Cada estación del año encierra en sí misma una gran cantidad de vivencias. Todas tienen su encanto, pero estoy segura de que hay algunas que nos gustan más. También el alma tiene sus estaciones, con fríos paralizadores o primaveras llenas de alegrías. En este plan de cinco días aprenderemos que de cada una de ellas hay algo que tomar, pues nos dan una lección muy importante: el poder de la transformación. Te invito a que descubras conmigo en qué estación te encuentras hoy y cómo aprender de ella.
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