La Armadura de Diosနမူနာ

La armadura de Dios

A fin de pelear la batalla de la fe y enfrentar a Satanás, Dios ha dotado a su pueblo con una armadura. Esa armadura guarda una analogía con la armadura / vestimenta del soldado romano. 

De Efesios 6: 14-18 se exponen las herramientas o armas de la armadura de Dios

• Cinturón de la verdad.

• Coraza de justicia.

• Pies equipados con el Evangelio de la paz.

• Escudo de fe.

• Casco de salvación.

• Espada del Espíritu - La Palabra de Dios.

• La oración.

El cinturón de la verdad

Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad... (Efesios 6:14 a)

El cinturón que llevaban los soldados romanos era ancho y servía para mantener la túnica interior en su lugar, a la vez que protegía y daba soporte al cuerpo. Además, era el que sostenía la vaina y sin ella no se podía colocar la espada. El cinturón, pues, ciñe (asegura) todas las otras piezas de nuestra armadura. Así, la verdad de Dios debiera adherirse a nosotros como el cinturón se adhiere al cuerpo. De esa misma forma el cristiano debe conocer la verdad sobre quién es en Jesús y vivir a la luz de esa verdad.

Cómo usar el cinturón

Necesitamos llenar nuestra mente y corazón con la verdad de la palabra de Dios; una verdad que es infalible e inerrable. La palabra de Dios es la verdad. También implica aferrarnos y cultivar una relación estrecha con Jesús quien es la verdad. Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida” (Juan 14:6).

Por otra parte, necesitamos entender que la mente es el campo de batalla de la guerra espiritual con el enemigo. La forma de repeler los ataques, maquinaciones, mensajes del mundo y del enemigo, alimentar nuestra mente con la palabra de Dios y aferrarnos a la verdad que ella contiene, sin argumentar con el enemigo. Proverbios 23:7 dice: "Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él (hombre)". Necesitamos alimentar nuestra mente con la verdad de la palabra de Dios, para fortalecerla y para no dar lugar a las mentiras, falsedades y formas de ver el mundo del enemigo. La palabra de Dios es la verdad: Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad (Juan 17:17)