HECHOS 5
5
Ananías y Safira
1Había un hombre llamado Ananías, quien junto con su mujer Safira, vendió una propiedad. 2Sin embargo, se quedaron con una parte del dinero de la venta y solo entregaron el resto a los apóstoles.
3Pero Pedro le dijo:
– Ananías, ¿por qué permitiste que Satanás#Σατανᾶς (Satanás), sustantivo masculino, primera declinación, cuarta sección, en caso nominativo singular, traduce: Satanás. El término tiene su trasfondo en el arameo antiguo, el hebreo arameizado, y el hebreo vocalizado, actividad que realizaron los masoretas. La raíz verbal es שטן (stn), significa oponerse, obstruir, poner sospecha, destruir, acusar, entre otras connotaciones. Después, esta raíz verbal se convirtió en sustantivo שָּׂטָ֖ן (satán), palabra que también realiza la función de un adjetivo calificativo. Como adjetivo señala cualidades o atributos negativos. Los atributos negativos se imponen a personas o seres espirituales, sean buenos o malos; así, el adjetivo traduce adversario, enemigo, opositor, aquel que pone sospechas. En cuanto a su uso, cuando al adjetivo שָּׂטָ֖ן (satán) le antecede un artículo, se escribe הַשָּׂטָ֖ן (jasatán), la palabra cumple la función de sustantivo, es decir, hace referencia a un personaje específico. Con esta idea, en tiempos antiguos el término usado indicaba la función de fiscal, la cual era un opositor o acusador. En el Antiguo Testamento, tenemos dos pasajes bíblicos: en Zac. 3:1-2 y Job 1:6-7; 2:1-2 citas que mencionan a Jasatán. El término indica a un personaje de la corte celestial que cumple con la función de ser fiscal de la corte, y su trabajo es buscar pruebas para acusar. En el Nuevo Testamento, la palabra Satanás, no se usa en el sentido de un personaje maligno, sino que tiene la connotación de disciplina, prueba, juicio o de purificación, porque en el significado del Antiguo Testamento, Jasatán (el fiscal), se encargaba de buscar pruebas para acusar a alguien y disciplinarlo. El apóstol Pablo en 1 Co. 5:5 usó esta expresión con un sentido de disciplina para restauración. En el Antiguo Testamento, la palabra no se refiere en ningún momento al personaje diabólico que la tradición cristiana ha concebido, sino que en el contexto bíblico se refiere a una figura que es parte de la corte divina y cumple con una tarea. El término griego Σατανᾶς (Satanás) y en latín Satanás influyen para que se transliteren y se usen en el idioma español. En este verso se aplica la función de sustantivo. llenara tu corazón para mentirle al Espíritu Santo y quedarte con una parte del dinero, producto de la venta de la propiedad? 4¿Acaso tú no tenías la autoridad de quedarte con todo el dinero, porque era tu propiedad? ¿Cómo es posible que permitieras en tu corazón esta mentira? No le mentiste a los hombres sino a Dios.
5Al oír estas palabras, Ananías cayó muerto; y todos los que se enteraron de esto se asustaron mucho.
6Unos jóvenes se levantaron, envolvieron el cadáver y lo sacaron para sepultarlo.
7Unas tres horas más tarde, entró su esposa Safira sin saber lo que había ocurrido; 8entonces Pedro le preguntó:
– Dime, ¿vendiste a este precio la propiedad?
Y ella contestó:
– Sí, la vendimos en este precio.
9Y Pedro le respondió a Safira:
– ¿Por qué te pusiste de acuerdo con tu marido, para tentar al Espíritu del Señor? Los mismos que sepultaron a tu esposo, están a la puerta para sacarte y sepultarte.
10Al instante, Safira cayó muerta a los pies de Pedro; los jóvenes entraron, la hallaron muerta y la sacaron para sepultarla al lado de su marido.
11Y un gran temor se apoderó de toda la iglesia y de todos los que escucharon esta historia.
Dios hace señales a través de los apóstoles
12Dios, a través de las manos de los apóstoles, hacía señales y maravillas entre el pueblo; y todos estaban juntos en el pórtico de Salomón.
13Los que no aceptaban la fe cristiana, no se atrevían a unirse a los nuevos creyentes, pero el pueblo estaba muy alegre con lo que estaba sucediendo y los apreciaba.
14Cada día, aumentaba el número de los creyentes en el Señor, había multitudes, tanto hombres como mujeres; 15sacaban a los enfermos a las calles y los ponían en camas y camillas, para que cuando viniera Pedro, al menos su sombra los cubriese a algunos de ellos. 16También venían muchas personas de las ciudades vecinas a Jerusalén, traían a sus enfermos y personas atormentadas por espíritus malignos, y todos eran sanados.
Persecución
17El sumo sacerdote y todos los que estaban con él, que eran del partido de los saduceos, se llenaron de envidia. 18Arrestaron a Pedro y a Juan y los pusieron en la cárcel pública.
19Durante la noche, un ángel del Señor abrió las puertas de la cárcel, los liberó y les dijo:
20– Vayan al templo y hablen al pueblo sobre toda la acción salvífica de Dios en la historia#ῥήματα (rémata), sustantivo neutro, tercera declinación, primera sección, caso nominativo plural, traduce: las palabras, los acontecimientos en la historia, viene del nominativo ῥῆμα (réma) que significa palabra, pero no en sentido de lo que Dios dice, sino en el actuar de Dios, en cómo se manifiesta a través de acontecimientos, sucesos y acciones; forma que se entiende como el hablar de Dios. En la literatura rabínica, en el periodo intertestamentario, se menciona la palabra réma, más que el término logos, su propósito es acentuar la revelación de Dios en la historia. Es por eso que, el judaísmo llama a esta revelación histórica como “Historia de la salvación”, porque Dios actuó en la historia del pueblo para salvarlo. y sobre este nuevo modo de vivir.
21Al escuchar esto, Pedro y Juan entraron al templo al amanecer y comenzaron a enseñar.
Ajenos a esto, se reunieron el sumo sacerdote y los que estaban con él y convocaron al sanedrín y a todo el consejo de líderes religiosos de Israel, y enviaron a la prisión a la policía del templo para que trajesen a los apóstoles.
22Pero cuando llegaron los policías del templo, no encontraron a los apóstoles en la cárcel; regresaron ante el sanedrín e informaron lo sucedido 23diciendo:
– Encontramos la prisión cerrada con toda seguridad y a los guardias en pie custodiando las puertas, pero cuando abrimos, no había nadie adentro.
24Cuando escucharon el informe, tanto el jefe de la policía del templo como los principales sacerdotes estaban sorprendidos sobre lo sucedido, no sabían cómo algo así pudiera haber pasado y en qué terminaría todo eso.
25Mientras tanto alguien se presentó e informó:
– Los apóstoles que ustedes pusieron en la cárcel están en el templo enseñando al pueblo.
26Entonces, el jefe de la policía del templo fue con sus guardias y trajeron a los apóstoles sin ninguna violencia, porque temían que el pueblo se enojara contra ellos.
27Cuando los trajeron, los presentaron ante el sanedrín y el sumo sacerdote les interrogó:
28– Estrictamente les ordenamos que no enseñaran en el nombre de Jesús, y miren lo que han hecho, han llenado a Jerusalén con sus doctrinas y además, nos quieren culpar a nosotros por la sangre de este hombre.
29Pedro y los apóstoles respondieron:
– Es necesario obedecer a Dios más que a los seres humanos. 30El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo en la cruz. 31Dios lo exaltó y lo puso a su derecha como Líder y Salvador, para que Israel se convierta y reciba el perdón de sus pecados. 32Y nosotros somos testigos de estas cosas, y también lo es el Espíritu Santo que Dios ha dado a todos los que lo obedecen.
33Pero ellos, al oírlos, se enfurecieron y querían matarlos. 34Entonces se levantó un fariseo muy importante llamado Gamaliel, maestro de la ley, honrado por todo el pueblo, y ordenó que sacaran a los apóstoles de la reunión por un rato, 35y dirigió la palabra a la asamblea:
– Hombres israelitas, tengan cuidado con lo que pretenden hacer a estos hombres. 36Recuerden que no hace mucho tiempo se levantó un tal Teudas, diciendo que era alguien muy importante, a quien se le unieron muchos hombres, hasta llegar a un número de cuatrocientos, pero él fue muerto, sus seguidores fueron dispersados y acabaron en nada. 37Después de eso, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y arrastró consigo un buen número del pueblo. Él también murió, y sus seguidores terminaron dispersados y esto tampoco tuvo resultados. 38Y ahora les aconsejo: mejor apártense de estos hombres y déjenlos tranquilos, porque si este plan es meramente humano, su obra fracasará. 39Pero si es de Dios, ustedes no podrán destruirlos y se encontrarán luchando contra Dios.
El sanedrín le hizo caso a Gamaliel.
40Así que llamaron a los apóstoles, los azotaron y les ordenaron que no siguieran hablando en el nombre de Jesús. Luego los dejaron en libertad.
41Por su parte, ellos salieron del Consejo llenos de alegría por tener el honor de sufrir por causa del nombre de Jesús.
42Ellos aprovechaban cada segundo, todos los días estaban en el templo y en las casas, enseñando y anunciando el Evangelio que transforma toda la existencia humana, proclamando que Jesús es el Mesías.
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Ευαγγελιο: Traducción Contemporánea de la Biblia.
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