Tito 3:2-11
Tito 3:2-11 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
No deben hablar mal de nadie, ni discutir. Deben ser amables con todos y mostrar humildad en su trato con los demás. Antes, nosotros mismos éramos ignorantes y desobedientes, y andábamos perdidos. Para divertirnos, hacíamos todo lo malo que se nos ocurría. Éramos malvados y envidiosos, y esclavos de esos malos deseos. Todo el mundo nos odiaba, y nosotros también odiábamos a los demás. Pero Dios, nuestro salvador, nos mostró que él es bueno, y que ama a todo el mundo, y nos salvó. Pero no lo hizo porque nosotros hubiéramos hecho algo bueno, sino porque nos ama y quiso ayudarnos. Por medio del poder del Espíritu Santo nos salvó, nos purificó de todos nuestros pecados, y nos dio nueva vida. ¡Fue como si hubiéramos nacido de nuevo! Gracias a Jesucristo, nuestro salvador, Dios nos dio el Espíritu Santo. Por su gran amor, Dios nos aceptó y nos dio la seguridad de que tendremos la vida eterna tan esperada. Esto es verdad, y quiero que insistas en enseñarlo, para que los que confían en Dios se dediquen a hacer lo que es bueno. Estas cosas son buenas y ayudan a todos. Pero no te pongas a discutir acerca de tonterías, ni prestes atención a las leyendas que hablan de nuestros antepasados. No te enojes ni te pelees con nadie, solo por hablar de la ley de Moisés. Esas discusiones son inútiles y no conducen a nada. A los que siempre están peleando en la iglesia, llámales la atención una o dos veces. Si no te hacen caso, apártate de ellos. Puedes estar seguro de que esa gente ha dejado de creer en la verdadera enseñanza, y sus propios pecados demuestran que son culpables.
Tito 3:2-11 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
a no hablar mal de nadie, sino a buscar la paz y ser respetuosos, demostrando plena humildad en su trato con todo el mundo. En otro tiempo también nosotros éramos necios y desobedientes. Estábamos descarriados y éramos esclavos de todo género de pasiones y placeres. Vivíamos en la malicia y en la envidia. Éramos detestables y nos odiábamos unos a otros. Pero cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia, sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo, que él derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Así lo hizo para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser herederos que abrigan la esperanza de recibir la vida eterna. Este mensaje es digno de confianza y quiero que lo recalques, para que los que han creído en Dios se empeñen en hacer buenas obras. Esto es excelente y provechoso para todos. Evita las necias controversias y genealogías, las discusiones y peleas sobre la Ley, porque carecen de provecho y de sentido. Al que cause divisiones, amonéstalo dos veces y después evítalo. Puedes estar seguro de que tal individuo se condena a sí mismo por ser un perverso pecador.
Tito 3:2-11 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
No deben hablar mal de nadie, ni discutir. Deben ser amables con todos y mostrar humildad en su trato con los demás. Antes, nosotros mismos éramos ignorantes y desobedientes, y andábamos perdidos. Para divertirnos, hacíamos todo lo malo que se nos ocurría. Éramos malvados y envidiosos, y esclavos de esos malos deseos. Todo el mundo nos odiaba, y nosotros también odiábamos a los demás. Pero Dios, nuestro salvador, nos mostró que él es bueno, y que ama a todo el mundo, y nos salvó. Pero no lo hizo porque nosotros hubiéramos hecho algo bueno, sino porque nos ama y quiso ayudarnos. Por medio del poder del Espíritu Santo nos salvó, nos purificó de todos nuestros pecados, y nos dio nueva vida. ¡Fue como si hubiéramos nacido de nuevo! Gracias a Jesucristo, nuestro salvador, Dios nos dio el Espíritu Santo. Por su gran amor, Dios nos aceptó y nos dio la seguridad de que tendremos la vida eterna tan esperada. Esto es verdad, y quiero que insistas en enseñarlo, para que los que confían en Dios se dediquen a hacer lo que es bueno. Estas cosas son buenas y ayudan a todos. Pero no te pongas a discutir acerca de tonterías, ni prestes atención a las leyendas que hablan de nuestros antepasados. No te enojes ni te pelees con nadie, solo por hablar de la ley de Moisés. Esas discusiones son inútiles y no conducen a nada. A los que siempre están peleando en la iglesia, llámales la atención una o dos veces. Si no te hacen caso, apártate de ellos. Puedes estar seguro de que esa gente ha dejado de creer en la verdadera enseñanza, y sus propios pecados demuestran que son culpables.
Tito 3:2-11 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Que no difamen a nadie ni sean pendencieros, sino amables; que muestren toda mansedumbre para con todos los hombres. Porque en otro tiempo nosotros también éramos insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de los malos deseos y de diversos deleites; vivíamos en malicia y envidia, nos aborrecían y nos aborrecíamos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, y no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador, para que al ser justificados por su gracia viniéramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Esta es palabra fiel, y en esto quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en las buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. Pero evita las cuestiones necias, las genealogías, las contenciones y las discusiones acerca de la ley, porque son vanas y no son de provecho. Al que cause divisiones, deséchalo después de una y otra amonestación, pues sabrás que tal persona se ha pervertido, y peca y su propio juicio lo condena.
Tito 3:2-11 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Que no hablen mal de nadie, que sean pacíficos y bondadosos, y que se muestren humildes de corazón en su trato con todos. Porque antes también nosotros éramos insensatos y rebeldes; andábamos perdidos y éramos esclavos de toda clase de deseos y placeres. Vivíamos en maldad y envidia, odiados y odiándonos unos a otros. Pero Dios nuestro Salvador mostró su bondad y su amor por la humanidad, y, sin que nosotros hubiéramos hecho nada bueno, por pura misericordia nos salvó lavándonos y regenerándonos, y dándonos nueva vida por el Espíritu Santo. Pues por medio de Jesucristo nuestro Salvador nos dio en abundancia el Espíritu Santo, para que, después de hacernos justos por su bondad, tengamos la esperanza de recibir en herencia la vida eterna. Esto es muy cierto, y quiero que insistas mucho en ello, para que los que creen en Dios se ocupen en hacer el bien. Estas cosas son buenas y útiles para todos. Pero evita las discusiones tontas, las leyendas acerca de los antepasados, las discordias y las peleas por cuestiones de la ley de Moisés. Son cosas inútiles y sin sentido. Si alguien causa divisiones en la iglesia, llámale la atención una y dos veces; pero si no te hace caso, expúlsalo de ella, pues debes saber que esa persona se ha pervertido y que su mismo pecado la está condenando.
Tito 3:2-11 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho. Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio.
Tito 3:2-11 La Biblia de las Américas (LBLA)
que no injurien a nadie, que no sean contenciosos, sino amables, mostrando toda consideración para con todos los hombres. Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia la humanidad, Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo, que Él derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia fuésemos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna. Palabra fiel es esta, y en cuanto a estas cosas quiero que hables con firmeza, para que los que han creído en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles para los hombres. Pero evita controversias necias, genealogías, contiendas y discusiones acerca de la ley, porque son sin provecho y sin valor. Al hombre que cause divisiones, después de la primera y segunda amonestación, deséchalo, sabiendo que el tal es perverso y peca, habiéndose condenado a sí mismo.
Tito 3:2-11 Nueva Traducción Viviente (NTV)
No deben calumniar a nadie y tienen que evitar pleitos. En cambio, deben ser amables y mostrar verdadera humildad en el trato con todos. En otro tiempo nosotros también éramos necios y desobedientes. Fuimos engañados y nos convertimos en esclavos de toda clase de pasiones y placeres. Nuestra vida estaba llena de maldad y envidia, y nos odiábamos unos a otros. Sin embargo, Cuando Dios nuestro Salvador dio a conocer su bondad y amor, él nos salvó, no por las acciones justas que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia. Nos lavó, quitando nuestros pecados, y nos dio un nuevo nacimiento y vida nueva por medio del Espíritu Santo. Él derramó su Espíritu sobre nosotros en abundancia por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Por su gracia él nos hizo justos a sus ojos y nos dio la seguridad de que vamos a heredar la vida eterna. Esta declaración es digna de confianza, y quiero que insistas en estas enseñanzas, para que todos los que confían en Dios se dediquen a hacer el bien. Estas enseñanzas son buenas y de beneficio para todos. No te metas en discusiones necias sobre listas de linajes espirituales o en riñas y peleas acerca de la obediencia a las leyes judías. Todo esto es inútil y una pérdida de tiempo. Si entre ustedes hay individuos que causan divisiones, dales una primera y una segunda advertencia. Después de eso, no tengas nada más que ver con ellos. Pues personas como esas se han apartado de la verdad y sus propios pecados las condenan.