Cantares 3:1-5
Cantares 3:1-5 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Por las noches, sobre mi lecho, busco al amor de mi vida; lo busco y no lo hallo. Me levanto, voy por la ciudad, por sus calles y mercados, buscando al amor de mi vida. Lo busqué y no lo hallé. Me encuentran los centinelas mientras rondan la ciudad. Les pregunto: «¿Han visto ustedes al amor de mi vida?». No bien los he dejado, cuando encuentro al amor de mi vida. Lo abrazo y, sin soltarlo, lo llevo a la casa de mi madre, a la alcoba donde ella me concibió. Yo les ruego, doncellas de Jerusalén, por las gacelas y cervatillas del bosque, que no desvelen ni molesten a mi amada hasta que ella quiera despertar.
Cantares 3:1-5 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
En la oscuridad de la noche busco al amor de mi vida. En la soledad de mi cuarto lo busco y no lo encuentro. Me levanto, recorro la ciudad, voy por calles y mercados, buscando al amor de mi vida. Lo busco y no lo encuentro. Me topo con los guardias, con los que vigilan la ciudad, y les pregunto si han visto al amor de mi vida. Apenas los dejo, encuentro al amor de mi vida. Lo abrazo, no lo suelto, lo llevo a mi casa, ¡lo hago entrar en la habitación donde nací! Mujeres de Jerusalén, quiero que me prometan, por las gacelas y venaditas que corren por el bosque, que no molestarán a mi amada ni la despertarán de su sueño de amor hasta que ella sola se despierte.
Cantares 3:1-5 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Por las noches, en mi lecho, busco al que amo con toda el alma. Lo busco, y no lo encuentro. Me decido a levantarme para rondar por la ciudad, por las calles y avenidas, en busca del que amo con toda el alma. ¡Lo busco, y no lo encuentro! Los guardias, los que rondan la ciudad, me encuentran, y les pregunto si han visto al que amo con toda el alma. ¡Y al poco tiempo de hablar con ellos encuentro al que amo con toda el alma! ¡Lo abrazo, y no lo suelto hasta llevarlo a la casa de mi madre, hasta la alcoba donde fui concebida! Doncellas de Jerusalén, yo les ruego por los corzos y por las ciervas del campo, que no despierten a mi amada, ¡que no interrumpan su sueño, mientras ella se complazca en dormir!
Cantares 3:1-5 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
En mi cama, por las noches, busqué al amor de mi vida. Lo busqué y no lo encontré. Entonces me levanté y recorrí la ciudad buscando al amor de mi vida por las calles y las plazas. Lo busqué y no lo encontré. Pregunté a los guardias que hacen la ronda de la ciudad: «¿No han visto ustedes al amor de mi vida?» Apenas me había alejado de ellos, cuando encontré al amor de mi vida. Lo tomé de la mano, y sin soltarlo lo llevé a las habitaciones de mi madre. Prométanme, mujeres de Jerusalén, por las gacelas y cervatillas del bosque, no interrumpir el sueño de mi amor. ¡Déjenla dormir hasta que quiera despertar!
Cantares 3:1-5 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma; Lo busqué, y no lo hallé. Y dije: Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; Por las calles y por las plazas Buscaré al que ama mi alma; Lo busqué, y no lo hallé. Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, Y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma? Apenas hube pasado de ellos un poco, Hallé luego al que ama mi alma; Lo así, y no lo dejé, Hasta que lo metí en casa de mi madre, Y en la cámara de la que me dio a luz. Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, Por los corzos y por las ciervas del campo, Que no despertéis ni hagáis velar al amor, Hasta que quiera.
Cantares 3:1-5 La Biblia de las Américas (LBLA)
En mi lecho, por las noches, he buscado al que ama mi alma; lo busqué, mas no lo hallé. «Me levantaré ahora, y andaré por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma». Lo busqué, mas no lo hallé. Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, y les dije: «¿Habéis visto al que ama mi alma?». Apenas los había pasado cuando hallé al que ama mi alma; lo agarré y no quise soltarlo, hasta que lo introduje en la casa de mi madre y en la alcoba de la que me concibió. ¶Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén, por las gacelas o por las ciervas del campo, que no levantéis ni despertéis a mi amor, hasta que quiera.
Cantares 3:1-5 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Una noche, mientras estaba en mi cama, suspiré por mi amado; suspiraba por él, pero él no venía. Así que me dije: «Me levantaré y recorreré la ciudad, y buscaré por todas las calles y las plazas. Buscaré a mi amado». Entonces busqué por todas partes pero no lo encontré. Los guardias me detuvieron mientras hacían sus rondas, y yo les pregunté: «¿Han visto ustedes al hombre que amo?». Y apenas me alejé de ellos, ¡encontré a mi amado! Lo tomé y lo abracé con fuerza, y lo llevé a la casa de mi madre, a la cama de mi madre, donde fui concebida. Prométanme, oh mujeres de Jerusalén, por las gacelas y los ciervos salvajes, que no despertarán al amor hasta que llegue el momento apropiado.