Romanos 9:32-33
Romanos 9:32-33 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe, sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo», como está escrito: «Miren, yo pongo en Sión una piedra de tropiezo y una roca que hace caer; pero el que confíe en él no será defraudado».
Romanos 9:32-33 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
¿Y por qué no fueron aceptados? Porque querían que Dios los aceptara por lo que hacían, y no por confiar solo en él. Por eso Cristo fue para ellos como una piedra en la que tropezaron. En la Biblia Dios dijo: «Yo pongo en Jerusalén una roca con la cual muchos tropezarán y caerán. Pero Dios no defraudará a los que confíen en él.»
Romanos 9:32-33 Reina Valera Contemporánea (RVC)
¿Por qué? Porque no la buscaba a partir de la fe, sino a partir de las obras de la ley; y tropezaron en la piedra de tropiezo, como está escrito
Romanos 9:32-33 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
¿Por qué? Porque no se basaban en la fe, sino en sus propios hechos. Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo» que se menciona en la Escritura: «Yo pongo en Sión una roca, una piedra con la cual tropezarán; el que confíe en ella, no quedará defraudado.»
Romanos 9:32-33 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo, como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado.
Romanos 9:32-33 La Biblia de las Américas (LBLA)
¿Por qué? Porque no iban tras ella por fe, sino como por obras. Tropezaron en la piedra de tropiezo, tal como está escrito: HE AQUí, PONGO EN SIóN UNA PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA DE ESCáNDALO; Y EL QUE CREA EN ÉL NO SERá AVERGONZADO.
Romanos 9:32-33 Nueva Traducción Viviente (NTV)
¿Por qué no? Porque trataban de hacerse justos ante Dios por cumplir la ley en lugar de confiar en él. Tropezaron con la gran piedra en su camino. Dios se lo advirtió en las Escrituras cuando dijo: «Pongo en Jerusalén una piedra que hace tropezar a muchos, una roca que los hace caer. Pero todo el que confíe en él jamás será avergonzado».