Romanos 3:27-31
Romanos 3:27-31 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la obediencia de la Ley? No, sino por el de la fe. Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe y no por las obras que la Ley exige. ¿Es acaso Dios solo Dios de los judíos? ¿No lo es también de los no judíos? Sí, también es Dios de los no judíos, pues no hay más que un solo Dios. Él justificará por la fe a los que están circuncidados y, mediante esa misma fe, a los que no lo están. ¿Quiere decir que anulamos la Ley con la fe? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la Ley.
Romanos 3:27-31 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Ante Dios, no tenemos nada de qué estar orgullosos. Pues Dios nos acepta porque confiamos en Jesucristo, y no por obedecer la ley de Moisés. Dios no es solamente Dios de los judíos; en realidad, él es Dios de todos, sean o no judíos. Hay un solo Dios, y es el Dios que acepta a todos los que confían en Jesucristo, sean judíos o no lo sean. Pero si confiamos en Jesús, eso no quiere decir que la ley ya no sirva. Al contrario, si confiamos en él, la ley cobra más valor.
Romanos 3:27-31 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Entonces, ¿dónde está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la ley. ¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los no judíos? Ciertamente, también es Dios de los no judíos. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los que están circuncidados, y por medio de la fe a los que no lo están. Entonces, ¿por la fe invalidamos la ley? ¡De ninguna manera! Más bien confirmamos la ley.
Romanos 3:27-31 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre ante Dios? ¡Queda eliminado! ¿Por qué razón? No por haber cumplido la ley, sino por haber creído. Así llegamos a esta conclusión: que Dios hace justo al hombre por la fe, independientemente del cumplimiento de la ley. ¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de todas las naciones? ¡Claro está que lo es también de todas las naciones, pues no hay más que un Dios: el Dios que hace justos a los que tienen fe, sin tomar en cuenta si están o no están circuncidados! Entonces, ¿con la fe le quitamos el valor a la ley? ¡Claro que no! Más bien afirmamos el valor de la ley.
Romanos 3:27-31 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.
Romanos 3:27-31 La Biblia de las Américas (LBLA)
¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe. Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley. ¿O es Dios el Dios de los judíos solamente? ¿No es también el Dios de los gentiles? Sí, también de los gentiles, porque en verdad Dios es uno, el cual justificará en virtud de la fe a los circuncisos y por medio de la fe a los incircuncisos. ¿Anulamos entonces la ley por medio de la fe? ¡De ningún modo! Al contrario, confirmamos la ley.
Romanos 3:27-31 Nueva Traducción Viviente (NTV)
¿Podemos, entonces, jactarnos de haber hecho algo para que Dios nos acepte? No, porque nuestra libertad de culpa y cargo no se basa en la obediencia a la ley. Está basada en la fe. Así que somos hechos justos a los ojos de Dios por medio de la fe y no por obedecer la ley. Después de todo, ¿acaso Dios es solo el Dios de los judíos? ¿No es también el Dios de los gentiles? Claro que sí. Hay solo un Dios, y él hace justas a las personas —tanto a los judíos como a los gentiles— únicamente por medio de la fe. Entonces, si hacemos énfasis en la fe, ¿eso significa que podemos olvidarnos de la ley? ¡Por supuesto que no! De hecho, solo cuando tenemos fe cumplimos verdaderamente la ley.