Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Romanos 16:1-24

Romanos 16:1-24 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia de Cencreas. Pido que la reciban dignamente en el Señor, como conviene hacerlo entre hermanos en la fe; préstenle toda la ayuda que necesite, porque ella ha ayudado a muchas personas, entre las que me cuento yo. Saluden a Priscila y a Aquila, mis compañeros de trabajo en Cristo Jesús. Por salvarme la vida, ellos arriesgaron la suya. Tanto yo como todas las iglesias de los no judíos les estamos agradecidos. Saluden igualmente a la iglesia que se reúne en la casa de ellos. Saluden a mi querido hermano Epeneto, el primer convertido a Cristo en la provincia de Asia. Saluden a María, que tanto ha trabajado por ustedes. Saluden a Andrónico y a Junías, mis parientes y compañeros de cárcel, destacados entre los apóstoles y convertidos a Cristo antes que yo. Saluden a Amplias, mi querido hermano en el Señor. Saluden a Urbano, nuestro compañero de trabajo en Cristo, y a mi querido hermano Estaquis. Saluden a Apeles, que ha dado tantas pruebas de su fe en Cristo. Saluden a los de la familia de Aristóbulo. Saluden a Herodión, mi pariente. Saluden a los de la familia de Narciso, fieles en el Señor. Saluden a Trifena y a Trifosa, las cuales se esfuerzan trabajando por el Señor. Saluden a mi querida hermana Pérsida, que ha trabajado muchísimo en el Señor. Saluden a Rufo, distinguido creyente en el Señor, y a su madre, que ha sido también como una madre para mí. Saluden a Asíncrito, a Flegonte, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a los hermanos que están con ellos. Saluden a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los hermanos que están con ellos. Salúdense unos a otros con un beso santo. Todas las iglesias de Cristo les mandan saludos. Ruego, hermanos, que se cuiden de los que causan divisiones y dificultades, y van en contra de lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de ellos. Tales individuos no sirven a Cristo nuestro Señor, sino a sus propios deseos. Con palabras suaves y lisonjeras engañan a los ingenuos. Es cierto que ustedes viven en obediencia, lo que es bien conocido de todos y me alegra mucho; pero quiero que sean astutos para el bien e inocentes para el mal. El Dios de paz aplastará muy pronto a Satanás bajo los pies de ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesús sea con ustedes. Saludos de parte de Timoteo, mi compañero de trabajo, como también de Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes. Yo, Tercio, que escribo esta carta, los saludo en el Señor. Saludos de parte de Gayo, de cuya hospitalidad disfrutamos yo y toda la iglesia de este lugar. También mandan saludos Erasto, que es el tesorero de la ciudad, y nuestro hermano Cuarto.

Romanos 16:1-24 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Tengo muchas cosas buenas que decir acerca de Febe, quien es líder en la iglesia de Puerto Cencreas, y ha entregado su vida al servicio del Señor Jesucristo. Recíbanla bien, como debe recibirse a todos los que pertenecen a la gran familia de Dios. Ayúdenla en todo lo que necesite, porque ella ha ayudado a muchos, y a mí también. Les mando saludos a Priscila y a Áquila, que han trabajado conmigo sirviendo a Jesucristo. Por ayudarme, pusieron en peligro sus vidas, así que les estoy muy agradecido, como lo están las iglesias de los cristianos no judíos. Saluden de mi parte a los miembros de la iglesia que se reúne en la casa de ellos. Saluden a mi querido amigo Epéneto, que en la provincia de Asia fue el primero en aceptar a Cristo como su salvador. Saluden a María, que ha trabajado mucho por ustedes. Saluden a Andrónico y a Junia, que son judíos como yo, y que estuvieron en la cárcel conmigo. Son apóstoles bien conocidos, y llegaron a creer en Cristo antes que yo. Saluden a Ampliato, quien gracias a nuestro Señor Jesucristo es un querido amigo mío. Saluden a Urbano, que es un compañero de trabajo en el servicio a Cristo, y también a mi querido amigo Estaquis. Saluden a Apeles, que tantas veces ha demostrado ser fiel a Cristo. Saluden también a todos los de la familia de Aristóbulo. También a Herodión, judío como yo, y a los de la familia de Narciso, que confía mucho en Dios. Saluden a Trifena y a Trifosa, que trabajan para Dios. Saluden a mi querida amiga Pérside, que también ha trabajado mucho para Dios. Les mando saludos a Rufo, que es un distinguido servidor de Cristo, y a su madre, que me ha tratado como a un hijo. Saluden a Asíncrito, a Flegonte, a Hermes, a Patrobas y a Hermas, y a todos los hermanos que están con ellos. Saluden a Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los hermanos que están con ellos. Salúdense entre ustedes con mucho cariño y afecto. Todas las iglesias de Cristo les envían sus saludos. Queridos hermanos, les ruego que se fijen en los que causan pleitos en la iglesia. Ellos están en contra de todo lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de esa gente, porque no sirven a Cristo, nuestro Señor, sino que buscan su propio bien. Hablan a la gente con palabras bonitas, pero son unos mentirosos y engañan a los que no entienden. Todo el mundo sabe que ustedes obedecen a Dios, y eso me hace muy feliz. Quiero que demuestren su inteligencia haciendo lo bueno, y no lo malo. Así el Dios de paz pronto vencerá a Satanás, y lo pondrá bajo el dominio de ustedes. ¡Que Jesús, nuestro Señor, siga mostrándoles su amor! Les envía saludos Timoteo, que trabaja conmigo. También les envían saludos Lucio, Jasón y Sosípatro, que son judíos como yo. Los saluda Gayo, quien me ha recibido en su casa, donde también se reúne la iglesia. También los saludan Erasto, tesorero de la ciudad, y nuestro hermano Cuarto. También yo les envío saludos en el amor de Cristo. Me llamo Tercio, y Pablo me dictó esta carta.

Romanos 16:1-24 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia en Cencrea. Les pido que la reciban en el Señor, como merecen ser recibidos los santos, y que la ayuden en cualquier cosa que necesite de ustedes, porque ha ayudado a muchos, y también a mí mismo. Saluden a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, que arriesgaron su vida por mí. Tanto yo como todas las iglesias de los no judíos les estamos muy agradecidos. Saluden también a la iglesia de su casa. Saluden a mi amado hermano Epeneto, que fue el primer convertido a Cristo en Acaya. Saluden a María, que tanto ha trabajado entre ustedes. Saluden a Andrónico y a Junias, mis parientes y compañeros de prisiones; ellos son muy estimados entre los apóstoles, y se convirtieron a Cristo antes que yo. Saluden a Amplias, a quien amo en el Señor. Saluden a Urbano, nuestro colaborador en Cristo Jesús, y a mi amado hermano Estaquis. Saluden a Apeles, un auténtico cristiano. Saluden a los de la casa de Aristóbulo. Saluden a Herodión, mi pariente, y a los de la casa de Narciso, quienes están en el Señor. Saluden a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saluden a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor. Saluden a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre, que es también la mía. Saluden a Asíncrito, Flegonte, Hermas, Patrobas, Hermes y los hermanos que están con ellos. Saluden a Filólogo y Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los santos que están con ellos. Salúdense unos a otros con un beso santo. Todas las iglesias en Cristo los saludan. Pero les ruego, hermanos, que se cuiden de los que causan divisiones y tropiezos en contra de la enseñanza que ustedes han recibido, y que se aparten de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y con palabras suaves y lisonjeras engañan al corazón de los ingenuos. La obediencia de ustedes ha llegado a ser bien conocida por todos, lo que me llena de alegría por ustedes; pero quiero que sean sabios para el bien, e ingenuos para el mal. Muy pronto el Dios de paz aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes. Reciban saludos de mi colaborador Timoteo y de Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes. Yo, Tercio, que escribí la carta, los saludo en el Señor. Los saluda Gayo, que nos ha hospedado a mí y a toda la iglesia. Los saluda Erasto, el tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes. Amén.

Romanos 16:1-24 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo. Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, que expusieron su vida por mí; a los cuales no solo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles. Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo. Saludad a María, la cual ha trabajado mucho entre vosotros. Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales son muy estimados entre los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo. Saludad a Amplias, amado mío en el Señor. Saludad a Urbano, nuestro colaborador en Cristo Jesús, y a Estaquis, amado mío. Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. Saludad a los de la casa de Aristóbulo. Saludad a Herodión, mi pariente. Saludad a los de la casa de Narciso, los cuales están en el Señor. Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor. Saludad a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre y mía. Saludad a Asíncrito, a Flegonte, a Hermas, a Patrobas, a Hermes y a los hermanos que están con ellos. Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los santos que están con ellos. Saludaos los unos a los otros con ósculo santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo. Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos. Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Os saludan Timoteo mi colaborador, y Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes. Yo Tercio, que escribí la epístola, os saludo en el Señor. Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

Romanos 16:1-24 La Biblia de las Américas (LBLA)

Os recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor de una manera digna de los santos, y que la ayudéis en cualquier asunto en que ella necesite de vosotros, porque ella también ha ayudado a muchos y aun a mí mismo. Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, los cuales expusieron su vida por mí, a quienes no solo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles. Saludad también a la iglesia que está en su casa. Saludad a mi querido hermano Epeneto, que es el primer convertido a Cristo en Asia. Saludad a María, que ha trabajado mucho por vosotros. Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y compañeros de prisión, que se destacan entre los apóstoles y quienes también vinieron a Cristo antes que yo. Saludad a Amplias, mi querido hermano en el Señor. Saludad a Urbano, nuestro colaborador en Cristo, y a mi querido hermano Estaquis. Saludad a Apeles, el aprobado en Cristo. Saludad a los de la casa de Aristóbulo. Saludad a Herodión, mi pariente. Saludad a los de la casa de Narciso, que son del Señor. Saludad a Trifena y a Trifosa, obreras del Señor. Saludad a la querida hermana Pérsida, que ha trabajado mucho en el Señor. Saludad a Rufo, escogido en el Señor, también a su madre y mía. Saludad a Asíncrito, a Flegonte, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a los hermanos con ellos. Saludad a Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, y a Olimpas y a todos los santos que están con ellos. Saludaos los unos a los otros con un beso santo. Todas las iglesias de Cristo os saludan. Y os ruego, hermanos, que vigiléis a los que causan disensiones y tropiezos contra las enseñanzas que vosotros aprendisteis, y que os apartéis de ellos. Porque los tales son esclavos, no de Cristo nuestro Señor, sino de sus propios apetitos, y por medio de palabras suaves y lisonjeras engañan los corazones de los ingenuos. Porque la noticia de vuestra obediencia se ha extendido a todos; por tanto, me regocijo por vosotros, pero quiero que seáis sabios para lo bueno e inocentes para lo malo. Y el Dios de paz aplastará pronto a Satanás debajo de vuestros pies. L a gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Timoteo, mi colaborador, os saluda, y también Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes. Yo, Tercio, que escribo esta carta, os saludo en el Señor. Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia, os saluda. Erasto, el tesorero de la ciudad, os saluda, y el hermano Cuarto. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad