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Apocalipsis 18:3-13

Apocalipsis 18:3-13 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Porque todas las naciones han bebido el excitante vino de su adulterio; los reyes de la tierra cometieron adulterio con ella y los comerciantes de la tierra se enriquecieron a costa de lo que ella despilfarraba en sus lujos». Luego oí otra voz del cielo que decía: «Salgan de ella, pueblo mío, para que no sean cómplices de sus pecados ni los alcance ninguna de sus plagas; pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo y de sus injusticias se ha acordado Dios. Páguenle con la misma moneda; denle el doble de lo que ha cometido, y en la misma copa en que ella preparó bebida mézclenle una doble porción. En la medida en que ella se entregó a la vanagloria y al arrogante lujo denle tormento y aflicción; porque en su corazón se jacta: “Estoy sentada como reina; no soy viuda ni sufriré jamás”. Por eso, en un solo día le sobrevendrán sus plagas: pestilencia, aflicción y hambre. Será consumida por el fuego, porque poderoso es el Señor Dios que la juzga». Cuando los reyes de la tierra que cometieron adulterio con ella y compartieron su lujo vean el humo del fuego que la consume, llorarán de dolor por ella. Aterrorizados al ver semejante castigo, se mantendrán a distancia y gritarán: «¡Ay! ¡Ay de ti, la gran ciudad, Babilonia, ciudad poderosa, porque en una sola hora ha llegado tu juicio!». Los comerciantes de la tierra llorarán y harán duelo por ella, porque ya no habrá quien compre sus mercaderías: artículos de oro, plata, piedras preciosas y perlas; tela de lino fino, color púrpura, telas de seda y color escarlata; toda clase de maderas aromáticas; los más variados objetos, hechos de marfil, de madera preciosa, de bronce, de hierro y de mármol; cargamentos de canela y especias aromáticas; de incienso, mirra y perfumes; de vino y aceite; de harina refinada y trigo; de ganado vacuno y de ovejas; de caballos y carruajes; y hasta de seres humanos, vendidos como esclavos.

Apocalipsis 18:3-13 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

»En todos los países siguieron su ejemplo y adoraron dioses falsos. Lo mismo hicieron los reyes de la tierra. »Los comerciantes del mundo se hicieron ricos, pues ella les compró de todo para satisfacer sus malos deseos.» Entonces oí otra voz del cielo, que decía: «Ustedes son mi pueblo. Salgan de Babilonia, y no pequen como ella, para que no caigan sobre ustedes las terribles plagas que le vendrán. »Son tantos sus pecados que llegan hasta el cielo. ¡Dios no se ha olvidado de ninguno de ellos! »Hagan con ella todo lo malo que ella hizo con otros; háganle pagar el doble de todo lo malo que hizo. »Háganla pasar dos veces por la misma amarga experiencia que otros tuvieron por su culpa. »Ella era muy orgullosa, y le gustaba vivir con grandes lujos; ¡pues ahora háganla sufrir!, ¡dense el lujo de atormentarla! »Porque ella piensa: “Aquí me tienen, sentada en mi trono de reina. No soy viuda, y nunca sufriré.” »Por eso, en un mismo día recibirá todos estos castigos: hambre, sufrimiento y muerte. ¡Será destruida por el fuego, porque el Señor, el Dios todopoderoso, ha decidido castigarla!» Cuando Babilonia arda en llamas, lo lamentarán los reyes del mundo y llorarán por ella. Esos reyes, lo mismo que Babilonia, adoraron a dioses falsos y vivieron a todo lujo. Pero por miedo a ser castigados junto con ella, se mantendrán alejados y dirán: «¡Ay, qué terrible! ¡Pobrecita de ti, gran ciudad de Babilonia, gran ciudad poderosa! ¡En un abrir y cerrar de ojos, Dios decidió castigarte!» También lo lamentarán los comerciantes del mundo, y llorarán, pues ya no habrá quien les compre nada. Porque Babilonia les compraba cargamentos de oro, plata, joyas y perlas; cargamentos de ropa hecha de lino fino y de seda, de colores púrpura y rojo; toda clase de maderas finas y olorosas, y objetos de marfil, de bronce, de hierro y de mármol; cargamentos de canela y de especias aromáticas, perfumes y aceites perfumados; cargamentos de vino, aceite, harina fina y trigo; de ganado, ovejas, caballos, carrozas, esclavos y prisioneros de guerra.

Apocalipsis 18:3-13 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Todas las naciones han bebido del ardiente vino de su inmoralidad sexual. Los reyes de la tierra han tenido relaciones sexuales con ella, y los comerciantes de la tierra se han enriquecido gracias a su impresionante prosperidad.» Oí entonces otra voz del cielo, que decía: «Ustedes, los de mi pueblo, salgan de esa ciudad para que no participen de sus pecados ni reciban parte de sus plagas; pues son tantos sus pecados que llegan hasta el cielo, y Dios ha tomado en cuenta sus injusticias. ¡Páguenle ustedes con la misma moneda! ¡Denle a beber en la misma copa el doble de la bebida que ella preparó! ¡Páguenle con tantos tormentos y llanto como el esplendor y las riquezas en que ha vivido! Porque en su corazón dice: “Estoy en mi trono de reina; no soy viuda, y jamás experimentaré el sufrimiento.” Por eso, en un mismo día le sobrevendrán estas tres plagas: la muerte, el llanto y el hambre. Y será consumida por el fuego, porque Dios, el Señor, que la juzga, es poderoso.» Entonces los reyes de la tierra, los que con ella adulteraron y vivieron en deleites, llorarán y harán lamentación cuando vean el humo de su incendio. Sentirán miedo al ver su tormento, y desde lejos dirán: «¡Ay de ti, la grande y poderosa ciudad de Babilonia! ¡Ay de ti, porque en el preciso momento llegó tu castigo!» Y los comerciantes de la tierra llorarán y harán lamentación por ella, porque ya nadie le comprará sus mercaderías ni sus cargamentos de oro, plata, piedras preciosas, perlas, telas de lino fino y seda, de color púrpura y rojo, y toda clase de madera aromática, toda clase de objetos de marfil, y maderas preciosas, cobre, hierro y mármol; canela, especias aromáticas, incienso, mirra, perfumes, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y aun esclavos, que son vidas humanas.

Apocalipsis 18:3-13 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Pues todas las naciones se emborracharon con el vino de su prostitución; los reyes del mundo se prostituyeron con ella, y los comerciantes del mundo se hicieron ricos con su exagerado derroche.» Oí otra voz del cielo, que decía: «Salgan de esa ciudad, ustedes que son mi pueblo, para que no participen en sus pecados ni los alcancen sus calamidades; pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios ha tenido presentes sus maldades. Denle lo mismo que ella ha dado a otros; páguenle el doble de lo que ha hecho; mézclenle una bebida dos veces más fuerte que la que ella mezcló para otros; denle tormento y sufrimiento en la medida en que se entregó al orgullo y al derroche. Pues dice en su corazón: “Aquí estoy sentada como una reina. No soy viuda, ni sufriré.” Por eso, en un solo día le vendrán sus calamidades: muerte, aflicción y hambre, y será quemada en el fuego; porque poderoso es Dios, el Señor, que la ha condenado.» Los reyes del mundo que se prostituyeron con ella y se entregaron al derroche, llorarán y harán lamentación por ella cuando vean el humo de su incendio. Se quedarán lejos por miedo a su castigo, y dirán: «¡Ay, ay de ti, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad poderosa! Porque en un instante llegó tu castigo.» Los comerciantes del mundo también llorarán y harán lamentación por esa ciudad, porque ya no habrá quien les compre sus cargamentos: cargamentos de oro, plata, piedras preciosas, perlas, telas de lino fino y de seda, de color púrpura y rojo; toda clase de maderas aromáticas; objetos de marfil, de maderas preciosas, de bronce, de hierro y de mármol; cargamentos de canela y especias aromáticas; incienso, perfumes y resinas; vino, aceite, harina fina y trigo; animales de carga, ovejas, caballos, carros y hasta esclavos, que son vidas humanas.

Apocalipsis 18:3-13 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio! Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres.

Apocalipsis 18:3-13 La Biblia de las Américas (LBLA)

Porque todas las naciones han bebido del vino de la pasión de su inmoralidad, y los reyes de la tierra han cometido actos inmorales con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con la riqueza de su sensualidad. Y oí otra voz del cielo que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no participéis de sus pecados y para que no recibáis de sus plagas; porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus iniquidades. Pagadle tal como ella ha pagado, y devolvedle doble según sus obras; en la copa que ella ha preparado, preparad el doble para ella. Cuanto ella se glorificó a sí misma y vivió sensualmente, así dadle tormento y duelo, porque dice en su corazón: «YO estoy SENTADA como REINA, Y NO SOY VIUDA y nunca veré duelo». Por eso, en un solo día, vendrán sus plagas: muerte, duelo y hambre, y será quemada con fuego; porque el Señor Dios que la juzga es poderoso. Y los reyes de la tierra que cometieron actos de inmoralidad y vivieron sensualmente con ella, llorarán y se lamentarán por ella cuando vean el humo de su incendio, mirando de pie desde lejos por causa del temor de su tormento, y diciendo: «¡Ay, ay, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad fuerte!, porque en una hora ha llegado tu juicio». Y los mercaderes de la tierra lloran y se lamentan por ella, porque ya nadie compra sus mercaderías: cargamentos de oro, plata, piedras preciosas, perlas, lino fino, púrpura, seda y escarlata; toda clase de maderas olorosas y todo objeto de marfil y todo objeto hecho de maderas preciosas, bronce, hierro y mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, perfume, mirra, vino, aceite de oliva; y flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos, carros, esclavos y vidas humanas.

Apocalipsis 18:3-13 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Pues todas las naciones han caído debido al vino de su apasionada inmoralidad. Los reyes del mundo cometieron adulterio con ella. Debido a su deseo por lujos excesivos, los comerciantes del mundo se han enriquecido». Después oí otra voz que clamaba desde el cielo: «Pueblo mío, salgan de ella. No participen en sus pecados o serán castigados junto con ella. Pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios se acuerda de sus maldades. Háganle a ella lo que ella les ha hecho a otros. Denle doble castigo por todas sus maldades. Ella preparó una copa de terror para otros, así que preparen el doble para ella. Ella se glorificó a sí misma y vivió rodeada de lujos, ahora denle la misma proporción de tormento y tristeza. Ella se jactó en su corazón, diciendo: “Soy reina en mi trono. No soy ninguna viuda indefensa ni tengo motivos para lamentarme”. Por lo tanto, estas plagas le llegarán en un solo día: la muerte, el lamento y el hambre. Ella será totalmente consumida por el fuego, porque el Señor Dios, quien la juzga, es poderoso». Y los reyes del mundo que cometieron adulterio con ella y disfrutaron de todos sus lujos, se lamentarán por ella cuando vean el humo que sube de sus restos carbonizados. Aterrorizados por su gran tormento, los reyes del mundo se mantendrán a distancia y clamarán: «¡Qué terrible, qué terrible para ti, oh Babilonia, tú, gran ciudad! En un solo instante el juicio de Dios cayó sobre ti». Los comerciantes del mundo llorarán y se lamentarán por ella, porque ya no queda nadie que les compre sus mercaderías. Ella compró grandes cantidades de oro, plata, joyas y perlas; lino de la más alta calidad, púrpura, seda y tela de color escarlata; objetos hechos con la fragante madera de alerce, artículos de marfil y objetos hechos con madera costosa; y bronce, hierro y mármol. También compró canela, especias, especias aromáticas, mirra, incienso, vino, aceite de oliva, harina refinada, trigo, ganado, ovejas, caballos, carretas y cuerpos, es decir, esclavos humanos.

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