Apocalipsis 18:1-8
Apocalipsis 18:1-8 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Después de esto vi a otro ángel que bajaba del cielo. Tenía mucho poder y la tierra se iluminó con su esplendor. Gritó a gran voz: «¡Ha caído! ¡Ha caído la gran Babilonia! Se ha convertido en morada de demonios y en guarida de todo espíritu maligno, en nido de toda ave impura y de todo animal detestable. Porque todas las naciones han bebido el excitante vino de su adulterio; los reyes de la tierra cometieron adulterio con ella y los comerciantes de la tierra se enriquecieron a costa de lo que ella despilfarraba en sus lujos». Luego oí otra voz del cielo que decía: «Salgan de ella, pueblo mío, para que no sean cómplices de sus pecados ni los alcance ninguna de sus plagas; pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo y de sus injusticias se ha acordado Dios. Páguenle con la misma moneda; denle el doble de lo que ha cometido, y en la misma copa en que ella preparó bebida mézclenle una doble porción. En la medida en que ella se entregó a la vanagloria y al arrogante lujo denle tormento y aflicción; porque en su corazón se jacta: “Estoy sentada como reina; no soy viuda ni sufriré jamás”. Por eso, en un solo día le sobrevendrán sus plagas: pestilencia, aflicción y hambre. Será consumida por el fuego, porque poderoso es el Señor Dios que la juzga».
Apocalipsis 18:1-8 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Después de esto vi a otro ángel que bajaba del cielo. Tenía mucho poder y la tierra se iluminó con su esplendor. Gritó a gran voz: «¡Ha caído! ¡Ha caído la gran Babilonia! Se ha convertido en morada de demonios y en guarida de todo espíritu maligno, en nido de toda ave impura y de todo animal detestable. Porque todas las naciones han bebido el excitante vino de su adulterio; los reyes de la tierra cometieron adulterio con ella y los comerciantes de la tierra se enriquecieron a costa de lo que ella despilfarraba en sus lujos». Luego oí otra voz del cielo que decía: «Salgan de ella, pueblo mío, para que no sean cómplices de sus pecados ni los alcance ninguna de sus plagas; pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo y de sus injusticias se ha acordado Dios. Páguenle con la misma moneda; denle el doble de lo que ha cometido, y en la misma copa en que ella preparó bebida mézclenle una doble porción. En la medida en que ella se entregó a la vanagloria y al arrogante lujo denle tormento y aflicción; porque en su corazón se jacta: “Estoy sentada como reina; no soy viuda ni sufriré jamás”. Por eso, en un solo día le sobrevendrán sus plagas: pestilencia, aflicción y hambre. Será consumida por el fuego, porque poderoso es el Señor Dios que la juzga».
Apocalipsis 18:1-8 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Después de esto, vi que del cielo bajaba otro ángel. Tenía mucha autoridad, y era tanto su brillo que la tierra se iluminó con su resplandor. Gritaba con fuerte voz: «¡Por fin cayó la gran Babilonia! Ahora es casa de demonios, escondite de malos espíritus, nido de todas las aves y cueva de todas las fieras que odiamos y no debemos comer. »En todos los países siguieron su ejemplo y adoraron dioses falsos. Lo mismo hicieron los reyes de la tierra. »Los comerciantes del mundo se hicieron ricos, pues ella les compró de todo para satisfacer sus malos deseos.» Entonces oí otra voz del cielo, que decía: «Ustedes son mi pueblo. Salgan de Babilonia, y no pequen como ella, para que no caigan sobre ustedes las terribles plagas que le vendrán. »Son tantos sus pecados que llegan hasta el cielo. ¡Dios no se ha olvidado de ninguno de ellos! »Hagan con ella todo lo malo que ella hizo con otros; háganle pagar el doble de todo lo malo que hizo. »Háganla pasar dos veces por la misma amarga experiencia que otros tuvieron por su culpa. »Ella era muy orgullosa, y le gustaba vivir con grandes lujos; ¡pues ahora háganla sufrir!, ¡dense el lujo de atormentarla! »Porque ella piensa: “Aquí me tienen, sentada en mi trono de reina. No soy viuda, y nunca sufriré.” »Por eso, en un mismo día recibirá todos estos castigos: hambre, sufrimiento y muerte. ¡Será destruida por el fuego, porque el Señor, el Dios todopoderoso, ha decidido castigarla!»
Apocalipsis 18:1-8 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Después de esto vi que otro ángel bajaba del cielo; el poder que tenía era muy grande, y su gloria iluminaba la tierra. El ángel gritó con fuerte voz: «¡Ya ha caído! ¡Ya ha caído la gran Babilonia! Se ha convertido en refugio de demonios, en guarida de todo espíritu impuro; ¡está habitada por toda clase de aves inmundas y aborrecibles! Todas las naciones han bebido del ardiente vino de su inmoralidad sexual. Los reyes de la tierra han tenido relaciones sexuales con ella, y los comerciantes de la tierra se han enriquecido gracias a su impresionante prosperidad.» Oí entonces otra voz del cielo, que decía: «Ustedes, los de mi pueblo, salgan de esa ciudad para que no participen de sus pecados ni reciban parte de sus plagas; pues son tantos sus pecados que llegan hasta el cielo, y Dios ha tomado en cuenta sus injusticias. ¡Páguenle ustedes con la misma moneda! ¡Denle a beber en la misma copa el doble de la bebida que ella preparó! ¡Páguenle con tantos tormentos y llanto como el esplendor y las riquezas en que ha vivido! Porque en su corazón dice: “Estoy en mi trono de reina; no soy viuda, y jamás experimentaré el sufrimiento.” Por eso, en un mismo día le sobrevendrán estas tres plagas: la muerte, el llanto y el hambre. Y será consumida por el fuego, porque Dios, el Señor, que la juzga, es poderoso.»
Apocalipsis 18:1-8 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Después de esto, vi otro ángel que bajaba del cielo; tenía mucha autoridad, y la tierra quedó iluminada con su resplandor. Con fuerte voz gritaba: «¡Ya cayó, ya cayó la gran Babilonia! ¡Se ha vuelto vivienda de demonios, guarida de toda clase de espíritus impuros, nido de toda clase de aves impuras y de fieras impuras y odiosas! Pues todas las naciones se emborracharon con el vino de su prostitución; los reyes del mundo se prostituyeron con ella, y los comerciantes del mundo se hicieron ricos con su exagerado derroche.» Oí otra voz del cielo, que decía: «Salgan de esa ciudad, ustedes que son mi pueblo, para que no participen en sus pecados ni los alcancen sus calamidades; pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios ha tenido presentes sus maldades. Denle lo mismo que ella ha dado a otros; páguenle el doble de lo que ha hecho; mézclenle una bebida dos veces más fuerte que la que ella mezcló para otros; denle tormento y sufrimiento en la medida en que se entregó al orgullo y al derroche. Pues dice en su corazón: “Aquí estoy sentada como una reina. No soy viuda, ni sufriré.” Por eso, en un solo día le vendrán sus calamidades: muerte, aflicción y hambre, y será quemada en el fuego; porque poderoso es Dios, el Señor, que la ha condenado.»
Apocalipsis 18:1-8 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.
Apocalipsis 18:1-8 La Biblia de las Américas (LBLA)
Después de esto vi a otro ángel descender del cielo, que tenía gran poder, y la tierra fue iluminada con su gloria. Y clamó con potente voz, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en guarida de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino de la pasión de su inmoralidad, y los reyes de la tierra han cometido actos inmorales con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con la riqueza de su sensualidad. Y oí otra voz del cielo que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no participéis de sus pecados y para que no recibáis de sus plagas; porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus iniquidades. Pagadle tal como ella ha pagado, y devolvedle doble según sus obras; en la copa que ella ha preparado, preparad el doble para ella. Cuanto ella se glorificó a sí misma y vivió sensualmente, así dadle tormento y duelo, porque dice en su corazón: «YO estoy SENTADA como REINA, Y NO SOY VIUDA y nunca veré duelo». Por eso, en un solo día, vendrán sus plagas: muerte, duelo y hambre, y será quemada con fuego; porque el Señor Dios que la juzga es poderoso.
Apocalipsis 18:1-8 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Después de todo esto vi que otro ángel bajaba del cielo con gran autoridad, y la tierra se iluminó con su resplandor. Dio un fuerte grito: «¡Ha caído Babilonia, cayó esa gran ciudad! Se ha convertido en una casa para los demonios. Es una guarida para todo espíritu inmundo, un nido para todo buitre repugnante y una cueva para todo animal sucio y espantoso. Pues todas las naciones han caído debido al vino de su apasionada inmoralidad. Los reyes del mundo cometieron adulterio con ella. Debido a su deseo por lujos excesivos, los comerciantes del mundo se han enriquecido». Después oí otra voz que clamaba desde el cielo: «Pueblo mío, salgan de ella. No participen en sus pecados o serán castigados junto con ella. Pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios se acuerda de sus maldades. Háganle a ella lo que ella les ha hecho a otros. Denle doble castigo por todas sus maldades. Ella preparó una copa de terror para otros, así que preparen el doble para ella. Ella se glorificó a sí misma y vivió rodeada de lujos, ahora denle la misma proporción de tormento y tristeza. Ella se jactó en su corazón, diciendo: “Soy reina en mi trono. No soy ninguna viuda indefensa ni tengo motivos para lamentarme”. Por lo tanto, estas plagas le llegarán en un solo día: la muerte, el lamento y el hambre. Ella será totalmente consumida por el fuego, porque el Señor Dios, quien la juzga, es poderoso».