Apocalipsis 11:6-13
Apocalipsis 11:6-13 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Estos testigos tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva mientras estén profetizando; además, tienen poder para convertir las aguas en sangre y para azotar la tierra, cuantas veces quieran, con toda clase de plagas. Ahora bien, cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra, los vencerá y los matará. Sus cadáveres quedarán tendidos en la plaza de la gran ciudad, llamada en sentido figurado Sodoma y Egipto, donde también fue crucificado su Señor. Y gente de todo pueblo, tribu, lengua y nación contemplará sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirá que se les dé sepultura. Los habitantes de la tierra se alegrarán de su muerte y harán fiesta e intercambiarán regalos, porque estos dos profetas los atormentaban. Pasados los tres días y medio, entró en ellos un aliento de vida enviado por Dios; se pusieron de pie y quienes los observaban quedaron sobrecogidos de terror. Entonces los dos testigos oyeron una potente voz del cielo que decía: «Suban acá». Y subieron al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos. En ese mismo instante se produjo un violento terremoto y se derrumbó la décima parte de la ciudad. Perecieron siete mil personas, pero los sobrevivientes, llenos de temor, dieron gloria al Dios del cielo.
Apocalipsis 11:6-13 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Ellos tienen poder para hacer que no llueva durante los tres años y medio que profetizarán. También tienen poder para hacer que el agua se vuelva sangre, y para hacer que la gente de este mundo sufra toda clase de terribles males. Y pueden hacerlo cuantas veces quieran. Cuando estos dos profetas hayan terminado de anunciar mi verdadero mensaje, el monstruo que sube desde el Abismo profundo peleará contra ellos, y los vencerá y los matará. Sus cuerpos quedarán tirados en la calle principal de la gran ciudad, donde mataron al Señor clavándolo en una cruz. La gente le ha dado a esa ciudad el nombre simbólico de Sodoma, y también la llaman Egipto. Durante tres días y medio, gente de distintos pueblos, razas, idiomas y países verá sus cadáveres, y no dejará que los entierren. Todo el mundo se alegrará de verlos muertos, y se mandarán regalos unos a otros para celebrar su muerte, porque esos dos profetas eran un terrible sufrimiento para aquella gente. Pero después de esos tres días y medio Dios volvió a darles vida, y ellos se pusieron de pie; y todas las personas que los vieron tuvieron mucho miedo. Entonces los dos profetas oyeron una voz fuerte, que les decía: «¡Suban aquí!» Ellos subieron al cielo en una nube, a la vista de todos sus enemigos. En ese mismo instante hubo un gran terremoto, que destruyó la décima parte de la ciudad, y siete mil personas murieron. Los sobrevivientes tuvieron mucho miedo y alabaron a Dios, que está en el cielo.
Apocalipsis 11:6-13 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Ellos tienen poder para cerrar el cielo e impedir que llueva durante los días de su profecía; tienen también poder para convertir el agua en sangre, y para azotar la tierra con toda clase de plagas, todas las veces que quieran. Cuando terminen de dar su testimonio, la bestia que sube del abismo luchará contra ellos y los vencerá, y les dará muerte. Sus cadáveres quedarán tendidos en las calles de la gran ciudad, la que en sentido espiritual se llama Sodoma, y también Egipto, donde el Señor de ellos fue crucificado. Y durante tres días y medio gente de distintos pueblos, tribus, lenguas y naciones verá sus cadáveres, y no permitirá que sean sepultados. Los habitantes de la tierra se alegrarán de la muerte de estos dos profetas; la celebrarán y hasta se harán regalos unos a otros, porque estos dos los habían estado atormentando. Después de tres días y medio, entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se pusieron de pie, y todos los que los vieron se llenaron de temor. Entonces los dos testigos oyeron una fuerte voz del cielo, que les decía: «Suban acá.» Y ellos subieron al cielo en una nube, y sus enemigos los vieron. En ese momento hubo un gran terremoto, y a causa del terremoto se derrumbó la décima parte de la ciudad y murieron siete mil personas. Los demás se llenaron de terror y dieron gloria al Dios del cielo.
Apocalipsis 11:6-13 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Estos testigos tienen poder para cerrar el cielo, para que no llueva durante el tiempo en que estén comunicando su mensaje profético, y también tienen poder para cambiar el agua en sangre y para hacer sufrir a la tierra con toda clase de calamidades, tantas veces como ellos quieran. Pero cuando hayan terminado de dar su testimonio, el monstruo que sube del abismo los atacará, los vencerá y los matará. Sus cadáveres quedarán tendidos en las calles de la gran ciudad donde fue crucificado su Señor, la cual en lenguaje figurado se llama Sodoma, y también Egipto. Y por tres días y medio, gente de distintos pueblos, razas, lenguas y naciones verá sus cadáveres y no dejará que los entierren. Los que viven en la tierra se alegrarán de su muerte. Estarán tan contentos que se harán regalos unos a otros, porque aquellos dos profetas eran un tormento para ellos. Pero al cabo de los tres días y medio, Dios los revivió y se levantaron otra vez, y todos los que los vieron se llenaron de miedo. Entonces los dos testigos oyeron una fuerte voz del cielo, que les decía: «¡Suban acá!» Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos los vieron. En aquel mismo momento hubo un gran terremoto, y a causa del terremoto se derrumbó la décima parte de la ciudad, y siete mil personas murieron. Los que aún quedaron con vida, llenos de miedo alabaron a Dios, que está en el cielo.
Apocalipsis 11:6-13 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran. Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo.
Apocalipsis 11:6-13 La Biblia de las Américas (LBLA)
Estos tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva durante los días en que ellos profeticen; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda suerte de plagas todas las veces que quieran. Cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará. Y sus cadáveres yacerán en la calle de la gran ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado. Y gente de todos los pueblos, tribus, lenguas y naciones, contemplarán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sus cadáveres sean sepultados. Y los que moran en la tierra se regocijarán por ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas atormentaron a los que moran en la tierra. Pero después de los tres días y medio, el aliento de vida de parte de Dios vino a ellos y se pusieron en pie, y gran temor cayó sobre quienes los contemplaban. Entonces oyeron una gran voz del cielo que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los vieron. En aquella misma hora hubo un gran terremoto y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y siete mil personas murieron en el terremoto, y los demás, aterrorizados, dieron gloria al Dios del cielo.
Apocalipsis 11:6-13 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Ellos tienen el poder de cerrar los cielos para que no llueva durante el tiempo que profeticen. También tienen el poder de convertir los ríos y los mares en sangre, y de azotar la tierra cuantas veces quieran con toda clase de plagas. Cuando los testigos hayan terminado de dar su testimonio, la bestia que sube del abismo sin fondo declarará la guerra contra ellos, los conquistará y los matará. Y sus cuerpos quedarán tendidos en la calle principal de Jerusalén, la ciudad que simbólicamente se llama «Sodoma» y «Egipto», la ciudad en la cual su Señor fue crucificado. Y durante tres días y medio, todos los pueblos y todas las tribus, lenguas y naciones se quedarán mirando los cadáveres. A nadie se le permitirá enterrarlos. Los que pertenecen a este mundo se alegrarán y se harán regalos unos a otros para celebrar la muerte de los dos profetas que los habían atormentado. Pero después de tres días y medio, Dios sopló vida en ellos, ¡y se pusieron de pie! El terror se apoderó de todos los que estaban mirándolos. Luego una fuerte voz del cielo llamó a los dos profetas: «¡Suban aquí!». Entonces ellos subieron al cielo en una nube mientras sus enemigos los veían. En ese mismo momento, hubo un gran terremoto que destruyó la décima parte de la ciudad. Murieron siete mil personas en el terremoto, y todos los demás quedaron aterrorizados y le dieron la gloria al Dios del cielo.