Salmos 81:8-16
Salmos 81:8-16 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
»Escucha, pueblo mío, mis advertencias; ¡ay, Israel, si tan solo me escucharas! No tendrás ningún dios extranjero, ni te postrarás ante ningún dios extraño. Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto. Abre bien la boca, y te la llenaré. »Pero mi pueblo no me escuchó; Israel no quiso hacerme caso. Por eso los abandoné a la terquedad de su corazón, para que actuaran como mejor les pareciera. »Si mi pueblo tan solo me escuchara, si Israel quisiera andar por mis caminos, ¡cuán pronto sometería yo a sus enemigos, y volvería mi mano contra sus adversarios! Los que aborrecen al SEÑOR se rendirían ante él, pero serían eternamente castigados. Y a ti te alimentaría con lo mejor del trigo; con miel de la roca te saciaría».
Salmos 81:8-16 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
8 (9) »Israel, pueblo mío, escucha mis advertencias; ¡cómo quisiera que me escucharas! 9 (10) No tengas dioses extranjeros ni los adores. 10 (11) Yo soy tu Dios; yo te saqué de Egipto. Dime qué quieres comer, y te lo daré de sobra. 11 (12) »Pero mi pueblo Israel no quiso prestarme atención. 12 (13) Por eso los dejé que hicieran lo que les diera la gana. 13 (14) »¡Cómo me gustaría que mi pueblo me escuchara! ¡Cómo quisiera que Israel hiciera lo que yo quiero! 14 (15) ¡En muy poco tiempo derrotaría yo a sus enemigos y los aplastaría con mi poder! 15 (16) Los que ahora me odian se rendirían ante mí, y yo los castigaría para siempre. 16 (17) En cambio, a mi pueblo le daría el mejor trigo y de los panales que están en la roca sacaría miel y lo dejaría satisfecho».
Salmos 81:8-16 Reina Valera Contemporánea (RVC)
»Escúchame, pueblo mío, que quiero amonestarte. ¡Cómo quisiera yo, Israel, que me escucharas! No debes tener ningún dios ajeno. No debes inclinarte ante dioses extraños. Yo soy el Señor, tu Dios; yo te saqué de la tierra de Egipto. Abre la boca, y yo te daré de comer. »Pero tú, mi pueblo, no escuchaste mi voz; tú, Israel, no quisiste obedecerme, y por tu obstinación te abandoné para que siguieras tus propios consejos. ¡Ay, pueblo mío! ¡Si me hubieras escuchado! ¡Ay, Israel! ¡Si hubieras seguido mis caminos! ¡En un instante habría derrotado a tus enemigos, y habría descargado mi mano sobre tus adversarios! Los que me aborrecen se me habrían sometido, y yo, el Señor, pondría para siempre fin a sus días. Pero a ti te alimentaría con lo mejor del trigo, y apagaría tu sed con miel extraída de la peña.»
Salmos 81:8-16 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
8 (9) Escucha, pueblo mío, mi advertencia; ¡ojalá me obedezcas, Israel! 9 (10) No tengas dioses extranjeros; no adores dioses extraños. 10 (11) Yo soy el Señor, tu Dios, el que te sacó de la tierra de Egipto; abre tu boca, y yo te satisfaré. 11 (12) »Pero mi pueblo no quiso oírme; ¡Israel no quiso obedecerme! 12 (13) Por eso los dejé seguir con su capricho, y vivieron como mejor les pareció. 13 (14) ¡Si mi pueblo me hubiera escuchado! ¡Si Israel hubiera seguido mis caminos, 14 (15) en un abrir y cerrar de ojos yo habría humillado a sus enemigos y castigado a sus contrarios!» 15 (16) Los que odian al Señor caerían aterrados, y su condenación quedaría sellada. 16 (17) Dios alimentaría a su pueblo con lo mejor del trigo, y con miel silvestre apagaría su sed.
Salmos 81:8-16 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Oye, pueblo mío, y te amonestaré. Israel, si me oyeres, No habrá en ti dios ajeno, Ni te inclinarás a dios extraño. Yo soy Jehová tu Dios, Que te hice subir de la tierra de Egipto; Abre tu boca, y yo la llenaré. Pero mi pueblo no oyó mi voz, E Israel no me quiso a mí. Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; Caminaron en sus propios consejos. ¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo, Si en mis caminos hubiera andado Israel! En un momento habría yo derribado a sus enemigos, Y vuelto mi mano contra sus adversarios. Los que aborrecen a Jehová se le habrían sometido, Y el tiempo de ellos sería para siempre. Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo, Y con miel de la peña les saciaría.
Salmos 81:8-16 La Biblia de las Américas (LBLA)
Oye, pueblo mío, y te amonestaré. ¡Oh Israel, si tú me oyeras! No haya en ti dios ajeno, ni adores a dios extranjero. Yo, el SEÑOR, soy tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto; abre bien tu boca y la llenaré. ¶Pero mi pueblo no escuchó mi voz; Israel no me obedeció. Por eso los entregué a la dureza de su corazón, para que anduvieran en sus propias intrigas. ¡Oh, si mi pueblo me oyera, si Israel anduviera en mis caminos! En un momento yo subyugaría a sus enemigos y volvería mi mano contra sus adversarios. Los que aborrecen al SEÑOR le fingirían obediencia, y el tiempo de su castigo sería para siempre. Pero yo te alimentaría con lo mejor del trigo, y con miel de la peña te saciaría.
Salmos 81:8-16 Nueva Traducción Viviente (NTV)
»Escúchame, pueblo mío, en tanto te doy severas advertencias. ¡Oh Israel, si tan solo me escucharas! Jamás debes tener un dios extranjero; nunca debes inclinarte frente a un dios falso. Pues fui yo, el SEÑOR tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto. Abre bien tu boca, y la llenaré de cosas buenas. »Pero no, mi pueblo no quiso escuchar; Israel no quiso que estuviera cerca. Así que dejé que siguiera sus tercos deseos y que viviera según sus propias ideas. ¡Oh, si mi pueblo me escuchara! ¡Oh, si Israel me siguiera y caminara por mis senderos! ¡Qué rápido sometería a sus adversarios! ¡Qué pronto pondría mis manos sobre sus enemigos! Los que odian al SEÑOR se arrastrarían delante de él; quedarían condenados para siempre. Pero a ustedes los alimentaría con el mejor trigo; los saciaría con miel silvestre de la roca».