Salmos 73:1-16
Salmos 73:1-16 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
En verdad, ¡cuán bueno es Dios con Israel, con los de corazón puro! Yo estuve a punto de caer; poco me faltó para que resbalara. Sentí envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de esos malvados. Ellos no tienen ningún problema; su cuerpo está fuerte y saludable. Libres están de los afanes de la gente; no les afectan los infortunios humanos. Por eso lucen su orgullo como un collar y hacen gala de su violencia. Están que revientan de malicia y hasta se les ven sus malas intenciones. Ellos se burlan, hablan con maldad, y arrogantes oprimen y amenazan. Con la boca increpan al cielo y su lengua se pasea por la tierra. Por eso la gente acude a ellos y bebe sus palabras como agua. Hasta dicen: «¿Cómo puede Dios saberlo? ¿Acaso el Altísimo tiene entendimiento?». Así son los malvados; sin afanarse, aumentan sus riquezas. En verdad, ¿de qué me sirve mantener mi corazón limpio y mis manos lavadas en la inocencia, si todo el día me golpean y de mañana me castigan? Si hubiera dicho: «Voy a hablar como ellos», habría traicionado al linaje de tus hijos. Cuando traté de comprender todo esto, me resultó una carga insoportable
Salmos 73:1-16 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1 (1b) Dios es muy bueno con Israel y con la gente sincera. Yo estuve a punto de pecar; poco me faltó para caer, pues me llené de envidia al ver cómo progresan los orgullosos y los malvados. ¡Tan llenos están de salud que no les preocupa nada! No tienen los problemas de todos; no sufren como los demás. Se adornan con su orgullo y exhiben su violencia. ¡Tan gordos están que los ojos se les saltan! ¡En la cara se les ven sus malos pensamientos! Hablan mal de la gente; ¡de todo el mundo se burlan! Tan grande es su orgullo que solo hablan de violencia. Con sus palabras ofenden a Dios y a todo el mundo. ¡Pero hay gente que los consulta y cree todo lo que dicen! Piensan que el Dios altísimo no lo sabe ni llegará a saberlo. ¡Así son los malvados! ¡No se preocupan de nada, y cada vez son más ricos! ¡De nada me sirvió hacer el bien y evitar los malos pensamientos! ¡Esos malvados me golpean a todas horas! ¡En cuanto amanece me castigan! Si hubiera pensado como los malvados, habría traicionado al pueblo de Dios. Traté de entender esto, pero me resultó muy difícil.
Salmos 73:1-16 Reina Valera Contemporánea (RVC)
¡Ah, Dios es bueno con Israel, con los limpios de corazón! En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; poco faltó para que mis pasos resbalaran. Y es que tuve envidia de los arrogantes, al ver cómo prosperaban esos malvados. Ellos no se acongojan ante la muerte, pues están llenos de vigor. No se afanan ni se ven golpeados como el resto de los mortales. La soberbia es su corona, y la violencia es su vestido. Tan gordos están que los ojos se les saltan; siempre satisfacen los apetitos de su corazón. Entre burlas hacen planes malvados y violentos, y siempre hablan con altanería. Con su boca ofenden al cielo, y con su lengua denigran a la tierra. Por eso el pueblo de Dios se vuelve a ellos, y absorben sus palabras como si bebieran agua. Hasta dicen: «¿Cómo va a saberlo Dios? ¡De esto no se enterará el Altísimo!» ¡Bien puede verse que estos impíos se hacen ricos sin que nada les preocupe! ¡Ah!, pero de nada me ha servido mantener mi corazón y mis manos sin pecado, pues a todas horas recibo azotes y soy castigado todas las mañanas. Si acaso llegara yo a hablar como ellos, estaría traicionando a la generación de tus hijos. Me puse a pensar en esto para entenderlo, pero me resultó un trabajo muy difícil.
Salmos 73:1-16 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
1 (1b) ¡Qué bueno es Dios con Israel, con los de limpio corazón! Un poco más, y yo hubiera caído; mis pies casi resbalaron. Pues tuve envidia al ver cómo prosperan los orgullosos y malvados. A ellos no les preocupa la muerte, pues están llenos de salud; no han sufrido las penas humanas ni han estado en apuros como los demás. Por eso el orgullo es su collar y la violencia su vestido; están tan gordos que los ojos se les saltan, y son demasiadas sus malas intenciones. Con burla, orgullo y descaro, amenazan hacer maldad y violencia; atacan al cielo con sus labios y recorren la tierra con su lengua. Por eso la gente los alaba y no encuentra ninguna falta en ellos. Preguntan: «¿Acaso Dios va a saberlo? ¿Acaso se dará cuenta el Altísimo?» ¡Miren a estos malvados! Con toda tranquilidad aumentan sus riquezas. ¡De nada me sirve tener limpio el corazón y limpiarme las manos de toda maldad! Pues a todas horas recibo golpes, y soy castigado todas las mañanas. Si yo hubiera pensado como ellos, habría traicionado a tus hijos. Traté de comprender esto, pero me fue muy difícil.
Salmos 73:1-16 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón. En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero. No pasan trabajos como los otros mortales, Ni son azotados como los demás hombres. Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia. Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón. Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería. Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra. Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos. Y dicen: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo? He aquí estos impíos, Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas. Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia; Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas. Si dijera yo: Hablaré como ellos, He aquí, a la generación de tus hijos engañaría. Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí
Salmos 73:1-16 La Biblia de las Américas (LBLA)
Ciertamente Dios es bueno para con Israel, para con los puros de corazón. En cuanto a mí, mis pies estuvieron a punto de tropezar, casi resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los impíos. Porque no hay dolores en su muerte, y su cuerpo es robusto. No sufren penalidades como los mortales, ni son azotados como los demás hombres. Por tanto, el orgullo es su collar; el manto de la violencia los cubre. Los ojos se les saltan de gordura; se desborda su corazón con sus antojos. Se mofan, y con maldad hablan de opresión; hablan desde su encumbrada posición. Contra el cielo han puesto su boca, y su lengua se pasea por la tierra. ¶Por eso el pueblo de Dios vuelve a este lugar, y beben las aguas de la abundancia. Y dicen: ¿Cómo lo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo? He aquí, estos son los impíos, y, siempre desahogados, han aumentado sus riquezas. Ciertamente en vano he guardado puro mi corazón y lavado mis manos en inocencia; pues he sido azotado todo el día y castigado cada mañana. ¶Si yo hubiera dicho: Así hablaré, he aquí, habría traicionado a la generación de tus hijos. Cuando pensaba, tratando de entender esto, fue difícil para mí
Salmos 73:1-16 Nueva Traducción Viviente (NTV)
En verdad Dios es bueno con Israel, con los de corazón puro. Pero en cuanto a mí, casi perdí el equilibrio; mis pies resbalaron y estuve a punto de caer, porque envidiaba a los orgullosos cuando los veía prosperar a pesar de su maldad. Pareciera que viven sin problemas; tienen el cuerpo tan sano y fuerte. No tienen dificultades como otras personas; no están llenos de problemas como los demás. Lucen su orgullo como un collar de piedras preciosas y se visten de crueldad. ¡Estos gordos ricachones tienen todo lo que su corazón desea! Se burlan y hablan solo maldades; en su orgullo procuran aplastar a otros. Se jactan contra los cielos mismos, y sus palabras se pasean presuntuosas por toda la tierra. Entonces la gente se desanima y se confunde al tragarse todas esas palabras. «¿Y qué sabe Dios? —preguntan—. ¿Acaso el Altísimo sabe lo que está pasando?». Miren a esos perversos: disfrutan de una vida fácil mientras sus riquezas se multiplican. ¿Conservé puro mi corazón en vano? ¿Me mantuve en inocencia sin ninguna razón? En todo el día no consigo más que problemas; cada mañana me trae dolor. Si yo realmente hubiera hablado a otros de esta manera, habría sido un traidor a tu pueblo. Traté de entender por qué los malvados prosperan, ¡pero qué tarea tan difícil!