Salmos 63:1-3
Salmos 63:1-3 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, sedienta y sin agua. Te he visto en el santuario y he contemplado tu poder y tu gloria. Tu gran amor es mejor que la vida; por eso mis labios te alabarán.
Salmos 63:1-3 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1 (2) Dios mío, tú eres mi Dios. Con ansias te busco desde que amanece, como quien busca una fuente en el más ardiente desierto. 2 (3) ¡Quiero verte en tu santuario, y contemplar tu poder y tu grandeza! 3 (4) Más que vivir, prefiero que me ames. Te alabaré con mis labios.
Salmos 63:1-3 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Dios mío, ¡tú eres mi Dios! Yo te buscaré de madrugada. Mi alma desfallece de sed por ti; mi ser entero te busca con ansias, en terrenos secos e inhóspitos, sin agua, con deseos de ver tu poder y tu gloria, como los he mirado en el santuario. Tu misericordia es mejor que la vida; por eso mis labios te alaban.
Salmos 63:1-3 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
1 (2) ¡Dios mío, tú eres mi Dios! Con ansias te busco, pues tengo sed de ti; mi ser entero te desea, cual tierra árida, sedienta, sin agua. 2 (3) ¡Quiero verte en tu santuario, y contemplar tu poder y tu gloria, 3 (4) pues tu amor vale más que la vida! Con mis labios te alabaré
Salmos 63:1-3 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.
Salmos 63:1-3 La Biblia de las Américas (LBLA)
Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua. Así te contemplaba en el santuario, para ver tu poder y tu gloria. Porque tu misericordia es mejor que la vida, mis labios te alabarán.
Salmos 63:1-3 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua. Te he visto en tu santuario y he contemplado tu poder y tu gloria. Tu amor inagotable es mejor que la vida misma; ¡cuánto te alabo!