Salmos 62:3-4
Salmos 62:3-4 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
¿Hasta cuándo atacarán todos ustedes a un hombre para derribarlo, como si fuera un muro inclinado o una cerca a punto de derrumbarse? Solo quieren derribarlo de su lugar de honor. Se complacen en la mentira: bendicen con la boca, pero maldicen con el corazón. Selah
Salmos 62:3-4 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
3 (4) Ustedes, todos ustedes, ¡ya dejen de atacarme y de querer acabar conmigo! ¡Hasta parezco una pared inclinada, una cerca a punto de caerse! 4 (5) Ustedes solo piensan humillarme. Les encanta decir mentiras: de labios para afuera me expresan buenos deseos, pero en su pensamiento me desean las peores cosas.
Salmos 62:3-4 Reina Valera Contemporánea (RVC)
¿Hasta cuándo harán planes todos ustedes con la intención de derrotar a un solo hombre? ¡Lo ven como pared desplomada! ¡Lo ven como una cerca en el suelo! Conspiran para despojarlo de su grandeza; les agrada decir mentiras; ¡bendicen con los labios, pero maldicen con el corazón!
Salmos 62:3-4 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
3 (4) ¿Hasta cuándo me atacarán ustedes y tratarán de echarme abajo, cual si fuera una pared que se derrumba o una cerca a punto de caer al suelo? 4 (5) Solo piensan en derribarme; su mayor placer es la mentira. Me alaban con los labios, pero me maldicen con el pensamiento.
Salmos 62:3-4 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre, Tratando todos vosotros de aplastarle Como pared desplomada y como cerca derribada? Solamente consultan para arrojarle de su grandeza. Aman la mentira; Con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón. Selah
Salmos 62:3-4 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶¿Hasta cuándo atacaréis a un hombre, vosotros todos, para derribarlo, como pared inclinada, como cerca que se tambalea? Solamente consultan para derribarlo de su eminencia; en la falsedad se deleitan; bendicen con la boca, pero por dentro maldicen. (Selah )
Salmos 62:3-4 Nueva Traducción Viviente (NTV)
¡Cuántos enemigos contra un solo hombre! Todos tratan de matarme. Para ellos no soy más que una pared derribada o una valla inestable. Piensan derrocarme de mi alta posición. Se deleitan en decir mentiras sobre mí. Cuando están frente a mí, me elogian, pero en su corazón me maldicen. Interludio