Salmos 56:9-11
Salmos 56:9-11 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Cuando yo te pida ayuda, mis enemigos retrocederán. Una cosa sé: ¡Dios está de mi parte! Confío en Dios y alabo su palabra; confío en el SEÑOR y alabo su palabra; confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal?
Salmos 56:9-11 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
9 (10) Cuando yo te pida ayuda, mis enemigos saldrán huyendo. Yo estoy seguro, Dios mío, que cuento con tu apoyo. 10 (11) Confío en ti, mi Dios, y te alabo por tus promesas. Confío en ti, Señor, y te alabo por tus promesas. 11 (12) Confío en ti, mi Dios, y ya no siento miedo. ¡Nadie podrá hacerme daño jamás!
Salmos 56:9-11 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El día que yo te pida ayuda mis enemigos serán puestos en fuga, pues yo sé que tú, mi Dios, estás de mi parte. Dios mío, en ti confío y alabo tu palabra; Señor, en ti confío y alabo tu palabra. Confío en ti, mi Dios, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?
Salmos 56:9-11 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
9 (10) Mis enemigos se pondrán en retirada cuando yo te pida ayuda. Yo sé muy bien que Dios está de mi parte. 10 (11) Confío en Dios y alabo su palabra; confío en el Señor y alabo su palabra; 11 (12) confío en Dios y no tengo miedo. ¿Qué me puede hacer el hombre?
Salmos 56:9-11 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare; Esto sé, que Dios está por mí. En Dios alabaré su palabra; En Jehová su palabra alabaré. En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?
Salmos 56:9-11 La Biblia de las Américas (LBLA)
Entonces mis enemigos retrocederán el día en que yo te invoque. Esto sé: que Dios está a favor mío. En Dios, cuya palabra alabo, en el SEÑOR, cuya palabra honro; en Dios he confiado, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?
Salmos 56:9-11 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Mis enemigos emprenderán la retirada cuando yo clame a ti por ayuda. Una cosa sé: ¡Dios está de mi lado! Alabo a Dios por lo que ha prometido; sí, alabo al SEÑOR por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales?