Salmos 36:7-9
Salmos 36:7-9 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
¡cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas. Se sacian de la abundancia de tu casa; les das a beber en el río de tus delicias. Porque en ti está la fuente de la vida y en tu luz podemos ver la luz.
Salmos 36:7-9 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
7 (8) Dios mío, ¡tu amor es incomparable! Bajo tu sombra protectora todos hallamos refugio. 8 (9) Con la abundancia de tu casa nos dejas satisfechos; en tu río de bendiciones apagas nuestra sed. 9 (10) Solo en ti se encuentra la fuente de la vida, y solo en tu presencia podemos ver la luz.
Salmos 36:7-9 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Dios mío, ¡cuán preciosa es tu misericordia! ¡La humanidad se acoge a la sombra de tus alas! En tu templo se sacia de ricos alimentos; tú apagas su sed en un río de aguas deliciosas. En ti se halla el manantial de la vida, y por tu luz podemos ver la luz.
Salmos 36:7-9 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
7 (8) ¡Qué maravilloso es tu amor, oh Dios! ¡Bajo tus alas, los hombres buscan protección! 8 (9) Quedan completamente satisfechos con la abundante comida de tu casa; tú les das a beber de un río delicioso, 9 (10) porque en ti está la fuente de la vida y en tu luz podemos ver la luz.
Salmos 36:7-9 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias. Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz.
Salmos 36:7-9 La Biblia de las Américas (LBLA)
¡Cuán preciosa es, oh Dios, tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de tus alas. Se sacian de la abundancia de tu casa, y les das a beber del río de tus delicias. Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz.
Salmos 36:7-9 Nueva Traducción Viviente (NTV)
¡Qué precioso es tu amor inagotable, oh Dios! Todos los seres humanos encuentran refugio a la sombra de tus alas. Los alimentas con la abundancia de tu propia casa y les permites beber del río de tus delicias. Pues tú eres la fuente de vida, la luz con la que vemos.