Salmos 35:11-20
Salmos 35:11-20 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Se presentan testigos despiadados y me preguntan cosas que yo ignoro. Me devuelven mal por bien y eso me duele en el alma; pues cuando ellos enfermaban yo me vestía de luto, me afligía y ayunaba. ¡Ay, si pudiera retractarme de mis oraciones! Me vestía yo de luto, como por un amigo o un hermano. Afligido, inclinaba la cabeza, como si llorara por mi madre. Pero yo tropecé y ellos se alegraron y a una se juntaron contra mí. Asaltantes que yo no conocía; me calumniaban sin cesar. Me atormentaban, se burlaban de mí y contra mí rechinaban los dientes. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tolerar esto? Libra mi vida, mi única vida, de los ataques de esos leones. Yo te daré gracias en la gran asamblea; ante una multitud te alabaré. No dejes que de mí se burlen mis enemigos traicioneros; no dejes que guiñen el ojo los que me odian sin motivo. Porque no vienen en son de paz, sino que urden mentiras contra la gente apacible del país.
Salmos 35:11-20 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Unos testigos malvados se levantan para acusarme, ¡pero yo no sé nada de lo que me preguntan! Lo que más me duele es que yo los traté bien y ahora ellos me tratan mal. Cuando se enfermaban, yo me afligía por ellos. Tan grande era mi tristeza que no comía ni me arreglaba. Más bien, le pedía a Dios que el enfermo fuera yo. Andaba yo muy triste y con la cabeza inclinada, como si hubiera muerto mi madre, mi hermano o mi amigo. Pero cuando me vieron caído, esos testigos lo festejaron. Como si fueran unos extraños a los que yo no conociera, se pusieron en mi contra y hablaron mal de mí; ¡sus ojos reflejaban odio! Dios mío, ¿no piensas hacer nada? ¡Esos malvados me quieren destruir! ¡Sálvame la vida, que es lo único que tengo! Así te alabaré y te daré gracias delante de todo tu pueblo, tu pueblo fuerte y numeroso. No dejes que me hagan burla mis terribles enemigos; no dejes que se burlen de mí, pues no tienen por qué odiarme. No hablan de vivir en paz, sino que inventan mentiras contra la gente tranquila.
Salmos 35:11-20 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Unos testigos violentos se levantan y me interrogan acerca de cosas que yo ignoro. Me pagan mal el bien que les hice, y eso me duele en el alma. Si estaban enfermos, yo me preocupaba; ayunaba y me vestía de cilicio. ¡Quisiera que mis oraciones volvieran a mí! Yo manifestaba mi tristeza por ellos vistiéndome de luto, como por un hermano; ¡como si hubiera muerto mi propia madre! Pero caí, y ellos se juntaron contra mí; se juntó contra mí gente despreciable, gente que yo no conocía, y me maltrataron sin descanso. ¡Como auténticos truhanes y malvivientes, rechinaban los dientes contra mí! Señor, ¿cuánto más seguirás viendo esto? ¡Salva mi vida de las garras de estos leones! ¡Es la única vida que tengo! Yo hablaré de ti en medio de la multitud; ¡te alabaré delante de todo el pueblo! ¡No dejes que se burlen de mí los que sin causa me ven como enemigo, ni tampoco los que me odian sin motivo, esos que se hacen señas con los ojos! Son gente que no busca la paz, sino que urden planes engañosos en contra de gente inocente.
Salmos 35:11-20 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Se levantan testigos malvados y me preguntan cosas que yo no sé. Me han pagado mal por bien, y esto me causa mucha tristeza; pues cuando ellos se enfermaban yo me afligía por ellos, me ponía ropas ásperas y ayunaba, y en mi interior no dejaba de orar. Andaba yo triste y decaído, como si estuviera de luto por mi madre, por un amigo o por mi propio hermano. Pero cuando caí, todos juntos se rieron de mí; como si fueran gente extraña y desconocida, me maltrataron sin cesar. Me atormentaron, se burlaron de mí, me lanzaron miradas cargadas de odio. Señor, ¿cuánto tiempo seguirás viendo esto? ¡Sálvame la vida, mi única vida, de esos leones que andan rugiendo! Te daré gracias ante tu pueblo numeroso; ¡te alabaré ante la gran multitud! Que no se alegren de mí mis enemigos; que no se guiñen el ojo los que me odian sin razón. Pues ellos no buscan la paz, sino que hacen planes traicioneros contra la gente pacífica del país
Salmos 35:11-20 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Se levantan testigos malvados; De lo que no sé me preguntan; Me devuelven mal por bien, Para afligir a mi alma. Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; Afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se volvía a mi seno. Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba. Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; Se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía; Me despedazaban sin descanso; Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, Crujieron contra mí sus dientes. Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones. Te confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso pueblo. No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, Ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo. Porque no hablan paz; Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.
Salmos 35:11-20 La Biblia de las Américas (LBLA)
Se levantan testigos malvados, y de lo que no sé me preguntan. Me devuelven mal por bien para aflicción de mi alma. Pero yo, cuando ellos estaban enfermos, vestía de cilicio; humillé mi alma con ayuno, y mi oración se repetía en mi pecho. Como por mi amigo, como por mi hermano, andaba de aquí para allá; como el que está de duelo por la madre, enlutado me encorvaba. Pero ellos se alegraron en mi tropiezo, y se reunieron; los agresores, a quienes no conocía, se juntaron contra mí; me despedazaban sin cesar. Como bufones impíos en una fiesta, rechinaban sus dientes contra mí. ¶¿Hasta cuándo, Señor, estarás mirando? Rescata mi alma de sus estragos, mi única vida de los leones. En la gran congregación te daré gracias; entre mucha gente te alabaré. No permitas que se regocijen a costa mía los que injustamente son mis enemigos, ni que guiñen el ojo con malicia los que sin causa me aborrecen. Porque ellos no hablan paz, sino que piensan palabras engañosas contra los pacíficos de la tierra
Salmos 35:11-20 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Testigos maliciosos testifican en mi contra y me acusan de crímenes que desconozco por completo. Me pagan mal por bien y estoy enfermo de desesperación. Sin embargo, cuando ellos se enfermaban, yo me entristecía; me afligía a mí mismo ayunando por ellos, pero mis oraciones no tenían respuesta. Estaba triste como si fueran mis amigos o mi familia, como si me lamentara por mi propia madre. Pero ahora que yo estoy en dificultades, ellos se ponen contentos; con aires de triunfo se unen en mi contra. Me ataca gente que ni siquiera conozco; me calumnian sin cesar. Se burlan de mí y me insultan; me gruñen. ¿Hasta cuándo, oh Señor, te quedarás observando sin actuar? Rescátame de sus ataques feroces. ¡Protege mi vida de estos leones! Después te daré gracias frente a la gran asamblea; te alabaré delante de todo el pueblo. No permitas que mis enemigos traicioneros se regodeen en mi derrota; no permitas que los que me odian sin motivo se deleiten en mi tristeza. No hablan de paz; conspiran contra personas inocentes que no se meten con nadie.