Salmos 147:2-11
Salmos 147:2-11 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Dios ha reconstruido la ciudad de Jerusalén. Dios hizo volver a los israelitas que los babilonios se llevaron prisioneros. Dios sanó las heridas de los que habían perdido toda esperanza. Dios es quien decide cuántas estrellas debe haber, y a todas las conoce. Grande es nuestro Dios, y grande es su poder; ¡su entendimiento no tiene fin! Dios levanta a los humildes, pero humilla a los malvados. Cantemos al son del arpa himnos de gratitud a nuestro Dios. Dios cubre de nubes el cielo. Dios hace llover sobre la tierra. Dios hace que la hierba crezca sobre los cerros. Dios alimenta a los animales salvajes y a los polluelos de los cuervos, cuando le piden de comer. Para Dios, lo que cuenta no es la fuerza del caballo, ni la fuerza del hombre; para él, lo que cuenta es que la gente lo obedezca y confíe en su amor.
Salmos 147:2-11 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
El SEÑOR reconstruye a Jerusalén y reúne a los exiliados de Israel; sana a los de corazón quebrantado y venda sus heridas. Él determina el número de las estrellas y a cada una de ellas llama por su nombre. Excelso es nuestro Señor y grande su poder; su entendimiento es infinito. El SEÑOR sostiene a los humildes, pero a los malvados lanza contra el suelo. Canten al SEÑOR con gratitud; canten salmos a nuestro Dios al son del arpa. Él cubre de nubes el cielo, envía la lluvia sobre la tierra y hace crecer la hierba en los montes. Él alimenta a los ganados y a las crías de los cuervos cuando graznan. Él no se deleita en los bríos del caballo ni se complace en la fuerza del hombre; el SEÑOR se complace en los que le temen, en los que confían en su gran amor.
Salmos 147:2-11 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El Señor reconstruye a Jerusalén, y hace volver a los israelitas desterrados. El Señor reanima a los descorazonados, y sana sus heridas. El Señor creó todas la estrellas del cielo, y a cada una le puso nombre. Nuestro Señor es grande y poderoso, y su sabiduría no tiene límite. El Señor exalta a los humildes, y humilla hasta el polvo a los malvados. ¡Cantemos alabanzas al Señor! ¡Cantemos salmos a nuestro Dios al son del arpa! El Señor cubre de nubes los cielos, y hace que llueva sobre la tierra; el Señor hace crecer la hierba de los montes, da de comer a los ganados, y también a los polluelos de los cuervos, cuando piden. El Señor no se deleita en los caballos briosos, ni se complace en la agilidad de los jinetes; el Señor se complace en los que le honran, y en los que confían en su misericordia.
Salmos 147:2-11 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El Señor reconstruye a Jerusalén y reúne a los dispersos de Israel. Él sana a los que tienen roto el corazón, y les venda las heridas. Él determina el número de las estrellas, y a cada una le pone nombre. Grande es nuestro Dios, y grande su poder; su inteligencia es infinita. El Señor levanta a los humildes, pero humilla por completo a los malvados. Canten al Señor con gratitud; canten himnos a nuestro Dios, al son del arpa. Él cubre de nubes el cielo, prepara la lluvia para la tierra, hace crecer los pastos en los montes, da de comer a los animales y a las crías de los cuervos cuando chillan. No es la fuerza del caballo ni los músculos del hombre lo que más agrada al Señor; a él le agradan los que lo honran, los que confían en su amor.
Salmos 147:2-11 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Jehová edifica a Jerusalén; A los desterrados de Israel recogerá. Él sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas. Él cuenta el número de las estrellas; A todas ellas llama por sus nombres. Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y su entendimiento es infinito. Jehová exalta a los humildes, Y humilla a los impíos hasta la tierra. Cantad a Jehová con alabanza, Cantad con arpa a nuestro Dios. Él es quien cubre de nubes los cielos, El que prepara la lluvia para la tierra, El que hace a los montes producir hierba. Él da a la bestia su mantenimiento, Y a los hijos de los cuervos que claman. No se deleita en la fuerza del caballo, Ni se complace en la agilidad del hombre. Se complace Jehová en los que le temen, Y en los que esperan en su misericordia.
Salmos 147:2-11 La Biblia de las Américas (LBLA)
El SEÑOR edifica a Jerusalén; congrega a los dispersos de Israel; sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. Cuenta el número de las estrellas, y a todas ellas les pone nombre. Grande es nuestro Señor, y muy poderoso; su entendimiento es infinito. El SEÑOR sostiene al afligido y humilla a los impíos hasta la tierra. ¶Cantad al SEÑOR con acción de gracias; cantad alabanzas con la lira a nuestro Dios, el que cubre de nubes los cielos, el que provee lluvia para la tierra, el que hace brotar la hierba en los montes. Él da su alimento al ganado y a la cría de los cuervos cuando chillan. No se deleita en la fuerza del caballo, ni se complace en las piernas ágiles del hombre. El SEÑOR favorece a los que le temen, a los que esperan en su misericordia.
Salmos 147:2-11 Nueva Traducción Viviente (NTV)
El SEÑOR reconstruye a Jerusalén y trae a los desterrados de vuelta a Israel. Él sana a los de corazón quebrantado y les venda las heridas. Cuenta las estrellas y llama a cada una por su nombre. ¡Qué grande es nuestro Señor! ¡Su poder es absoluto! ¡Su comprensión supera todo entendimiento! El SEÑOR sostiene a los humildes, pero derriba a los perversos y los hace morder el polvo. Canten su gratitud al SEÑOR; al son del arpa, entonen alabanzas a nuestro Dios. Él cubre los cielos con nubes, provee lluvia a la tierra, y hace crecer la hierba en los pastizales de los montes. Da alimento a los animales salvajes y alimenta a las crías del cuervo cuando chillan. No se complace en la fuerza del caballo ni en el poder del ser humano. No, el SEÑOR se deleita en los que le temen, en los que ponen su esperanza en su amor inagotable.