Salmos 119:18-27
Salmos 119:18-27 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Ábreme los ojos, para que contemple las maravillas de tu Ley. En esta tierra soy un extranjero; no escondas de mí tus mandamientos. Se consume mi alma deseando tus leyes en todo tiempo. Tú reprendes a esos insolentes malditos que se desvían de tus mandamientos. Aleja de mí la afrenta y el desprecio, pues yo cumplo tus mandatos. Aun los gobernantes se confabulan contra mí, pero este siervo tuyo medita en tus estatutos. Tus mandatos son mi regocijo; son también mis consejeros. Postrado estoy en el polvo; dame vida conforme a tu palabra. Tú me respondiste cuando te hablé de mis caminos. Enséñame tus estatutos. Hazme entender el camino de tus preceptos y meditaré en tus maravillas.
Salmos 119:17-28 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Yo estoy a tu servicio; trátame bien, y cumpliré tus órdenes. Estoy de paso en este mundo; dame a conocer tus mandamientos. ¡Ayúdame a entender tus enseñanzas maravillosas! Todo el día siento grandes deseos por conocerlas. ¡Qué lástima me dan los que no cumplen tus mandamientos! ¡Tú reprendes a esos orgullosos! No permitas que me desprecien pues siempre obedezco tus mandatos. Los poderosos hacen planes contra mí, pero yo solo pienso en tus enseñanzas. Ellas me hacen feliz, y me dan buenos consejos. Cumple tu promesa y dame ánimo, pues estoy muy decaído y el dolor me está matando. Yo te conté mi vida, y tú me respondiste. ¡Enséñame a cumplir tus mandatos y a pensar solo en tus maravillas!
Salmos 119:18-27 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Ábreme los ojos para contemplar las grandes maravillas de tus enseñanzas. En este mundo estoy de paso; ¡no escondas de mí tus mandamientos! Con ansias anhela mi alma conocer en todo tiempo tus sentencias. Tú reprendes a los soberbios y malvados que se apartan de tus mandamientos. Aparta de mí la vergüenza y el desprecio, porque yo he cumplido con tus testimonios. Los magnates se reunieron para condenarme, pero este siervo tuyo meditaba en tus estatutos. Yo me deleito en tus testimonios, porque son mis mejores consejeros. Me siento totalmente desanimado; ¡infúndeme vida, conforme a tu palabra! Te he contado mis planes, y me has respondido; ahora dame a conocer tus estatutos. Hazme entender cómo andar en tus mandatos, para que medite yo en tus maravillas.
Salmos 119:18-27 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Abre mis ojos, para que contemple las maravillas de tu enseñanza. Yo soy extranjero en esta tierra; no escondas de mí tus mandamientos. Me siento oprimido a todas horas por el deseo de conocer tus decretos. Tú reprendes a los insolentes y malditos que se apartan de tus mandamientos. Aléjame de sus ofensas y desprecios, pues he atendido a tus mandatos. Aunque hombres poderosos tramen hacerme daño, este siervo tuyo meditará en tus leyes. Yo me alegro con tus mandatos; ellos son mis consejeros. Estoy a punto de morir; ¡dame vida, conforme a tu promesa! Te he expuesto mi conducta, y me has respondido. ¡Enséñame tus leyes! Dame entendimiento para seguir tus preceptos, pues quiero meditar en tus maravillas.
Salmos 119:18-27 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Abre mis ojos, y miraré Las maravillas de tu ley. Forastero soy yo en la tierra; No encubras de mí tus mandamientos. Quebrantada está mi alma de desear Tus juicios en todo tiempo. Reprendiste a los soberbios, los malditos, Que se desvían de tus mandamientos. Aparta de mí el oprobio y el menosprecio, Porque tus testimonios he guardado. Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí; Mas tu siervo meditaba en tus estatutos, Pues tus testimonios son mis delicias Y mis consejeros. Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra. Te he manifestado mis caminos, y me has respondido; Enséñame tus estatutos. Hazme entender el camino de tus mandamientos, Para que medite en tus maravillas.
Salmos 119:18-27 La Biblia de las Américas (LBLA)
Abre mis ojos, para que vea las maravillas de tu ley. Peregrino soy en la tierra, no escondas de mí tus mandamientos. Quebrantada está mi alma anhelando tus ordenanzas en todo tiempo. Tú reprendes a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamientos. Quita de mí el oprobio y el desprecio, porque yo guardo tus testimonios. Aunque los príncipes se sienten y hablen contra mí, tu siervo medita en tus estatutos. También tus testimonios son mi deleite; ellos son mis consejeros. ¶Postrada está mi alma en el polvo; vivifícame conforme a tu palabra. De mis caminos te conté, y tú me has respondido; enséñame tus estatutos. Hazme entender el camino de tus preceptos, y meditaré en tus maravillas.
Salmos 119:18-27 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Abre mis ojos, para que vea las verdades maravillosas que hay en tus enseñanzas. No soy más que un extranjero en la tierra. ¡No escondas de mí tus mandatos! Siempre me conmueve el deseo de conocer tus ordenanzas. Tú reprendes al arrogante; los que se alejan de tus mandatos son malditos. No permitas que se burlen de mí y me insulten, pues he obedecido tus leyes. Hasta los príncipes se sientan y hablan contra mí, pero yo meditaré en tus decretos. Tus leyes me agradan; me dan sabios consejos. Estoy tirado en el polvo; revíveme con tu palabra. Te conté mis planes y me respondiste. Ahora, enséñame tus decretos. Ayúdame a comprender el significado de tus mandamientos, y meditaré en tus maravillosas obras.