Salmos 119:161-176
Salmos 119:161-176 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Gobernantes me persiguen sin motivo, pero mi corazón se estremece ante tu palabra. Yo me regocijo en tu promesa como quien halla un gran botín. Aborrezco y repudio la falsedad, pero amo tu Ley. Siete veces al día te alabo por tus justas leyes. Los que aman tu Ley disfrutan de gran paz y nada los hace tropezar. Yo, SEÑOR, espero tu salvación y practico tus mandamientos. Con todo mi ser cumplo tus mandatos. ¡Cuánto los amo! Obedezco tus preceptos y tus mandatos, porque conoces todos mis caminos. Que llegue mi clamor a tu presencia; dame entendimiento, SEÑOR, conforme a tu palabra. Que llegue a tu presencia mi súplica; líbrame, conforme a tu promesa. Que rebosen mis labios de alabanza, porque tú me enseñas tus estatutos. Que entone mi lengua un cántico a tu palabra, pues todos tus mandamientos son justos. Que acuda tu mano en mi ayuda, porque he escogido tus preceptos. Yo, SEÑOR, anhelo tu salvación. Tu Ley es mi regocijo. Déjame vivir para alabarte; que vengan tus leyes a ayudarme. Cual oveja perdida me he extraviado; ven en busca de tu siervo, porque no he olvidado tus mandamientos.
Salmos 119:161-176 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Yo no les tengo miedo a los poderosos que me persiguen; solo tiemblo ante tu palabra. ¡Ella me hace más feliz que si encontrara un tesoro! Aborrezco la mentira; ¡no la soporto! Pero amo tus enseñanzas. Ellas son tan justas que no me canso de alabarte. Los que aman tu palabra disfrutan de mucha paz y no sufren ningún tropiezo. Dios mío, espero que me salves, pues amo tus mandamientos. Tú bien sabes que los cumplo de todo corazón. Dios mío, ¡acepta mi oración y mis ruegos! ¡Dame entendimiento, y sálvame, tal como lo has prometido! Yo te cantaré alabanzas porque me enseñas tu palabra. Alabaré tus promesas, pues todos tus mandamientos son justos. Ven y tiéndeme la mano, pues he decidido obedecerte. Dios mío, ansioso espero que me salves; tus enseñanzas son mi alegría. Dame vida y te alabaré; ¡que tu palabra me sostenga! Ando como oveja perdida; ven a buscarme, pues te pertenezco y tengo presentes tus mandamientos.
Salmos 119:161-176 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Los poderosos me persiguen sin motivo, pero yo respeto y honro tu palabra. Es tal la alegría que me causa tu palabra que es como hallar un gran tesoro. No soporto la mentira. ¡La aborrezco! Pero amo tus enseñanzas. Siete veces al día te alabo porque tus juicios son siempre justos. Los que aman tu ley viven en completa paz, porque saben que no tropezarán. Señor, espero que me salves; mientras viva, cumpliré tus mandamientos. Toda mi vida he obedecido tus estatutos, pues son el gran amor de mi vida. He cumplido tus mandamientos y tus testimonios pues tú sabes todo lo que hago. Señor, ¡escucha mi clamor! ¡Dame entendimiento, conforme a tu palabra! ¡Que llegue mi oración a tu presencia! ¡Líbrame, como lo has prometido! De mis labios se desbordará la alabanza cuando me hayas enseñado tus estatutos. Con mis labios proclamaré tu palabra, porque todos tus mandamientos son justos. Extiende tu mano para socorrerme, porque he elegido obedecer tus mandamientos. Señor, yo espero que me salves, porque me deleito en tu ley. Concédeme vida para alabarte, y sosténme con tus juicios. Ando sin rumbo, como oveja perdida; ¡ven en busca de este siervo tuyo que no ha olvidado tus mandamientos!
Salmos 119:161-176 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Hombres poderosos me persiguen sin motivo, pero mi corazón reverencia tus palabras. Yo me siento feliz con tu promesa, como quien se encuentra un gran tesoro. Odio la mentira, no la soporto; pero amo tu enseñanza. A todas horas te alabo por tus justos decretos. Los que aman tu enseñanza gozan de mucha paz, y nada los hace caer. Señor, espero que me salves, pues he puesto en práctica tus mandamientos. Yo obedezco tus mandatos y los amo de todo corazón. Yo obedezco tus preceptos y mandatos; ¡tú conoces toda mi conducta! Lleguen mis gritos, Señor, a tu presencia; ¡dame entendimiento, conforme a tu palabra! Llegue mi oración a tu presencia; ¡líbrame, conforme a tu promesa! Brote de mis labios la alabanza, pues tú me has enseñado tus leyes. Entonen mis labios un canto a tu promesa, porque todos tus mandamientos son justos. Esté lista tu mano a darme ayuda, porque he preferido tus preceptos. Señor, ¡deseo que me salves! ¡Yo me siento feliz con tu enseñanza! Quiero vivir para alabarte; que tu justicia me ayude. Me he extraviado como una oveja; ¡ven en busca mía, pues no me he olvidado de tus mandamientos!
Salmos 119:161-176 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Príncipes me han perseguido sin causa, Pero mi corazón tuvo temor de tus palabras. Me regocijo en tu palabra Como el que halla muchos despojos. La mentira aborrezco y abomino; Tu ley amo. Siete veces al día te alabo A causa de tus justos juicios. Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo. Tu salvación he esperado, oh Jehová, Y tus mandamientos he puesto por obra. Mi alma ha guardado tus testimonios, Y los he amado en gran manera. He guardado tus mandamientos y tus testimonios, Porque todos mis caminos están delante de ti. Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová; Dame entendimiento conforme a tu palabra. Llegue mi oración delante de ti; Líbrame conforme a tu dicho. Mis labios rebosarán alabanza Cuando me enseñes tus estatutos. Hablará mi lengua tus dichos, Porque todos tus mandamientos son justicia. Esté tu mano pronta para socorrerme, Porque tus mandamientos he escogido. He deseado tu salvación, oh Jehová, Y tu ley es mi delicia. Viva mi alma y te alabe, Y tus juicios me ayuden. Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.
Salmos 119:161-176 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Príncipes me persiguen sin causa, pero mi corazón teme tus palabras. Me regocijo en tu palabra, como quien halla un gran botín. Aborrezco y desprecio la mentira, pero amo tu ley. Siete veces al día te alabo, a causa de tus justas ordenanzas. Mucha paz tienen los que aman tu ley, y nada los hace tropezar. Espero tu salvación, SEÑOR, y cumplo tus mandamientos. Mi alma guarda tus testimonios, y en gran manera los amo. Guardo tus preceptos y tus testimonios, porque todos mis caminos están delante de ti. ¶Llegue mi clamor ante ti, SEÑOR; conforme a tu palabra dame entendimiento. Llegue mi súplica delante de ti; líbrame conforme a tu palabra. Profieran mis labios alabanzas, pues tú me enseñas tus estatutos. Que cante mi lengua de tu palabra, porque todos tus mandamientos son justicia. Pronta esté tu mano a socorrerme, porque tus preceptos he escogido. Anhelo tu salvación, SEÑOR, y tu ley es mi deleite. Viva mi alma para alabarte, y que tus ordenanzas me ayuden. Me he descarriado como oveja perdida; busca a tu siervo, porque no me olvido de tus mandamientos.
Salmos 119:161-176 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Gente poderosa me acosa sin razón, pero mi corazón tiembla únicamente ante tu palabra. Me alegro en tu palabra como alguien que descubre un gran tesoro. Odio y detesto toda falsedad, pero amo tus enseñanzas. Te alabaré siete veces al día porque todas tus ordenanzas son justas. Los que aman tus enseñanzas tienen mucha paz y no tropiezan. Anhelo que me rescates, SEÑOR, por eso, he obedecido tus mandatos. Obedecí tus leyes, porque las amo mucho. Así es, obedezco tus leyes y tus mandamientos porque tú sabes todo lo que hago. Oh SEÑOR, escucha mi clamor; dame la capacidad de discernir que me prometiste. Escucha mi oración; rescátame como lo prometiste. Que la alabanza fluya de mis labios, porque me has enseñado tus decretos. Que mi lengua cante de tu palabra, porque todos tus mandatos son correctos. Tiéndeme una mano de ayuda, porque opté por seguir tus mandamientos. Oh SEÑOR, he anhelado que me rescates, y tus enseñanzas son mi deleite. Déjame vivir para que pueda alabarte, y que tus ordenanzas me ayuden. He andado descarriado como una oveja perdida; ven a buscarme, porque no me he olvidado de tus mandatos.