Salmos 109:26-28
Salmos 109:26-28 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
SEÑOR mi Dios, ¡ayúdame!; por tu gran amor, ¡sálvame! Que sepan que esta es tu mano; que tú mismo, SEÑOR, lo has hecho. ¿Qué importa que ellos me maldigan? ¡Bendíceme tú! Pueden atacarme, pero quedarán avergonzados; en cambio, este siervo tuyo se alegrará.
Salmos 109:26-28 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Dios mío, ¡ayúdame! Por tu gran amor, ¡sálvame! Que sepan que esto me sucede porque tú así lo has querido. Pero si tú me bendices, no me importa que me maldigan. Mis enemigos están listos para atacarme, pero tú los pondrás en vergüenza y a mí me llenarás de alegría.
Salmos 109:26-28 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Señor y Dios mío, ¡ayúdame!; por tu gran misericordia, ¡sálvame! Así sabrán que esto viene de tu mano, y que eres tú, Señor, quien me ha salvado. No importa que me maldigan, ¡bendíceme tú! Podrán atacarme, pero quedarán avergonzados, mientras que este siervo tuyo se regocijará.
Salmos 109:26-28 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Ayúdame, Señor y Dios mío; ¡sálvame, por tu amor! Que sepan que tú, Señor, has hecho esto con tu mano. No importa que me maldigan, con tal que tú me bendigas. Que ellos se avergüencen mientras tu siervo se alegra.
Salmos 109:26-28 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Ayúdame, Jehová Dios mío; Sálvame conforme a tu misericordia. Y entiendan que esta es tu mano; Que tú, Jehová, has hecho esto. Maldigan ellos, pero bendice tú; Levántense, mas sean avergonzados, y regocíjese tu siervo.
Salmos 109:26-28 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Ayúdame, SEÑOR, Dios mío, sálvame conforme a tu misericordia; y que sepan que esta es tu mano, que tú, SEÑOR, lo has hecho. Maldigan ellos, pero tú bendice; cuando se levanten, serán avergonzados, mas tu siervo se alegrará.
Salmos 109:26-28 Nueva Traducción Viviente (NTV)
¡Ayúdame, oh SEÑOR mi Dios! Sálvame a causa de tu amor inagotable. Haz que vean que esto proviene de ti, que tú mismo lo has hecho, SEÑOR. Entonces que me maldigan si quieren, ¡pero tú me bendecirás! Cuando me ataquen, ¡serán deshonrados! ¡Pero yo, tu siervo, seguiré alegrándome!