Proverbios 8:34-36
Proverbios 8:34-36 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Dichosos los que me escuchan y a mis puertas están atentos cada día, esperando a la entrada de mi casa. En verdad, quien me encuentra halla la vida y recibe el favor del SEÑOR. Quien me rechaza se perjudica a sí mismo; quien me aborrece, ama la muerte».
Proverbios 8:34-36 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Si todos los días vienes a mi casa y escuchas mis enseñanzas, Dios te bendecirá. Los que me encuentran, encuentran también la vida y reciben bendiciones de Dios; pero los que me ofenden ponen su vida en peligro; odiarme es amar la muerte».
Proverbios 8:34-36 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Dichoso el hombre que me escucha y todo el tiempo se mantiene vigilante a las puertas de mi casa. El que me halla, ha encontrado la vida y alcanzado el favor del Señor. El que peca contra mí, se daña a sí mismo; el que me aborrece, ama a la muerte.
Proverbios 8:34-36 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Feliz aquel que me escucha, y que día tras día se mantiene vigilante a las puertas de mi casa. Porque hallarme a mí es hallar la vida y ganarse la buena voluntad del Señor; pero apartarse de mí es poner la vida en peligro; ¡odiarme es amar la muerte!»
Proverbios 8:34-36 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas. Porque el que me halle, hallará la vida, Y alcanzará el favor de Jehová. Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; Todos los que me aborrecen aman la muerte.
Proverbios 8:34-36 La Biblia de las Américas (LBLA)
Bienaventurado el hombre que me escucha, velando a mis puertas día a día, aguardando en los postes de mi entrada. Porque el que me halla, halla la vida, y alcanza el favor del SEÑOR. Pero el que peca contra mí, a sí mismo se daña; todos los que me odian, aman la muerte.
Proverbios 8:34-36 Nueva Traducción Viviente (NTV)
¡Alegres son los que me escuchan, y están atentos a mis puertas día tras día, y me esperan afuera de mi casa! Pues todo el que me encuentra, halla la vida y recibe el favor del SEÑOR. Pero el que no me encuentra se perjudica a sí mismo. Todos los que me odian aman la muerte».