Proverbios 6:20-26
Proverbios 6:20-26 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre. Grábatelos en tu corazón; cuélgatelos al cuello. Cuando camines, te servirán de guía; cuando duermas, vigilarán tu sueño; cuando despiertes, hablarán contigo. El mandamiento es una lámpara, la enseñanza es una luz y la disciplina es el camino a la vida. Te protegerán de la mujer malvada, de la mujer ajena y de su lengua seductora. No abrigues en tu corazón deseos por su belleza ni te dejes cautivar por sus ojos. Pues la ramera va tras un pedazo de pan, pero la mujer ajena busca tu valiosa vida.
Proverbios 6:20-26 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Querido jovencito, cumple al pie de la letra con los mandamientos de tu padre y con las enseñanzas de tu madre. Grábatelos en la memoria, y tenlos siempre presentes; te mostrarán el camino a seguir, velarán tu sueño mientras duermes, y hablarán contigo cuando despiertes. Los mandamientos y las enseñanzas son como una lámpara encendida; la corrección y la disciplina te mostrarán cómo debes vivir; te cuidarán de la mujer infiel, que con palabras dulces te convence. No pienses en esa malvada; no te dejes engañar por su hermosura ni te dejes cautivar por su mirada. Por una prostituta puedes perder la comida, pero por la mujer de otro puedes perder la vida.
Proverbios 6:20-26 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Hijo mío, cumple el mandamiento de tu padre, y no te apartes de la enseñanza de tu madre. Llévalos siempre dentro de tu corazón; pórtalos alrededor de tu cuello. Serán tu guía cuando camines, te protegerán cuando duermas, y te hablarán cuando despiertes. El mandamiento es lámpara, la enseñanza es luz, y las reprensiones son el camino de la vida. Te librarán de la mujer malvada, de la lengua sutil de la mujer ajena. No codicies en tu corazón su hermosura, ni dejes que ella te atrape con sus miradas. Una ramera te cuesta un bocado de pan, pero la mujer ajena te puede costar la vida.
Proverbios 6:20-26 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Hijo mío, guarda siempre en tu memoria los mandamientos y enseñanzas de tus padres. Llévalos siempre sobre tu corazón, átalos alrededor de tu cuello; te guiarán cuando andes de viaje, te protegerán cuando estés dormido, hablarán contigo cuando despiertes. En verdad, los mandamientos y las enseñanzas son una lámpara encendida; las correcciones y los consejos son el camino de la vida. Te protegerán de la mujer malvada, de las palabras melosas de la mujer ajena. No permitas que su belleza encienda tu pasión; ¡no te dejes atrapar por sus miradas! La prostituta va tras un bocado de pan, pero la adúltera va tras el hombre que vale.
Proverbios 6:20-26 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre; Átalos siempre en tu corazón, Enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; Hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen, Para que te guarden de la mala mujer, De la blandura de la lengua de la mujer extraña. No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos; Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón.
Proverbios 6:20-26 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre; átalos de continuo en tu corazón, enlázalos a tu cuello. Cuando andes, te guiarán; cuando duermas, velarán por ti; y al despertarte, hablarán contigo. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción, para librarte de la mujer mala, de la lengua suave de la desconocida. No codicies su hermosura en tu corazón, ni dejes que te cautive con sus párpados. Porque por causa de una ramera uno es reducido a un pedazo de pan, pero la adúltera anda a la caza de la vida preciosa.
Proverbios 6:20-26 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Hijo mío, obedece los mandatos de tu padre, y no descuides la instrucción de tu madre. Guarda siempre sus palabras en tu corazón; átalas alrededor de tu cuello. Cuando camines, su consejo te guiará. Cuando duermas, te protegerá. Cuando despiertes, te orientará. Pues su mandato es una lámpara y su instrucción es una luz; su disciplina correctiva es el camino que lleva a la vida. Te protegerán de la mujer inmoral, de la lengua suave de la mujer promiscua. No codicies su belleza; no dejes que sus miradas coquetas te seduzcan. Pues una prostituta te llevará a la pobreza, pero dormir con la mujer de otro hombre te costará la vida.