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Proverbios 5:1-18

Proverbios 5:1-18 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Hijo mío, pon atención a mi sabiduría y presta oído a mi inteligencia, para que al hablar mantengas la discreción y retengas el conocimiento. De los labios de la adúltera fluye miel; su lengua es más suave que el aceite. Pero al fin resulta más amarga que la hiel y más cortante que una espada de dos filos. Sus pies descienden hasta la muerte; sus pasos van derecho al sepulcro. No toma ella en cuenta el camino de la vida; sus sendas son torcidas y ella no lo reconoce. Pues bien, hijo mío, escúchame y no te apartes de mis palabras. Aléjate de la adúltera; no te acerques a la puerta de su casa, para que no entregues a otros tu vigor ni tus años a gente cruel; para que no sacies con tu fuerza a gente extraña, ni vayan a dar en casa ajena tus esfuerzos. Porque al final acabarás por gemir, cuando tu carne y tu cuerpo se hayan consumido. Y dirás: «¡Cómo pude aborrecer la corrección! ¡Cómo pudo mi corazón despreciar la disciplina! No atendí a la voz de mis maestros ni presté oído a mis instructores. Ahora estoy al borde de la ruina en medio de toda la comunidad». Bebe el agua de tu propio pozo, el agua que fluye de tu propio manantial. ¿Habrán de derramarse tus fuentes por las calles y tus corrientes de aguas por las plazas públicas? Son tuyas, solamente tuyas, y no para que las compartas con extraños. ¡Bendita sea tu fuente! ¡Sé feliz con la esposa de tu juventud!

Proverbios 5:1-18 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Hijo mío, atiende a mi sabiduría; inclina tu oído a mi inteligencia. Así pondrás en práctica mis consejos y tus labios resguardarán el conocimiento. Los labios de la mujer ajena destilan miel; su paladar es más suave que el aceite, pero termina siendo amargo como el ajenjo, y tajante como una espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte; sus pasos se dirigen al sepulcro. No tomes en cuenta sus caminos inestables, porque no conocerás el camino de la vida. Hijos, escúchenme bien ahora: No se aparten de las razones de mi boca. Aleja a esa mujer de tu camino. No te acerques a la puerta de su casa. Así no entregarás tu vida y tu honor a gente extraña y cruel. Así gente extraña no se saciará con tu fuerza, ni se quedarán tus trabajos en casa ajena. Así no tendrás que llorar al final, cuando tu carne y tu cuerpo se consuman, ni dirás: «¡Cómo pude rechazar los consejos! ¡Cómo pudo mi corazón despreciar la reprensión! ¡No oí la voz de los que me instruían, ni presté oído a los que me enseñaban! ¡Poco me faltó para estar del todo mal entre la comunidad y la congregación!» Bebe el agua de tu propio pozo, el raudal que mana de tu propia cisterna. ¿Por qué derramar tus fuentes por las calles, y tus corrientes de aguas por las plazas? Esas aguas son para ti solo, no para compartirlas con gente extraña. ¡Bendito sea tu manantial! ¡Alégrate con la mujer de tu juventud

Proverbios 5:1-18 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Hijo mío, presta atención a mi sabiduría; escucha cuidadosamente mi sabio consejo. Entonces demostrarás discernimiento, y tus labios expresarán lo que has aprendido. Pues los labios de una mujer inmoral son tan dulces como la miel y su boca es más suave que el aceite. Pero al final ella resulta ser tan amarga como el veneno, tan peligrosa como una espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte, sus pasos conducen derecho a la tumba. Pues a ella no le interesa en absoluto el camino de la vida. Va tambaleándose por un sendero torcido y no se da cuenta. Así que ahora, hijos míos, escúchenme. Nunca se aparten de lo que les voy a decir: ¡Aléjate de ella! ¡No te acerques a la puerta de su casa! Si lo haces perderás el honor, y perderás todo lo que has logrado a manos de gente que no tiene compasión. Gente extraña consumirá tus riquezas, y otro disfrutará del fruto de tu trabajo. Al final, gemirás de angustia cuando la enfermedad consuma tu cuerpo. Dirás: «¡Cuánto odié la disciplina! ¡Si tan solo no hubiera despreciado todas las advertencias! ¿Por qué no escuché a mis maestros? ¿Por qué no presté atención a mis instructores? He llegado al borde de la ruina y ahora mi vergüenza será conocida por todos». Bebe el agua de tu propio pozo; comparte tu amor únicamente con tu esposa. ¿Para qué derramar por las calles el agua de tus manantiales teniendo sexo con cualquiera? Deben reservarla solo para los dos; jamás la compartan con desconocidos. Que tu esposa sea una fuente de bendición para ti. Alégrate con la esposa de tu juventud.