Proverbios 28:11-16
Proverbios 28:11-16 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
El rico se las da de sabio; el pobre, pero inteligente, se percata. Cuando los justos triunfan, se hace gran fiesta; cuando los impíos se imponen, todo el mundo se esconde. Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, alcanza la misericordia. ¡Dichoso es el hombre que siempre respeta a Dios! Pero el obstinado caerá en la desgracia. Un león rugiente, un oso agresivo, es el gobernante malvado que oprime a los pobres. El gobernante falto de juicio es terrible opresor; el que aborrece las ganancias deshonestas prolonga su vida.
Proverbios 28:11-16 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Aunque el rico se crea muy sabio, el pobre con su inteligencia se da cuenta que el rico no es más que un tonto. El triunfo de los justos siempre es motivo de fiesta; el triunfo de los malvados espanta a todo el mundo. Quien esconde su pecado jamás puede prosperar; quien lo confiesa y lo deja, recibe el perdón. ¡Dios bendice a quienes lo obedecen! Pero los necios caen en la desgracia. El gobernante malvado que maltrata a un pueblo pobre es como un león hambriento que despedaza a su presa. El gobernante estúpido solo piensa en maltratar y robar; pero el que no lo hace vivirá muchos años.
Proverbios 28:11-16 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El hombre rico se cree muy sabio, pero el pobre e inteligente lo exhibe. Si los justos triunfan, hay una gran fiesta; si triunfan los impíos, todo el mundo se esconde. El que encubre sus pecados no prospera; el que los confiesa y se aparta de ellos alcanza la misericordia divina. ¡Dichoso aquel que siempre teme a Dios! En cambio, el duro de corazón acabará mal. Un león rugiente, un oso hambriento: ¡eso es el mal gobernante sobre el pueblo pobre! El gobernante fatuo aumenta la extorsión; el que odia la avaricia prolongará sus días.
Proverbios 28:11-16 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El rico se cree muy sabio, pero el pobre e inteligente puede ponerlo a prueba. Cuando triunfan los justos, se hace gran fiesta; cuando triunfan los malvados, la gente se esconde. Al que disimula el pecado, no le irá bien; pero el que lo confiesa y lo deja, será perdonado. Feliz el hombre que honra siempre al Señor; pero el terco caerá en la desgracia. Igual que un león rugiente o un oso voraz es el malvado que gobierna a un pueblo pobre. El gobernante insensato aumenta la opresión; pero el que no es codicioso tendrá larga vida.
Proverbios 28:11-16 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
El hombre rico es sabio en su propia opinión; Mas el pobre entendido lo escudriña. Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; Mas cuando se levantan los impíos, tienen que esconderse los hombres. El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece su corazón caerá en el mal. León rugiente y oso hambriento Es el príncipe impío sobre el pueblo pobre. El príncipe falto de entendimiento multiplicará la extorsión; Mas el que aborrece la avaricia prolongará sus días.
Proverbios 28:11-16 La Biblia de las Américas (LBLA)
El rico es sabio ante sus propios ojos, mas el pobre que es entendido, lo sondea. Cuando los justos triunfan, grande es la gloria, pero cuando los impíos se levantan, los hombres se esconden. Él que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y los abandona hallará misericordia. Cuán bienaventurado es el hombre que siempre teme, pero el que endurece su corazón caerá en el infortunio. Cual león rugiente y oso agresivo es el gobernante perverso sobre el pueblo pobre. Al príncipe que es gran opresor le falta entendimiento, pero el que odia las ganancias injustas prolongará sus días.
Proverbios 28:11-16 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Los ricos se creen sabios, pero no pueden engañar a un pobre que tiene discernimiento. Cuando los justos triunfan, todo el mundo se alegra. Cuando los perversos toman el control, todos se esconden. Los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan, recibirán misericordia. Benditos los que tienen temor de hacer lo malo, pero los tercos van directo a graves problemas. Para los pobres, un gobernante malvado es tan peligroso como un león rugiente o un oso a punto de atacar. Un gobernante sin entendimiento oprimirá a su pueblo, pero el que odia la corrupción tendrá una larga vida.