Proverbios 26:15-28
Proverbios 26:15-28 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
El perezoso mete la mano en el plato, pero le pesa llevarse el bocado a la boca. El perezoso se cree más sabio que siete sabios que saben responder. Meterse en pleitos ajenos es como agarrar por las orejas a un perro callejero. Como loco que dispara mortíferas flechas encendidas, es quien engaña a su amigo y explica: «¡Tan solo estaba bromeando!». Sin leña se apaga el fuego; sin chismes se acaba el pleito. Con el carbón se hacen brasas, con la leña se prende fuego y con un pendenciero se inician los pleitos. Los chismes son deliciosos manjares; penetran hasta lo más íntimo del ser. Como baño de plata sobre vasija de barro son los labios zalameros de un corazón malvado. El que odia se esconde tras sus palabras, pero en lo íntimo alberga engaño. No le creas, aunque te hable con dulzura, porque su corazón está lleno de siete abominaciones. Tal vez disimule con engaños su odio, pero en la asamblea se descubrirá su maldad. Cava una fosa y en ella caerás; echa a rodar piedras y te aplastarán. La lengua mentirosa odia a sus víctimas; la boca lisonjera lleva a la ruina.
Proverbios 26:15-28 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Al que es perezoso hasta comer le cuesta trabajo. El perezoso se cree muy sabio; piensa que no hay nadie como él. Tan peligroso resulta meterse en pleitos ajenos, como querer agarrar por la cola a un perro bravo. Como loco que lanza piedras al aire, es quien engaña al amigo y dice que estaba bromeando. El fuego se apaga si no se le echa más leña, y el pleito se acaba si no siguen los chismes. ¿En qué se parecen la leña y el peleador? En que la leña aviva el fuego, y el peleador aviva el pleito. Los chismes son muy sabrosos, pero también hacen mucho daño. Los piropos del malvado son tan engañosos como una olla de barro cubierta de plata. El que esconde sus rencores, en el fondo es mentiroso. No creas lo que te diga, pues te habla con dulzura pero busca hacerte daño. Miente al decir que te quiere, pues todos saben que te odia. No abras zanjas si no quieres caer en ellas, ni hagas rodar piedras si no quieres que te aplasten. Quien miente, no se quiere a sí mismo; quien a todos alaba, se busca problemas.
Proverbios 26:15-28 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El perezoso mete la mano en el plato, pero le resulta pesado llevársela a la boca. El perezoso se considera más sabio que siete sabios que sepan aconsejar. Dejarse llevar del enojo en un pleito ajeno es como querer sujetar a un perro por las orejas. Un loco que, en su locura, lanza mortíferas flechas encendidas: ¡eso es el hombre que engaña a su amigo, y luego alega que lo hizo de broma! Sin leña se apaga el fuego, y sin chismosos se acaba el pleito. Para hacer brasas, el carbón; para encender el fuego, la leña; para encender los ánimos, el pendenciero. Los chismes son deliciosos bocados, que penetran hasta lo más profundo. Los labios seductores y el corazón malvado son una vasija de barro bañada en plata barata. El que odia, lo disimula con los labios pero por dentro maquina el engaño. No confíes en quien habla con voz engolada, porque en su corazón hay siete abominaciones. Aunque el odio se encubra con disimulo, la maldad se hará manifiesta en la comunidad. El que cava el foso, en él se cae; al que empuja la piedra, la piedra lo aplasta. La lengua falsa aborrece al que ha herido; la boca zalamera conduce al desastre.
Proverbios 26:15-28 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El perezoso mete la mano en el plato, pero luego es incapaz de llevársela a la boca. El perezoso se cree más sabio que siete personas que saben responder. Meterse en pleitos ajenos es agarrar a un perro por las orejas. Como un loco que lanza mortales flechas de fuego, así es quien engaña a su amigo y luego dice que todo era un juego. Sin leña se apaga el fuego, y sin chismes se acaba el pleito. Para hacer brasas, el carbón; para hacer fuego, la leña; y para entablar pleitos, el pendenciero. Los chismes son como golosinas, pero calan hasta lo más profundo. Baño de plata sobre olla de barro son las palabras suaves que llevan mala intención. El que odia, lo disimula cuando habla, pero en su interior hace planes malvados. No le creas si te habla con ternura, pues su mente está llena de maldad; aunque trate de ocultar su odio, su maldad se descubrirá ante todos. El que cava una fosa, en ella cae; al que hace rodar una roca, la roca lo aplasta. El mentiroso odia la verdad, el de suaves palabras provoca el desorden.
Proverbios 26:15-28 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Mete el perezoso su mano en el plato; Se cansa de llevarla a su boca. En su propia opinión el perezoso es más sabio Que siete que sepan aconsejar. El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno Es como el que toma al perro por las orejas. Como el que enloquece, y echa llamas Y saetas y muerte, Tal es el hombre que engaña a su amigo, Y dice: Ciertamente lo hice por broma. Sin leña se apaga el fuego, Y donde no hay chismoso, cesa la contienda. El carbón para brasas, y la leña para el fuego; Y el hombre rencilloso para encender contienda. Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran hasta las entrañas. Como escoria de plata echada sobre el tiesto Son los labios lisonjeros y el corazón malo. El que odia disimula con sus labios; Mas en su interior maquina engaño. Cuando hablare amigablemente, no le creas; Porque siete abominaciones hay en su corazón. Aunque su odio se cubra con disimulo, Su maldad será descubierta en la congregación. El que cava foso caerá en él; Y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá. La lengua falsa atormenta al que ha lastimado, Y la boca lisonjera hace resbalar.
Proverbios 26:15-28 La Biblia de las Américas (LBLA)
El perezoso mete la mano en el plato, pero se fatiga de llevársela a la boca. El perezoso es más sabio ante sus propios ojos que siete que den una respuesta discreta. Como el que toma un perro por las orejas, así es el que pasa y se entremete en contienda que no es suya. Como el enloquecido que lanza teas encendidas, flechas y muerte, así es el hombre que engaña a su prójimo, y dice: ¿Acaso no estaba yo bromeando? Por falta de leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, se calma la contienda. Como carbón para las brasas y leña para el fuego, así es el hombre rencilloso para encender contiendas. Las palabras del chismoso son como bocados deliciosos, y penetran hasta el fondo de las entrañas. Como vasija de barro revestida de escoria de plata, así son los labios ardientes y el corazón perverso. El que odia, disimula con sus labios, mas en su corazón acumula engaño. Cuando su voz sea agradable, no lo creas, pues hay siete abominaciones en su corazón. Aunque su odio se cubra con engaño, su perversidad será descubierta en la asamblea. El que cava un hoyo caerá en él, y el que hace rodar una piedra, sobre él volverá. La lengua mentirosa odia a los que oprime, y la boca lisonjera causa ruina.
Proverbios 26:15-28 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Los perezosos toman la comida con la mano pero ni siquiera se la llevan a la boca. Los perezosos se creen más listos que siete consejeros sabios. Entrometerse en los pleitos ajenos es tan necio como jalarle las orejas a un perro. Tanto daña un loco que dispara un arma mortal como el que miente a un amigo y luego le dice: «Solo estaba bromeando». El fuego se apaga cuando falta madera, y las peleas se acaban cuando termina el chisme. El buscapleitos inicia disputas con tanta facilidad como las brasas calientes encienden el carbón o el fuego prende la madera. Los rumores son deliciosos bocaditos que penetran en lo profundo del corazón. Las palabras suaves pueden ocultar un corazón perverso, así como un barniz atractivo cubre una olla de barro. La gente podrá encubrir su odio con palabras agradables, pero te están engañando. Fingen ser amables, pero no les creas; tienen el corazón lleno de muchas maldades. Aunque su odio esté encubierto por engaños, sus fechorías serán expuestas en público. Si tiendes una trampa para otros, tú mismo caerás en ella. Si echas a rodar una roca sobre otros, no los aplastará a ellos sino a ti. La lengua mentirosa odia a sus víctimas, y las palabras aduladoras llevan a la ruina.