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Proverbios 20:1-29

Proverbios 20:1-29 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

El vino lleva a la insolencia y la cerveza al escándalo; ¡nadie bajo sus efectos se comporta sabiamente! Rugido de león es la furia del rey; quien provoca su enojo se juega la vida. Honroso es al hombre evitar la contienda, pero no hay necio que no inicie un pleito. El perezoso no labra la tierra en la estación adecuada; en tiempo de cosecha buscará y no hallará. El propósito humano es como aguas profundas; el que es inteligente lo descubrirá. Son muchos los que proclaman su lealtad, ¿pero quién puede hallar a alguien digno de confianza? Justo es quien lleva una vida sin tacha; ¡dichosos sus hijos después de él! Cuando el rey se sienta en el tribunal, con su sola mirada barre toda maldad. ¿Quién puede afirmar: «Tengo puro el corazón; estoy limpio de pecado»? Pesas falsas y medidas engañosas: ¡vaya pareja que el SEÑOR detesta! Por sus hechos el niño deja entrever si su conducta será pura y recta. Los oídos para oír y los ojos para ver: ¡El SEÑOR los ha creado a los dos! No te des al sueño o te quedarás pobre; mantente despierto y tendrás pan de sobra. «¡No sirve, no sirve!», dice el comprador, pero luego va y se jacta de su compra. Oro hay y abundan las piedras preciosas, pero aún más valiosas son las palabras sabias. Toma la prenda del que salga fiador por un extraño; retenla en garantía si la da en favor de desconocidos. Tal vez sea agradable ganarse el pan con engaños, pero uno acaba con la boca llena de arena. Afirma tus planes con buenos consejos; entabla el combate con buena estrategia. El chismoso traiciona la confianza; no te juntes con la gente que habla de más. Al que maldiga a su padre y a su madre, su lámpara se le apagará en la más densa oscuridad. La herencia reclamada antes de tiempo no termina siendo de bendición. Nunca digas: «¡Me vengaré de ese daño!». Confía en el SEÑOR y él actuará por ti. El SEÑOR aborrece las balanzas adulteradas y reprueba el uso de medidas engañosas. Los pasos del hombre los dirige el SEÑOR. ¿Cómo puede el hombre entender su propio camino? Trampa es consagrar algo sin pensarlo y más tarde reconsiderar lo prometido. El rey sabio avienta como trigo a los malvados, y los desmenuza con rueda de molino. El espíritu humano es la lámpara del SEÑOR, pues escudriña lo más íntimo del ser. La misericordia y la verdad sostienen al rey; su trono se afirma en la misericordia. La gloria de los jóvenes radica en su fuerza; la honra de los ancianos, en sus canas.

Proverbios 20:1-29 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Es de tontos emborracharse, porque se pierde el control y se provoca mucho alboroto. Cuando el rey se enoja es como un león que ruge; quien lo hace enojar, pone en peligro su vida. Cualquier tonto inicia un pleito, pero quien lo evita merece aplausos. Quien no trabaja en otoño se muere de hambre en invierno. Los planes de la mente humana son profundos como el mar; quien es inteligente los descubre. Hay muchos que afirman ser leales, pero nadie encuentra gente confiable. Dios bendice a los hijos del hombre honrado, cuando ellos siguen su ejemplo. En cuanto el rey se sienta para juzgar al acusado, con una mirada suya acaba con el malvado. Nadie puede decir que tiene buenos pensamientos ni que está limpio de pecado. Dios no soporta dos cosas: que engañes al que te vende, y que engañes al que te compra. Por los hechos se llega a saber si el joven tiene buena conducta. Dios ha creado dos cosas: los oídos para oír y los ojos para ver. Si solo piensas en dormir terminarás en la pobreza. Mejor piensa en trabajar, y nunca te faltará comida. Para el que compra, ninguna mercancía es buena; para el que vende, ninguna mercancía es mejor. Podrá haber mucho oro, y muchas piedras preciosas, pero nada hay más valioso que las enseñanzas del sabio. Si te comprometes a pagar las deudas de un desconocido, te pedirán dar algo en garantía y perderás hasta el abrigo. Tal vez te sepa muy sabroso ganarte el pan con engaños, pero acabarás comiendo basura. Siempre que hagas planes, sigue los buenos consejos; nunca vayas a la guerra sin un buen plan de batalla. El que habla mucho no sabe guardar secretos. No te juntes con gente chismosa. El que maldice a sus padres morirá antes de tiempo. Lo que al principio se gana fácilmente, al final no trae ninguna alegría. Nunca hables de tomar venganza; mejor confía en Dios, y él vendrá en tu ayuda. Dios no soporta dos cosas: que engañes al que te vende, y que engañes al que te compra. Nadie sabe cuál será su futuro; por eso debemos dejar que Dios dirija nuestra vida. No caigas en la trampa de prometerle algo a Dios, para luego no cumplirle. Cuando el rey sabio castiga al malvado, lo destruye por completo. Dios nos ha dado la conciencia para que podamos examinarnos a nosotros mismos. El rey afirma su reinado cuando es fiel a Dios y trata bien a su pueblo. El orgullo del joven es su fuerza; el del anciano, su experiencia.

Proverbios 20:1-29 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Beber vino o bebidas embriagantes te lleva a blasfemar y a causar alborotos. No es de sabios errar por su culpa. El enojo del rey es como el rugido de un león; enfurecerlo es atentar contra uno mismo. Al hombre le adorna alejarse de pleitos, pero los insensatos se enredan en ellos. Llega el invierno y el perezoso no siembra; cuando llega el verano, no halla comida. Para la mente humana, los consejos son tan profundos como el océano; alcanzables solo para quien es entendido. Son muchos los que dicen ser bondadosos, pero ¿dónde están los hombres sinceros? El hombre justo no se aparta de su integridad; ¡dichosos sus hijos, que siguen sus pasos! Cuando el rey ocupa el tribunal de justicia, le basta una mirada para despejar todo mal. No hay nadie que pueda afirmar que su corazón está limpio de pecado. Las pesas y las medidas falsas son cosas que al Señor le repugnan. Por sus hechos, hasta un niño deja ver si su conducta es limpia y recta. El Señor nos dotó al mismo tiempo de oídos para oír y de ojos para ver. No seas dormilón, y jamás serás pobre; no pegues los ojos, y el pan nunca te faltará. El comprador dice que lo que compra es malo, pero en cuanto paga, alaba su compra. Abundan el oro y las piedras preciosas, pero los labios prudentes son una joya. Despoja de su ropa, y reténla en prenda, al que salga fiador de algún extraño. ¡Qué sabroso sabe el pan de mentira, pero al final acabas con mal sabor de boca! Con los consejos se ordenan los planes, y con buena estrategia se gana la guerra. El que es chismoso revela el secreto; no te juntes con gente boquifloja. La muerte más sombría le aguarda al que maldice a su padre o a su madre. Al principio, se adquieren bienes de prisa; al final, eso no es ninguna bendición. Nunca digas: «¡Me voy a vengar!» Mejor deja que el Señor lo haga por ti. Al Señor le repugnan las pesas falsas; la balanza falsa no es nada bueno. Si el Señor dirige los pasos del hombre, ¿cómo puede el hombre entender su camino? Tú solo te tiendes la trampa si a la ligera consagras algo a Dios y después de eso te pones a pensar. El rey sabio avienta como trigo a los impíos, y luego pasa sobre ellos la rueda del molino. El espíritu del hombre es la lámpara del Señor que escudriña los sentimientos más profundos. La misericordia y la verdad cuidan del rey, y la clemencia sustenta su trono. Los jóvenes se ufanan de su fuerza; los ancianos se enorgullecen de sus canas.

Proverbios 20:1-29 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

El vino hace insolente al hombre; las bebidas fuertes lo alborotan; bajo sus efectos nadie actúa sabiamente. Un rey furioso es como un león rugiente; quien lo provoca, pone su vida en peligro. Es honra del hombre evitar discusiones, mas cualquier necio puede iniciarlas. Cuando es tiempo de arar, el perezoso no ara; pero al llegar la cosecha, buscará y no encontrará. Las intenciones secretas son como aguas profundas, pero el que es inteligente sabe descubrirlas. Hay muchos que presumen de leales, pero no se halla a nadie en quien se pueda confiar. ¡Felices los hijos que deja quien ha vivido con rectitud y honradez! Cuando el rey toma asiento en el tribunal, le basta una sola mirada para barrer el mal. Nadie puede decir: «Tengo puro el corazón, estoy limpio de pecado.» Pesas falsas y medidas con trampa son dos cosas que el Señor aborrece. Por sus acciones se conoce si un joven se conduce con rectitud. El oído para oír y el ojo para ver fueron creados por el Señor. No te entregues al sueño, o te quedarás pobre; manténte despierto y tendrás pan de sobra. «¡Que mala mercancía!», dice el comprador, pero una vez comprada se felicita a sí mismo. Vale más quien habla con sabiduría, que todo el oro y las joyas del mundo. Al que salga fiador por un extraño, quítale la ropa y tómasela en prenda. Al hombre le gusta alimentarse de mentiras, aunque a la larga le resulte como bocado de tierra. Los planes se afirman con un buen consejo; la guerra se hace con una buena estrategia. El chismoso no sabe guardar un secreto, así que no te juntes con gente chismosa. El que maldice a su padre o a su madre, morirá en la más espantosa oscuridad. Lo que al principio se adquiere fácilmente, al final no es motivo de alegría. Nunca hables de tomar venganza; confía en el Señor, y él te hará triunfar. El Señor aborrece el uso de pesas falsas; las balanzas falsas son reprobables. El Señor dirige los pasos del hombre; nadie conoce su propio destino. Es peligroso que el hombre le prometa algo a Dios y que después reconsidere su promesa. El rey sabio aleja de sí a los malvados y los aplasta bajo una rueda. El espíritu que Dios ha dado al hombre es luz que alumbra lo más profundo de su ser. El rey se mantiene seguro en su trono cuando practica el amor y la verdad. El orgullo de los jóvenes está en su fuerza; la honra de los ancianos, en sus canas.

Proverbios 20:1-29 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, Y cualquiera que por ellos yerra no es sabio. Como rugido de cachorro de león es el terror del rey; El que lo enfurece peca contra sí mismo. Honra es del hombre dejar la contienda; Mas todo insensato se envolverá en ella. El perezoso no ara a causa del invierno; Pedirá, pues, en la siega, y no hallará. Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre; Mas el hombre entendido lo alcanzará. Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, Pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará? Camina en su integridad el justo; Sus hijos son dichosos después de él. El rey que se sienta en el trono de juicio, Con su mirar disipa todo mal. ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi pecado? Pesa falsa y medida falsa, Ambas cosas son abominación a Jehová. Aun el muchacho es conocido por sus hechos, Si su conducta fuere limpia y recta. El oído que oye, y el ojo que ve, Ambas cosas igualmente ha hecho Jehová. No ames el sueño, para que no te empobrezcas; Abre tus ojos, y te saciarás de pan. El que compra dice: Malo es, malo es; Mas cuando se aparta, se alaba. Hay oro y multitud de piedras preciosas; Mas los labios prudentes son joya preciosa. Quítale su ropa al que salió por fiador del extraño, Y toma prenda del que sale fiador por los extraños. Sabroso es al hombre el pan de mentira; Pero después su boca será llena de cascajo. Los pensamientos con el consejo se ordenan; Y con dirección sabia se hace la guerra. El que anda en chismes descubre el secreto; No te entremetas, pues, con el suelto de lengua. Al que maldice a su padre o a su madre, Se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa. Los bienes que se adquieren de prisa al principio, No serán al final bendecidos. No digas: Yo me vengaré; Espera a Jehová, y él te salvará. Abominación son a Jehová las pesas falsas, Y la balanza falsa no es buena. De Jehová son los pasos del hombre; ¿Cómo, pues, entenderá el hombre su camino? Lazo es al hombre hacer apresuradamente voto de consagración, Y después de hacerlo, reflexionar. El rey sabio avienta a los impíos, Y sobre ellos hace rodar la rueda. Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, La cual escudriña lo más profundo del corazón. Misericordia y verdad guardan al rey, Y con clemencia se sustenta su trono. La gloria de los jóvenes es su fuerza, Y la hermosura de los ancianos es su vejez.

Proverbios 20:1-29 La Biblia de las Américas (LBLA)

El vino es escarnecedor, la bebida fuerte alborotadora, y cualquiera que con ellos se embriaga no es sabio. Como rugido de león es el terror al rey, el que lo provoca a ira peca contra su propia alma. Es honra para el hombre eludir las contiendas, pero cualquier necio se enredará en ellas. Desde el otoño, el perezoso no ara, pide en la cosecha, y no hay nada. Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre, y el hombre de entendimiento lo sacará. Muchos hombres proclaman su propia lealtad, pero un hombre digno de confianza, ¿quién lo hallará? El justo anda en su integridad; ¡cuán dichosos son sus hijos después de él! El rey que se sienta sobre el trono del juicio, disipa con sus ojos todo mal. ¿Quién puede decir: Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado? Pesas desiguales y medidas desiguales, ambas cosas son abominables al SEÑOR. Aun por sus hechos da a conocer un muchacho si su conducta es pura y recta. El oído que oye y el ojo que ve, ambos los ha hecho el SEÑOR. No ames el sueño, no sea que te empobrezcas; abre tus ojos y te saciarás de pan. Malo, malo, dice el comprador, pero cuando se marcha, entonces se jacta. Hay oro y abundancia de joyas, pero cosa más preciosa son los labios con conocimiento. Tómale la ropa al que sale fiador del extraño; y tómale prenda por los extranjeros. El pan obtenido con falsedad es dulce al hombre, pero después su boca se llenará de grava. Los proyectos con consejo se preparan, y con dirección sabia se hace la guerra. El que anda murmurando revela secretos, por tanto no te asocies con el chismoso. Al que maldice a su padre o a su madre, se le apagará su lámpara en medio de las tinieblas. La herencia adquirida de prisa al principio, no será bendecida al final. No digas: Yo pagaré mal por mal; espera en el SEÑOR, y Él te salvará. Pesas desiguales son abominación al SEÑOR, y una balanza falsa no es buena. Por el SEÑOR son ordenados los pasos del hombre, ¿cómo puede, pues, el hombre entender su camino? Lazo es para el hombre decir a la ligera: Es santo, y después de los votos investigar. El rey sabio avienta a los impíos, y hace pasar la rueda de trillar sobre ellos. Lámpara del SEÑOR es el espíritu del hombre que escudriña lo más profundo de su ser. Lealtad y verdad guardan al rey, y por la justicia sostiene su trono. La gloria de los jóvenes es su fuerza, y la honra de los ancianos, sus canas.

Proverbios 20:1-29 Nueva Traducción Viviente (NTV)

El vino produce burlones; la bebida alcohólica lleva a la pelea. Los que se dejan llevar por la bebida no pueden ser sabios. La furia del rey es como el rugido del león; quien provoca su enojo, pone en peligro su vida. Evitar la pelea es una señal de honor; solo los necios insisten en pelear. Los que por pereza no aran en la temporada correspondiente no tendrán alimento en la cosecha. Aunque el buen consejo esté en lo profundo del corazón, la persona con entendimiento lo extraerá. Muchos se dicen ser amigos fieles, ¿pero quién podrá encontrar uno realmente digno de confianza? Los justos caminan con integridad; benditos son los hijos que siguen sus pasos. Cuando el rey se sienta a juzgar en el tribunal, analiza todas las pruebas, y separa lo malo de lo bueno. ¿Quién puede decir: «He limpiado mi corazón; soy puro y estoy libre de pecado»? Pesas falsas y medidas desiguales, el SEÑOR detesta cualquier tipo de engaño. Aun a los niños se les conoce por su modo de actuar, si su conducta es o no pura y recta. Los oídos para oír y los ojos para ver: ambos son regalos del SEÑOR. Si te encanta dormir, terminarás en la pobreza. ¡Mantén los ojos abiertos y tendrás comida en abundancia! El comprador regatea el precio diciendo: «Esto no vale nada», ¡y después se jacta por una buena compra! Las palabras sabias son más valiosas que mucho oro y multitud de rubíes. Al que salga fiador por la deuda de un desconocido, pídele una garantía. Exígele un depósito como garantía si lo hace por extranjeros. El pan robado tiene un sabor dulce, pero se transforma en arena dentro de la boca. Con buenos consejos los planes tienen éxito; no entres en guerra sin consejos sabios. El chismoso anda por ahí ventilando secretos, así que no andes con los que hablan de más. Si insultas a tu padre o a tu madre, se apagará tu luz en la más densa oscuridad. Una herencia que se obtiene demasiado temprano en la vida al final no es de bendición. No digas: «Me voy a vengar de este mal»; espera a que el SEÑOR se ocupe del asunto. El SEÑOR detesta el engaño; no le agradan las balanzas adulteradas. El SEÑOR dirige nuestros pasos, entonces, ¿por qué tratar de entender todo lo que pasa? No te acorrales al hacer una promesa apresurada a Dios y calcular el costo después. El rey sabio esparce a los perversos como trigo, y luego los atropella con su rueda de trillar. La luz del SEÑOR penetra el espíritu humano y pone al descubierto cada intención oculta. El amor inagotable y la fidelidad protegen al rey; su trono se afianza por medio de su amor. La gloria de los jóvenes es su fuerza; las canas de la experiencia son el esplendor de los ancianos.