Proverbios 17:6-25
Proverbios 17:6-25 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres. No va bien con los necios el lenguaje refinado ni con los gobernantes, la mentira. El soborno es como una piedra valiosa para quien lo ofrece; piensa que dondequiera que vaya tendrá éxito. El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. Penetra más un regaño en el hombre prudente que cien latigazos en el obstinado. El revoltoso siempre anda buscando pleitos, pero se las verá con un mensajero cruel. Más vale toparse con una osa a la que le quitaron los cachorros que con un necio empecinado en su necedad. El mal nunca se apartará de la familia de aquel que devuelve mal por bien. Iniciar una pelea es romper una represa; vale más retirarse que comenzarla. Absolver al culpable y condenar al inocente son dos cosas que el SEÑOR aborrece. ¿De qué le sirve al necio poseer dinero? ¿Podrá adquirir sabiduría si no tiene entendimiento? En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano. El hombre falto de juicio se compromete por otros y sale fiador de su prójimo. Al que le gusta pecar, le gusta pelear; el que abre mucho la boca busca que se la rompan. El de corazón perverso jamás prospera; el de lengua engañosa caerá en desgracia. Engendrar a un hijo necio es causa de pesar; ser padre de un necio no es ninguna alegría. El corazón alegre es un buen remedio, pero el ánimo decaído seca los huesos. El malvado acepta soborno en secreto, con lo que tuerce el curso de la justicia. La meta del prudente es la sabiduría; el necio divaga contemplando vanos horizontes. El hijo necio irrita a su padre y causa amargura a su madre.
Proverbios 17:6-25 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
El orgullo de los padres son los hijos; la alegría de los abuelos son los nietos. Tan ridículo resulta que un tonto pretenda hablar con elegancia, como que un gobernante piense que en su país todos son tontos. El que da dinero a otros para que le hagan favores cree tener una varita mágica, para conseguir siempre lo que quiere. Quien perdona gana un amigo; quien no perdona gana un enemigo. El que es inteligente con un regaño aprende, pero el que es necio ni con cien golpes entiende. El que es revoltoso siempre anda buscando pelea, pero un día se enfrentará con un adversario más cruel. El necio que cree tener la razón es más peligroso que una osa que defiende a sus cachorros. Al que es malagradecido siempre le irá mal. Si comienzas una pelea, ya no podrás controlarla; es como un río desbordado, que arrastra todo a su paso. Dios no soporta dos cosas: que el culpable sea declarado inocente, y que el inocente sea declarado culpable. De qué le sirve al tonto el dinero, si no tiene entendimiento; ¡la sabiduría no se compra! El amigo siempre es amigo, y en los tiempos difíciles es más que un hermano. Hay que ser muy tonto para salir fiador de otros; ¿por qué pagar deudas ajenas? Dime quién pelea y te diré quién peca; dime quién se cree mucho y te diré quién fracasa. Al que es mal intencionado nunca le irá bien; al que es mentiroso siempre le irá mal. ¡Qué triste es tener un hijo falto de entendimiento! No es motivo de alegría ser el padre de un tonto. No hay mejor medicina que tener pensamientos alegres. Cuando se pierde el ánimo, todo el cuerpo se enferma. El malvado se vende por dinero; ¡por eso hay tanta injusticia! El sabio quiere más sabiduría; el tonto no sabe lo que quiere. ¡Cuánto enojo y cuánta amargura causa a sus padres el hijo necio!
Proverbios 17:6-25 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Los nietos son la corona de los ancianos, y los padres son la honra de los hijos. No le queda al necio la grandilocuencia, y menos aún al príncipe el hablar con mentira. Quien practica el soborno, lo considera valioso pues le va bien en todo lo que hace. El que perdona el pecado, busca afecto; el que lo divulga, aleja al amigo. Gana más con un regaño quien es inteligente, que lo que gana el necio que recibe cien azotes. El que es rebelde no busca más que el mal, pero un día se enfrentará a un emisario cruel. Es mejor enfrentarse con una osa furiosa que lidiar con la obstinación de un necio. Quien paga mal el bien recibido, merece que el mal no se aparte de su casa. El comienzo de un conflicto pronto se vuelve un río desbordado; es mejor controlarlo, antes de que se desborde. Justificar al malvado y condenar al justo es igual de repugnante para el Señor. ¿Cómo puede el necio adquirir sabiduría, si tiene dinero pero no tiene entendimiento? El amigo ama en todo momento; en tiempos de angustia es como un hermano. ¡Qué poco inteligente es comprometerse y salir fiador en favor de un amigo! ¿Quieres pelear? ¡Quieres pecar! ¿Quieres darte importancia? ¡Quieres problemas! El de corazón malvado nunca da con el bien; el que se enreda con su lengua cae en desgracia. Ser padre de un necio es motivo de tristeza; ser padre de un necio no es motivo de alegría. Un corazón alegre es la mejor medicina; un ánimo triste deprime a todo el cuerpo. El impío acepta soborno y se lo guarda para corromper las sendas de la justicia. El rostro inteligente refleja sabiduría, pero el necio vaga con la mirada perdida. El hijo necio pone triste a su padre y le amarga la vida a su madre.
Proverbios 17:6-25 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
La corona de los ancianos son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres. Ni al tonto le sienta bien el hablar con elegancia, ni al hombre respetable el hablar con engaños. El que practica el soborno cree tener poderes mágicos, pues alcanza el éxito en todo lo que emprende. Quien pasa por alto la ofensa, crea lazos de amor; quien insiste en ella, aleja al amigo. Cala más un regaño en el entendido que cien azotes en el necio. El revoltoso sólo busca pelea, pero le enviarán un mensajero cruel. Vale más toparse con una osa furiosa que con un necio empeñado en algo. Jamás el mal se apartará de la casa del que paga mal por bien. Río desbordado es el pleito que se inicia; vale más retirarse que complicarse en él. Perdonar al culpable y condenar al inocente son dos cosas que no soporta el Señor. ¿Por qué viene el necio, dinero en mano, a comprar sabiduría, si no tiene entendimiento? Un amigo es siempre afectuoso, y en tiempos de angustia es como un hermano. El imprudente da fianza por su amigo y se hace responsable de él. Al que le gusta ofender, le gusta pelear; el fanfarrón provoca su propia ruina. Jamás la mente perversa se encontrará con el bien; la lengua embustera caerá en la desgracia. Ser padre de un necio trae solo dolor; ser padre de un tonto no es ninguna alegría. Buen remedio es el corazón alegre, pero el ánimo triste resta energías. El malvado acepta soborno en secreto, para torcer el curso de la justicia. La sabiduría es la meta del inteligente, pero el necio no tiene meta fija. El hijo necio es para sus padres motivo de enojo y amargura.
Proverbios 17:6-25 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Corona de los viejos son los nietos, Y la honra de los hijos, sus padres. No conviene al necio la altilocuencia; ¡Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso! Piedra preciosa es el soborno para el que lo practica; Adondequiera que se vuelve, halla prosperidad. El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo. La reprensión aprovecha al entendido, Más que cien azotes al necio. El rebelde no busca sino el mal, Y mensajero cruel será enviado contra él. Mejor es encontrarse con una osa a la cual han robado sus cachorros, Que con un fatuo en su necedad. El que da mal por bien, No se apartará el mal de su casa. El que comienza la discordia es como quien suelta las aguas; Deja, pues, la contienda, antes que se enrede. El que justifica al impío, y el que condena al justo, Ambos son igualmente abominación a Jehová. ¿De qué sirve el precio en la mano del necio para comprar sabiduría, No teniendo entendimiento? En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia. El hombre falto de entendimiento presta fianzas, Y sale por fiador en presencia de su amigo. El que ama la disputa, ama la transgresión; Y el que abre demasiado la puerta busca su ruina. El perverso de corazón nunca hallará el bien, Y el que revuelve con su lengua caerá en el mal. El que engendra al insensato, para su tristeza lo engendra; Y el padre del necio no se alegrará. El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos. El impío toma soborno del seno Para pervertir las sendas de la justicia. En el rostro del entendido aparece la sabiduría; Mas los ojos del necio vagan hasta el extremo de la tierra. El hijo necio es pesadumbre de su padre, Y amargura a la que lo dio a luz.
Proverbios 17:6-25 La Biblia de las Américas (LBLA)
Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres. No convienen al necio las palabras elocuentes; mucho menos al príncipe los labios mentirosos. Talismán es el soborno a los ojos de su dueño; dondequiera que se vuelva, prospera. El que cubre una falta busca afecto, pero el que repite el asunto separa a los mejores amigos. La reprensión penetra más en el que tiene entendimiento que cien azotes en el necio. El rebelde solo busca el mal, y un cruel mensajero se enviará contra él. Mejor es encontrarse con una osa privada de sus cachorros, que con un necio en su necedad. Al que devuelve mal por bien, el mal no se apartará de su casa. El comienzo de la contienda es como el soltar de las aguas; deja, pues, la riña antes de que empiece. El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación al SEÑOR. ¿De qué sirve el precio en la mano del necio para comprar sabiduría cuando no tiene entendimiento? En todo tiempo ama el amigo, y el hermano nace para tiempo de angustia. El hombre falto de entendimiento se compromete, y sale fiador a favor de su prójimo. El que ama la transgresión, ama la contienda; el que alza su puerta, busca la destrucción. El de corazón perverso nunca encuentra el bien, y el de lengua pervertida cae en el mal. El que engendra un necio, para su tristeza lo engendra, y el padre del necio no tiene alegría. El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos. El impío recibe soborno bajo el manto, para pervertir las sendas del derecho. En presencia del que tiene entendimiento está la sabiduría, pero los ojos del necio están en los extremos de la tierra. El hijo necio es pesadumbre de su padre, y amargura para la que lo dio a luz.
Proverbios 17:6-25 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Los nietos son la corona de gloria de los ancianos; los padres son el orgullo de sus hijos. Las palabras elocuentes no son apropiadas para el necio, mucho menos las mentiras para el gobernante. El soborno es como tener un amuleto de la suerte; ¡el que lo da, prospera! Cuando se perdona una falta, el amor florece, pero mantenerla presente separa a los amigos íntimos. Es más efectivo un solo regaño al que tiene entendimiento que cien latigazos en la espalda del necio. Los malvados están ansiosos por rebelarse, pero serán severamente castigados. Es menos peligroso toparse con una osa a la que le han robado sus crías que enfrentar a un necio en plena necedad. Si pagas mal por bien, el mal nunca se irá de tu casa. Comenzar una pelea es como abrir las compuertas de una represa, así que detente antes de que estalle la disputa. Absolver al culpable y condenar al inocente son dos actos que el SEÑOR detesta. Es absurdo pagar para educar a un necio, puesto que no tiene deseos de aprender. Un amigo es siempre leal, y un hermano nace para ayudar en tiempo de necesidad. Es una insensatez dar garantía por la deuda de otro o ser fiador de un amigo. Al que le gusta pelear, le gusta pecar; el que confía en sus altas murallas invita al desastre. El corazón retorcido no prosperará; la lengua mentirosa cae en problemas. Los padres de un necio sufren; no hay alegría para el padre de un rebelde. El corazón alegre es una buena medicina, pero el espíritu quebrantado consume las fuerzas. Los perversos aceptan sobornos a escondidas para pervertir el curso de la justicia. Los sensatos mantienen sus ojos en la sabiduría, pero los ojos del necio vagan por los confines de la tierra. Los hijos necios traen dolor a su padre y amargura a la que los dio a luz.