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Proverbios 17:1-16

Proverbios 17:1-16 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Más vale comer pan duro donde hay concordia que hacer banquete donde hay discordia. El siervo sabio gobernará al hijo sinvergüenza, y compartirá la herencia con los otros hermanos. En el crisol se prueba la plata y en el horno se prueba el oro, pero los corazones los prueba el SEÑOR. El malvado hace caso a los labios impíos y el mentiroso presta oído a la lengua maliciosa. El que se burla del pobre ofende a su Creador; el que se alegra de la calamidad no quedará sin castigo. La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres. No va bien con los necios el lenguaje refinado ni con los gobernantes, la mentira. El soborno es como una piedra valiosa para quien lo ofrece; piensa que dondequiera que vaya tendrá éxito. El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. Penetra más un regaño en el hombre prudente que cien latigazos en el obstinado. El revoltoso siempre anda buscando pleitos, pero se las verá con un mensajero cruel. Más vale toparse con una osa a la que le quitaron los cachorros que con un necio empecinado en su necedad. El mal nunca se apartará de la familia de aquel que devuelve mal por bien. Iniciar una pelea es romper una represa; vale más retirarse que comenzarla. Absolver al culpable y condenar al inocente son dos cosas que el SEÑOR aborrece. ¿De qué le sirve al necio poseer dinero? ¿Podrá adquirir sabiduría si no tiene entendimiento?

Proverbios 17:1-16 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Vale más pan duro entre amigos que mucha carne entre enemigos. El sirviente que se esfuerza se convierte en jefe del mal hijo, y se queda con la herencia que a este le tocaba. El oro y la plata se prueban en el fuego; nuestras intenciones las pone a prueba Dios. El mentiroso le cree al mentiroso y el malvado le cree al malvado. Es una ofensa contra Dios burlarse del pobre en desgracia; quien lo haga no quedará sin castigo. El orgullo de los padres son los hijos; la alegría de los abuelos son los nietos. Tan ridículo resulta que un tonto pretenda hablar con elegancia, como que un gobernante piense que en su país todos son tontos. El que da dinero a otros para que le hagan favores cree tener una varita mágica, para conseguir siempre lo que quiere. Quien perdona gana un amigo; quien no perdona gana un enemigo. El que es inteligente con un regaño aprende, pero el que es necio ni con cien golpes entiende. El que es revoltoso siempre anda buscando pelea, pero un día se enfrentará con un adversario más cruel. El necio que cree tener la razón es más peligroso que una osa que defiende a sus cachorros. Al que es malagradecido siempre le irá mal. Si comienzas una pelea, ya no podrás controlarla; es como un río desbordado, que arrastra todo a su paso. Dios no soporta dos cosas: que el culpable sea declarado inocente, y que el inocente sea declarado culpable. De qué le sirve al tonto el dinero, si no tiene entendimiento; ¡la sabiduría no se compra!

Proverbios 17:1-16 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Es mejor un mendrugo de pan, en paz, que carne en abundancia, en medio de peleas. El criado astuto se vuelve patrón del hijo vago, y comparte la herencia con los otros hermanos. El crisol pone a prueba la plata, el horno pone a prueba el oro, y el Señor pone a prueba los corazones. El malvado está atento a los labios inicuos; el mentiroso hace caso de la lengua infamante. El que ofende al pobre ofende a su Creador; no queda impune el que se alegra de su mal. Los nietos son la corona de los ancianos, y los padres son la honra de los hijos. No le queda al necio la grandilocuencia, y menos aún al príncipe el hablar con mentira. Quien practica el soborno, lo considera valioso pues le va bien en todo lo que hace. El que perdona el pecado, busca afecto; el que lo divulga, aleja al amigo. Gana más con un regaño quien es inteligente, que lo que gana el necio que recibe cien azotes. El que es rebelde no busca más que el mal, pero un día se enfrentará a un emisario cruel. Es mejor enfrentarse con una osa furiosa que lidiar con la obstinación de un necio. Quien paga mal el bien recibido, merece que el mal no se aparte de su casa. El comienzo de un conflicto pronto se vuelve un río desbordado; es mejor controlarlo, antes de que se desborde. Justificar al malvado y condenar al justo es igual de repugnante para el Señor. ¿Cómo puede el necio adquirir sabiduría, si tiene dinero pero no tiene entendimiento?

Proverbios 17:1-16 La Biblia de las Américas (LBLA)

Mejor es un bocado seco y con él tranquilidad, que una casa llena de banquetes con discordia. El siervo prudente prevalecerá sobre el hijo sin honra, y con los hermanos participará de la herencia. El crisol es para la plata y el horno para el oro, pero el SEÑOR prueba los corazones. El malhechor escucha a los labios perversos, el mentiroso presta atención a la lengua detractora. El que se mofa del pobre afrenta a su Hacedor; el que se regocija de la desgracia no quedará sin castigo. Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres. No convienen al necio las palabras elocuentes; mucho menos al príncipe los labios mentirosos. Talismán es el soborno a los ojos de su dueño; dondequiera que se vuelva, prospera. El que cubre una falta busca afecto, pero el que repite el asunto separa a los mejores amigos. La reprensión penetra más en el que tiene entendimiento que cien azotes en el necio. El rebelde solo busca el mal, y un cruel mensajero se enviará contra él. Mejor es encontrarse con una osa privada de sus cachorros, que con un necio en su necedad. Al que devuelve mal por bien, el mal no se apartará de su casa. El comienzo de la contienda es como el soltar de las aguas; deja, pues, la riña antes de que empiece. El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación al SEÑOR. ¿De qué sirve el precio en la mano del necio para comprar sabiduría cuando no tiene entendimiento?

Proverbios 17:1-16 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Mejor comer pan duro donde reina la paz, que vivir en una casa llena de banquetes donde hay peleas. El sirviente sabio gobernará sobre el hijo sinvergüenza de su amo y compartirá la herencia con los demás hijos. El fuego prueba la pureza del oro y de la plata, pero el SEÑOR prueba el corazón. Los malhechores están ansiosos por escuchar el chisme; los mentirosos prestan suma atención a la calumnia. Los que se burlan del pobre insultan a su Creador; los que se alegran de la desgracia de otros serán castigados. Los nietos son la corona de gloria de los ancianos; los padres son el orgullo de sus hijos. Las palabras elocuentes no son apropiadas para el necio, mucho menos las mentiras para el gobernante. El soborno es como tener un amuleto de la suerte; ¡el que lo da, prospera! Cuando se perdona una falta, el amor florece, pero mantenerla presente separa a los amigos íntimos. Es más efectivo un solo regaño al que tiene entendimiento que cien latigazos en la espalda del necio. Los malvados están ansiosos por rebelarse, pero serán severamente castigados. Es menos peligroso toparse con una osa a la que le han robado sus crías que enfrentar a un necio en plena necedad. Si pagas mal por bien, el mal nunca se irá de tu casa. Comenzar una pelea es como abrir las compuertas de una represa, así que detente antes de que estalle la disputa. Absolver al culpable y condenar al inocente son dos actos que el SEÑOR detesta. Es absurdo pagar para educar a un necio, puesto que no tiene deseos de aprender.

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