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Proverbios 14:8-25

Proverbios 14:8-25 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

La sabiduría del prudente es discernir sus caminos, pero al necio lo engaña su propia necedad. Los necios hacen mofa de sus propias faltas, pero entre los íntegros hay buena voluntad. Cada corazón conoce sus propias amarguras, y ningún extraño comparte su alegría. La casa del malvado será destruida, pero la morada del justo prosperará. Hay un camino que al hombre le parece recto, pero acaba por ser camino de muerte. Hasta de reírse duele el corazón y hay alegrías que acaban en tristezas. El inconstante recibirá todo el pago de su inconstancia; el hombre bueno, el premio de sus acciones. El inexperto cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por dónde va. El sabio teme al SEÑOR y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y se pasa de confiado. El iracundo actúa neciamente y el malvado es odiado. Herencia de los inexpertos es la necedad; corona de los prudentes, el conocimiento. Los malvados se postrarán ante los buenos; los impíos, ante las puertas de los justos. Al pobre hasta sus amigos lo aborrecen, pero son muchos los que aman al rico. Es un pecado despreciar al prójimo; ¡dichoso el que se compadece de los pobres! Pierden el camino los que planean el mal, pero hallan amor y verdad los que hacen el bien. Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse en las palabras solamente, lleva a la pobreza. La corona del sabio es su riqueza; la de los necios, su necedad. El testigo veraz salva vidas, pero el testigo falso miente.

Proverbios 14:8-25 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

El que es sabio lo demuestra en que piensa bien lo que hace, pero el tonto vive engañado por su propia estupidez. A los necios no les importa si Dios los perdona o no, pero la gente buena quiere el perdón de Dios. Nadie más que tú conoce realmente tus tristezas y tus alegrías. La familia del malvado será destruida, pero el hogar del bueno prosperará. Hay cosas que hacemos que nos parecen correctas, pero que al fin de cuentas nos llevan a la tumba. La mucha risa causa dolor; hay alegrías que acaban en tristeza. La gente tonta es feliz con su mala conducta; la gente buena es feliz con sus buenas acciones. La gente tonta cree todo lo que le dicen; la gente sabia piensa bien antes de actuar. El sabio conoce el miedo y se cuida del peligro, pero el tonto es atrevido y se pasa de confiado. El que pronto se enoja pronto hace tonterías, pero el que piensa en lo que hace muestra gran paciencia. La recompensa de los tontos es su propia estupidez; el premio de los sabios consiste en saber cómo actuar. Los malvados no resisten la justicia de los buenos. Si eres pobre, ni tus amigos te buscan; si eres rico, todo el mundo es tu amigo. No debes despreciar al amigo; ¡si eres bueno con los pobres, Dios te bendecirá! Los que piensan hacer lo malo cometen un grave error; los que procuran hacer lo bueno reciben el gran amor de Dios. Todo esfuerzo vale la pena, pero quien habla y no actúa acaba en la pobreza. La riqueza del sabio es su sabiduría; la pobreza del tonto es su estupidez. El testigo que dice la verdad salva a otros de la muerte, pero hay testigos mentirosos.

Proverbios 14:8-25 Reina Valera Contemporánea (RVC)

El que es sabio y astuto sabe por dónde va; a los necios los engaña su propia necedad. Los necios se burlan del pecado; los hombres rectos se ganan la buena voluntad. Cada corazón conoce su propia amargura, y ningún extraño participa de su alegría. La mansión de los impíos será derribada, pero la choza de los hombres rectos permanece. Hay caminos que el hombre considera rectos, pero que al final conducen a la muerte. Hasta de reírse duele el corazón; a veces la alegría acaba en congoja. El corazón necio se harta de sus caminos, pero el hombre de bien va feliz por los suyos. El inexperto cree todo lo que oye; el que es astuto mira por dónde anda. El sabio teme a Dios y se aparta del mal, pero el necio se muestra temerario y engreído. El que fácilmente se enoja comete locuras; el hombre perverso es aborrecido. La necedad es la herencia de los simplones; los astutos se cubren de conocimientos. Los malvados se inclinarán ante los buenos, y los impíos comparecerán ante los justos. Al pobre lo odian hasta sus amigos; al rico, todo el mundo lo quiere. El que humilla a su prójimo comete un pecado; ¡feliz de aquel que se compadece de los pobres! Los que urden el mal pierden el rumbo; los que piensan el bien encuentran amor y verdad. Toda labor rinde sus frutos, pero hablar por hablar empobrece. Las riquezas son la corona de los sabios; la corona de los necios es su necedad. El testigo verdadero te salva la vida; el testigo falso te difama.

Proverbios 14:8-25 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

La sabiduría hace al sabio entender su conducta, pero al necio lo engaña su propia necedad. Los necios se burlan de sus culpas, pero entre los hombres honrados hay buena voluntad. El corazón conoce sus propias amarguras, y no comparte sus alegrías con ningún extraño. La casa de los malvados será destruida; la de los hombres honrados prosperará. Hay caminos que parecen derechos, pero al final de ellos está la muerte. Hasta de reírse duele el corazón, y al final la alegría acaba en llanto. El necio está satisfecho de su conducta; el hombre bueno lo está de sus acciones. El imprudente cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por dónde anda. El sabio teme al mal y se aparta de él, pero al necio nada parece importarle. El que es impulsivo actúa sin pensar; el que es reflexivo mantiene la calma. Los imprudentes son herederos de la necedad; los prudentes se rodean de conocimientos. Los malvados se inclinarán ante los buenos; los malos suplicarán a las puertas de los justos. Al pobre, hasta sus propios amigos lo odian; al rico le sobran amigos. El que desprecia a su amigo comete un pecado, pero ¡feliz aquel que se compadece del pobre! Los que buscan hacer lo malo, pierden el camino; los que buscan hacer lo bueno son objeto de amor y lealtad. De todo esfuerzo se saca provecho; del mucho hablar, solo miseria. La corona del sabio es su inteligencia; la de los necios, su necedad. El testigo verdadero salva a otros la vida; el testigo falso es causa de muerte.

Proverbios 14:8-25 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

La ciencia del prudente está en entender su camino; Mas la indiscreción de los necios es engaño. Los necios se mofan del pecado; Mas entre los rectos hay buena voluntad. El corazón conoce la amargura de su alma; Y extraño no se entremeterá en su alegría. La casa de los impíos será asolada; Pero florecerá la tienda de los rectos. Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte. Aun en la risa tendrá dolor el corazón; Y el término de la alegría es congoja. De sus caminos será hastiado el necio de corazón; Pero el hombre de bien estará contento del suyo. El simple todo lo cree; Mas el avisado mira bien sus pasos. El sabio teme y se aparta del mal; Mas el insensato se muestra insolente y confiado. El que fácilmente se enoja hará locuras; Y el hombre perverso será aborrecido. Los simples heredarán necedad; Mas los prudentes se coronarán de sabiduría. Los malos se inclinarán delante de los buenos, Y los impíos a las puertas del justo. El pobre es odioso aun a su amigo; Pero muchos son los que aman al rico. Peca el que menosprecia a su prójimo; Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado. ¿No yerran los que piensan el mal? Misericordia y verdad alcanzarán los que piensan el bien. En toda labor hay fruto; Mas las vanas palabras de los labios empobrecen. Las riquezas de los sabios son su corona; Pero la insensatez de los necios es infatuación. El testigo verdadero libra las almas; Mas el engañoso hablará mentiras.

Proverbios 14:8-25 La Biblia de las Américas (LBLA)

La sabiduría del prudente está en entender su camino, mas la necedad de los necios es engaño. Los necios se mofan del pecado, pero entre los rectos hay buena voluntad. El corazón conoce su propia amargura, y un extraño no comparte su alegría. La casa de los impíos será destruida, pero la tienda de los rectos florecerá. Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte. Aun en la risa, el corazón puede tener dolor, y el final de la alegría puede ser tristeza. El de corazón descarriado se saciará de sus caminos, pero el hombre bueno estará satisfecho con el suyo. El simple todo lo cree, pero el prudente mira bien sus pasos. El sabio teme y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y descuidado. El hombre pronto a la ira obra neciamente, y el hombre de malos designios es aborrecido. Los simples heredan necedad, mas los prudentes son coronados de conocimiento. Los malos se inclinarán ante los buenos, y los impíos, a las puertas del justo. Aun por su vecino es odiado el pobre, pero son muchos los que aman al rico. El que desprecia a su prójimo peca, pero es feliz el que se apiada de los pobres. ¿No se perderán los que traman el mal?; pero misericordia y verdad recibirán los que planean el bien. En todo trabajo hay ganancia, pero el vano hablar conduce solo a la pobreza. La corona de los sabios es su riqueza, mas la necedad de los necios es insensatez. El testigo veraz salva vidas, pero el que habla mentiras es traidor.

Proverbios 14:8-25 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Los prudentes saben a dónde van; en cambio, los necios se engañan a sí mismos. Los necios se burlan de la culpa, pero los justos la reconocen y buscan la reconciliación. Cada corazón conoce su propia amargura, y nadie más puede compartir totalmente su alegría. La casa de los perversos será destruida, pero la humilde morada de los justos prosperará. Delante de cada persona hay un camino que parece correcto, pero termina en muerte. La risa puede ocultar un corazón afligido, pero cuando la risa termina, el dolor permanece. Los descarriados reciben su merecido; la gente buena recibe su recompensa. ¡Solo los simplones creen todo lo que se les dice! Los prudentes examinan cuidadosamente sus pasos. Los sabios son precavidos y evitan el peligro; los necios, confiados en sí mismos, se precipitan con imprudencia. Los que se enojan fácilmente cometen locuras, y los que maquinan maldad son odiados. Los simplones están vestidos de necedad, pero los prudentes son coronados de conocimiento. Los malvados se inclinarán ante los buenos; los perversos harán reverencia a las puertas de los justos. A los pobres hasta sus vecinos los desprecian, mientras que a los ricos les sobran «amigos». Denigrar al prójimo es pecado; benditos los que ayudan a los pobres. Si te propones hacer el mal, te perderás; si te propones hacer el bien, recibirás amor inagotable y fidelidad. El trabajo trae ganancias, ¡pero el solo hablar lleva a la pobreza! La riqueza es una corona para los sabios; el esfuerzo de los necios solo produce necedad. El testigo veraz salva vidas, pero el testigo falso es un traidor.

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