Proverbios 14:1-34
Proverbios 14:1-34 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye. El que va por buen camino teme al SEÑOR; el que va por malos caminos lo desprecia. De la boca del necio brota arrogancia; los labios del sabio son su propia protección. Donde no hay bueyes el granero está vacío; con la fuerza del buey aumenta la cosecha. El testigo veraz jamás miente; el testigo falso propaga mentiras. El insolente busca sabiduría y no la halla; para el entendido, el conocimiento es cosa fácil. Mantente a distancia del necio, pues en sus labios no hallarás conocimiento. La sabiduría del prudente es discernir sus caminos, pero al necio lo engaña su propia necedad. Los necios hacen mofa de sus propias faltas, pero entre los íntegros hay buena voluntad. Cada corazón conoce sus propias amarguras, y ningún extraño comparte su alegría. La casa del malvado será destruida, pero la morada del justo prosperará. Hay un camino que al hombre le parece recto, pero acaba por ser camino de muerte. Hasta de reírse duele el corazón y hay alegrías que acaban en tristezas. El inconstante recibirá todo el pago de su inconstancia; el hombre bueno, el premio de sus acciones. El inexperto cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por dónde va. El sabio teme al SEÑOR y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y se pasa de confiado. El iracundo actúa neciamente y el malvado es odiado. Herencia de los inexpertos es la necedad; corona de los prudentes, el conocimiento. Los malvados se postrarán ante los buenos; los impíos, ante las puertas de los justos. Al pobre hasta sus amigos lo aborrecen, pero son muchos los que aman al rico. Es un pecado despreciar al prójimo; ¡dichoso el que se compadece de los pobres! Pierden el camino los que planean el mal, pero hallan amor y verdad los que hacen el bien. Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse en las palabras solamente, lleva a la pobreza. La corona del sabio es su riqueza; la de los necios, su necedad. El testigo veraz salva vidas, pero el testigo falso miente. El temor del SEÑOR es un baluarte seguro que sirve de refugio a los hijos. El temor del SEÑOR es fuente de vida y libera de los lazos de la muerte. Gloria del rey es gobernar a una gran población; un príncipe sin súbditos está arruinado. El que es paciente muestra gran inteligencia; el que es agresivo muestra mucha insensatez. El corazón tranquilo da vida al cuerpo, pero la envidia carcome los huesos. El que oprime al pobre ofende a su Creador, pero honra a Dios quien se apiada del necesitado. El malvado cae por su propia maldad; el justo, aun en su muerte, halla refugio en Dios. En el corazón de los entendidos mora la sabiduría, pero los necios ni siquiera la conocen. La justicia enaltece a una nación, pero el pecado deshonra a todos los pueblos.
Proverbios 14:1-34 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
La mujer sabia une a su familia; la mujer tonta la desbarata. La gente honrada obedece a Dios; la gente malvada lo desprecia. Es de tontos hablar con orgullo; es de sabios ser de pocas palabras. Sin las herramientas apropiadas, el trabajo no da fruto; con buenas herramientas se saca mejor provecho. El testigo verdadero dice la verdad; el testigo falso siempre dice mentiras. El malcriado quisiera ser sabio, pero jamás llegará a serlo; en cambio, el entendido muy pronto gana conocimientos. Aléjate de los tontos, que nunca aprenderás nada de ellos. El que es sabio lo demuestra en que piensa bien lo que hace, pero el tonto vive engañado por su propia estupidez. A los necios no les importa si Dios los perdona o no, pero la gente buena quiere el perdón de Dios. Nadie más que tú conoce realmente tus tristezas y tus alegrías. La familia del malvado será destruida, pero el hogar del bueno prosperará. Hay cosas que hacemos que nos parecen correctas, pero que al fin de cuentas nos llevan a la tumba. La mucha risa causa dolor; hay alegrías que acaban en tristeza. La gente tonta es feliz con su mala conducta; la gente buena es feliz con sus buenas acciones. La gente tonta cree todo lo que le dicen; la gente sabia piensa bien antes de actuar. El sabio conoce el miedo y se cuida del peligro, pero el tonto es atrevido y se pasa de confiado. El que pronto se enoja pronto hace tonterías, pero el que piensa en lo que hace muestra gran paciencia. La recompensa de los tontos es su propia estupidez; el premio de los sabios consiste en saber cómo actuar. Los malvados no resisten la justicia de los buenos. Si eres pobre, ni tus amigos te buscan; si eres rico, todo el mundo es tu amigo. No debes despreciar al amigo; ¡si eres bueno con los pobres, Dios te bendecirá! Los que piensan hacer lo malo cometen un grave error; los que procuran hacer lo bueno reciben el gran amor de Dios. Todo esfuerzo vale la pena, pero quien habla y no actúa acaba en la pobreza. La riqueza del sabio es su sabiduría; la pobreza del tonto es su estupidez. El testigo que dice la verdad salva a otros de la muerte, pero hay testigos mentirosos. El que obedece a Dios ya tiene un poderoso protector para él y para sus hijos. El que obedece a Dios tiene larga vida; ha escapado de la muerte. Para el rey es un orgullo gobernar a un pueblo numeroso; ¡qué vergüenza es para él no tener a quién gobernar! El sabio domina su enojo; el tonto no controla su violencia. Mente sana en cuerpo sano; por eso la envidia te destruye por completo. Quien le quita todo al pobre ofende a Dios, su creador; quien obedece a Dios trata bien al pobre. El malvado fracasa por su maldad; pero el hombre bueno confía en Dios hasta la muerte. En la mente del sabio hay lugar para la sabiduría; pero la gente tonta no llega a conocerla. El orgullo de un pueblo es que se haga justicia; la desgracia de los pueblos es que se cometa pecado.
Proverbios 14:1-34 Reina Valera Contemporánea (RVC)
La mujer sabia edifica su casa, pero la necia la derriba con sus propias manos. El que teme al Señor sigue su camino recto, pero el que anda en malos pasos lo desdeña. Los labios del necio derraman soberbia; los labios de los sabios son su protección. Sin bueyes el granero no se llena; gracias a su fuerza, hay abundancia de pan. El testigo verdadero no miente; el testigo falso esparce calumnias. El burlón busca la sabiduría y no da con ella; el hombre entendido la encuentra fácilmente. No te juntes con gente necia, porque nada aprenderás de lo que te digan. El que es sabio y astuto sabe por dónde va; a los necios los engaña su propia necedad. Los necios se burlan del pecado; los hombres rectos se ganan la buena voluntad. Cada corazón conoce su propia amargura, y ningún extraño participa de su alegría. La mansión de los impíos será derribada, pero la choza de los hombres rectos permanece. Hay caminos que el hombre considera rectos, pero que al final conducen a la muerte. Hasta de reírse duele el corazón; a veces la alegría acaba en congoja. El corazón necio se harta de sus caminos, pero el hombre de bien va feliz por los suyos. El inexperto cree todo lo que oye; el que es astuto mira por dónde anda. El sabio teme a Dios y se aparta del mal, pero el necio se muestra temerario y engreído. El que fácilmente se enoja comete locuras; el hombre perverso es aborrecido. La necedad es la herencia de los simplones; los astutos se cubren de conocimientos. Los malvados se inclinarán ante los buenos, y los impíos comparecerán ante los justos. Al pobre lo odian hasta sus amigos; al rico, todo el mundo lo quiere. El que humilla a su prójimo comete un pecado; ¡feliz de aquel que se compadece de los pobres! Los que urden el mal pierden el rumbo; los que piensan el bien encuentran amor y verdad. Toda labor rinde sus frutos, pero hablar por hablar empobrece. Las riquezas son la corona de los sabios; la corona de los necios es su necedad. El testigo verdadero te salva la vida; el testigo falso te difama. El temor del Señor infunde plena confianza, y da esperanza a nuestros hijos. El temor del Señor es un manantial de vida, que nos aparta de los lazos de la muerte. Un pueblo numeroso es la gloria del rey; un pueblo escaso es la debilidad del príncipe. Enojo lento, gran inteligencia; espíritu impaciente, demasiada necedad. Un corazón apacible infunde vida al cuerpo, pero la envidia corroe hasta los huesos. Oprimir al pobre es afrentar al Creador; tener misericordia del pobre es honrar a Dios. Al malvado lo pierde su propia maldad; el justo, aun en la muerte mantiene la esperanza. La sabiduría reposa en el corazón prudente, pero entre los necios es desconocida. Un pueblo justo es un gran pueblo, pero el pecado deshonra a las naciones.
Proverbios 14:1-34 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
La mujer sabia construye su casa; la necia, con sus propias manos la destruye. El de recta conducta honra al Señor; el de conducta torcida lo desprecia. De la boca del necio brota el orgullo; de los labios del sabio, su protección. Cuando no hay bueyes, el trigo falta; con la fuerza del buey, la cosecha aumenta. El testigo verdadero no miente; el testigo falso dice mentiras. El insolente busca sabiduría y no la encuentra; para el inteligente, el saber es cosa fácil. Aléjate del necio, pues de sus labios no obtendrás conocimiento. La sabiduría hace al sabio entender su conducta, pero al necio lo engaña su propia necedad. Los necios se burlan de sus culpas, pero entre los hombres honrados hay buena voluntad. El corazón conoce sus propias amarguras, y no comparte sus alegrías con ningún extraño. La casa de los malvados será destruida; la de los hombres honrados prosperará. Hay caminos que parecen derechos, pero al final de ellos está la muerte. Hasta de reírse duele el corazón, y al final la alegría acaba en llanto. El necio está satisfecho de su conducta; el hombre bueno lo está de sus acciones. El imprudente cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por dónde anda. El sabio teme al mal y se aparta de él, pero al necio nada parece importarle. El que es impulsivo actúa sin pensar; el que es reflexivo mantiene la calma. Los imprudentes son herederos de la necedad; los prudentes se rodean de conocimientos. Los malvados se inclinarán ante los buenos; los malos suplicarán a las puertas de los justos. Al pobre, hasta sus propios amigos lo odian; al rico le sobran amigos. El que desprecia a su amigo comete un pecado, pero ¡feliz aquel que se compadece del pobre! Los que buscan hacer lo malo, pierden el camino; los que buscan hacer lo bueno son objeto de amor y lealtad. De todo esfuerzo se saca provecho; del mucho hablar, solo miseria. La corona del sabio es su inteligencia; la de los necios, su necedad. El testigo verdadero salva a otros la vida; el testigo falso es causa de muerte. El honrar al Señor es una firme esperanza que da seguridad a los hijos. El honrar al Señor es fuente de vida que libra de los lazos de la muerte. Gobernar a muchos es una honra para el rey; gobernar a pocos es su ruina. Ser paciente es muestra de mucha inteligencia; ser impaciente es muestra de gran estupidez. La mente tranquila es vida para el cuerpo, pero la envidia corroe hasta los huesos. Ofende a su Creador quien oprime al pobre, pero lo honra quien le tiene compasión. Al malvado lo arruina su propia maldad; al hombre honrado lo protege su honradez. La sabiduría habita en mentes que razonan, pero entre los necios es desconocida. La justicia es el orgullo de una nación; el pecado es su vergüenza.
Proverbios 14:1-34 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba. El que camina en su rectitud teme a Jehová; Mas el de caminos pervertidos lo menosprecia. En la boca del necio está la vara de la soberbia; Mas los labios de los sabios los guardarán. Sin bueyes el granero está vacío; Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan. El testigo verdadero no mentirá; Mas el testigo falso hablará mentiras. Busca el escarnecedor la sabiduría y no la halla; Mas al hombre entendido la sabiduría le es fácil. Vete de delante del hombre necio, Porque en él no hallarás labios de ciencia. La ciencia del prudente está en entender su camino; Mas la indiscreción de los necios es engaño. Los necios se mofan del pecado; Mas entre los rectos hay buena voluntad. El corazón conoce la amargura de su alma; Y extraño no se entremeterá en su alegría. La casa de los impíos será asolada; Pero florecerá la tienda de los rectos. Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte. Aun en la risa tendrá dolor el corazón; Y el término de la alegría es congoja. De sus caminos será hastiado el necio de corazón; Pero el hombre de bien estará contento del suyo. El simple todo lo cree; Mas el avisado mira bien sus pasos. El sabio teme y se aparta del mal; Mas el insensato se muestra insolente y confiado. El que fácilmente se enoja hará locuras; Y el hombre perverso será aborrecido. Los simples heredarán necedad; Mas los prudentes se coronarán de sabiduría. Los malos se inclinarán delante de los buenos, Y los impíos a las puertas del justo. El pobre es odioso aun a su amigo; Pero muchos son los que aman al rico. Peca el que menosprecia a su prójimo; Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado. ¿No yerran los que piensan el mal? Misericordia y verdad alcanzarán los que piensan el bien. En toda labor hay fruto; Mas las vanas palabras de los labios empobrecen. Las riquezas de los sabios son su corona; Pero la insensatez de los necios es infatuación. El testigo verdadero libra las almas; Mas el engañoso hablará mentiras. En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos. El temor de Jehová es manantial de vida Para apartarse de los lazos de la muerte. En la multitud del pueblo está la gloria del rey; Y en la falta de pueblo la debilidad del príncipe. El que tarda en airarse es grande de entendimiento; Mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad. El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos. El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor; Mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra. Por su maldad será lanzado el impío; Mas el justo en su muerte tiene esperanza. En el corazón del prudente reposa la sabiduría; Pero no es conocida en medio de los necios. La justicia engrandece a la nación; Mas el pecado es afrenta de las naciones.
Proverbios 14:1-34 La Biblia de las Américas (LBLA)
La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba. Él que anda en rectitud teme al SEÑOR, pero el de perversos caminos le desprecia. En la boca del necio hay una vara para su espalda, pero los labios de los sabios los protegerán. Donde no hay bueyes, el pesebre está limpio, pero mucho rendimiento se obtiene por la fuerza del buey. El testigo veraz no mentirá, pero el testigo falso habla mentiras. El escarnecedor busca sabiduría, y no la halla, pero para el hombre entendido el conocimiento es fácil. Apártate de la presencia del necio, porque en él no discernirás palabras de conocimiento. La sabiduría del prudente está en entender su camino, mas la necedad de los necios es engaño. Los necios se mofan del pecado, pero entre los rectos hay buena voluntad. El corazón conoce su propia amargura, y un extraño no comparte su alegría. La casa de los impíos será destruida, pero la tienda de los rectos florecerá. Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte. Aun en la risa, el corazón puede tener dolor, y el final de la alegría puede ser tristeza. El de corazón descarriado se saciará de sus caminos, pero el hombre bueno estará satisfecho con el suyo. El simple todo lo cree, pero el prudente mira bien sus pasos. El sabio teme y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y descuidado. El hombre pronto a la ira obra neciamente, y el hombre de malos designios es aborrecido. Los simples heredan necedad, mas los prudentes son coronados de conocimiento. Los malos se inclinarán ante los buenos, y los impíos, a las puertas del justo. Aun por su vecino es odiado el pobre, pero son muchos los que aman al rico. El que desprecia a su prójimo peca, pero es feliz el que se apiada de los pobres. ¿No se perderán los que traman el mal?; pero misericordia y verdad recibirán los que planean el bien. En todo trabajo hay ganancia, pero el vano hablar conduce solo a la pobreza. La corona de los sabios es su riqueza, mas la necedad de los necios es insensatez. El testigo veraz salva vidas, pero el que habla mentiras es traidor. En el temor del SEÑOR hay confianza segura, y a los hijos dará refugio. El temor del SEÑOR es fuente de vida, para evadir los lazos de la muerte. En la multitud del pueblo está la gloria del rey, pero en la falta de pueblo está la ruina del príncipe. El lento para la ira tiene gran prudencia, pero el que es irascible ensalza la necedad. Un corazón apacible es vida para el cuerpo, mas las pasiones son podredumbre de los huesos. El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor, pero el que se apiada del necesitado le honra. El impío es derribado por su maldad, pero el justo tiene un refugio cuando muere. En el corazón del prudente reposa la sabiduría, pero en medio de los necios no se da a conocer. La justicia engrandece a la nación, pero el pecado es afrenta para los pueblos.
Proverbios 14:1-34 Nueva Traducción Viviente (NTV)
La mujer sabia edifica su hogar, pero la necia con sus propias manos lo destruye. Los que siguen el buen camino temen al SEÑOR; los que van por mal camino lo desprecian. Las palabras arrogantes del necio se convierten en una vara que lo golpea, pero las palabras de los sabios los protegen. Sin bueyes un establo se mantiene limpio, pero se necesita un buey fuerte para una gran cosecha. El testigo honrado no miente; el testigo falso respira mentiras. El burlón busca la sabiduría y nunca la encuentra; pero para el entendido, el conocimiento es cosa fácil. No te acerques a los necios, porque no encontrarás conocimiento en sus labios. Los prudentes saben a dónde van; en cambio, los necios se engañan a sí mismos. Los necios se burlan de la culpa, pero los justos la reconocen y buscan la reconciliación. Cada corazón conoce su propia amargura, y nadie más puede compartir totalmente su alegría. La casa de los perversos será destruida, pero la humilde morada de los justos prosperará. Delante de cada persona hay un camino que parece correcto, pero termina en muerte. La risa puede ocultar un corazón afligido, pero cuando la risa termina, el dolor permanece. Los descarriados reciben su merecido; la gente buena recibe su recompensa. ¡Solo los simplones creen todo lo que se les dice! Los prudentes examinan cuidadosamente sus pasos. Los sabios son precavidos y evitan el peligro; los necios, confiados en sí mismos, se precipitan con imprudencia. Los que se enojan fácilmente cometen locuras, y los que maquinan maldad son odiados. Los simplones están vestidos de necedad, pero los prudentes son coronados de conocimiento. Los malvados se inclinarán ante los buenos; los perversos harán reverencia a las puertas de los justos. A los pobres hasta sus vecinos los desprecian, mientras que a los ricos les sobran «amigos». Denigrar al prójimo es pecado; benditos los que ayudan a los pobres. Si te propones hacer el mal, te perderás; si te propones hacer el bien, recibirás amor inagotable y fidelidad. El trabajo trae ganancias, ¡pero el solo hablar lleva a la pobreza! La riqueza es una corona para los sabios; el esfuerzo de los necios solo produce necedad. El testigo veraz salva vidas, pero el testigo falso es un traidor. Los que temen al SEÑOR están seguros; él será un refugio para sus hijos. El temor del SEÑOR es fuente que da vida; ofrece un escape de las trampas de la muerte. Una población que crece es la gloria del rey; un príncipe sin súbditos no tiene nada. Los que tienen entendimiento no pierden los estribos; los que se enojan fácilmente demuestran gran necedad. La paz en el corazón da salud al cuerpo; los celos son como cáncer en los huesos. Quienes oprimen a los pobres insultan a su Creador, pero quienes los ayudan lo honran. Los perversos son aplastados por el desastre, pero los justos tienen un refugio cuando mueren. La sabiduría es venerada en el corazón comprensivo; la sabiduría no se encuentra entre los necios. La justicia engrandece a la nación, pero el pecado es la deshonra de cualquier pueblo.