Proverbios 14:1-3
Proverbios 14:1-3 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye. El que va por buen camino teme al SEÑOR; el que va por malos caminos lo desprecia. De la boca del necio brota arrogancia; los labios del sabio son su propia protección.
Proverbios 14:1-3 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
La mujer sabia une a su familia; la mujer tonta la desbarata. La gente honrada obedece a Dios; la gente malvada lo desprecia. Es de tontos hablar con orgullo; es de sabios ser de pocas palabras.
Proverbios 14:1-3 Reina Valera Contemporánea (RVC)
La mujer sabia edifica su casa, pero la necia la derriba con sus propias manos. El que teme al Señor sigue su camino recto, pero el que anda en malos pasos lo desdeña. Los labios del necio derraman soberbia; los labios de los sabios son su protección.
Proverbios 14:1-3 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
La mujer sabia construye su casa; la necia, con sus propias manos la destruye. El de recta conducta honra al Señor; el de conducta torcida lo desprecia. De la boca del necio brota el orgullo; de los labios del sabio, su protección.
Proverbios 14:1-3 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba. El que camina en su rectitud teme a Jehová; Mas el de caminos pervertidos lo menosprecia. En la boca del necio está la vara de la soberbia; Mas los labios de los sabios los guardarán.
Proverbios 14:1-3 La Biblia de las Américas (LBLA)
La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba. Él que anda en rectitud teme al SEÑOR, pero el de perversos caminos le desprecia. En la boca del necio hay una vara para su espalda, pero los labios de los sabios los protegerán.
Proverbios 14:1-3 Nueva Traducción Viviente (NTV)
La mujer sabia edifica su hogar, pero la necia con sus propias manos lo destruye. Los que siguen el buen camino temen al SEÑOR; los que van por mal camino lo desprecian. Las palabras arrogantes del necio se convierten en una vara que lo golpea, pero las palabras de los sabios los protegen.