Proverbios 13:1-9
Proverbios 13:1-9 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
El hijo sabio atiende a la corrección de su padre, pero el insolente no hace caso a la reprensión. Quien habla el bien, del bien se nutre, pero el infiel padece hambre de violencia. El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina. El perezoso codicia y no satisface sus anhelos; el diligente prospera en todo lo que anhela. El justo aborrece la mentira; el malvado acarrea vergüenza y deshonra. La justicia protege al que anda en integridad, pero la maldad arruina al pecador. Hay quien pretende ser rico y no tiene nada; hay quien parece ser pobre y todo lo tiene. Con su riqueza el rico pone a salvo su vida, pero al pobre no hay quien lo reprenda. La luz de los justos brilla radiante, pero los malvados son como lámpara apagada.
Proverbios 13:1-9 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
El hijo sabio acepta que su padre lo castigue; el hijo malcriado no permite que le llamen la atención. Los que hablan de hacer el bien reciben su justo premio, pero los traidores reciben el castigo que se merecen. El que cuida lo que dice protege su vida; el que solo dice tonterías provoca su propia desgracia. El que desea tener sin trabajar, al final no consigue nada; ¡trabaja, y todo lo tendrás! La gente honrada odia la mentira; el malvado siempre causa vergüenza y deshonra. Al bueno lo protege su honradez; al pecador lo arruina su maldad. Algunos dicen ser ricos y no tienen nada; otros dicen ser pobres y nada les falta. El rico, por su dinero, corre el peligro de ser secuestrado; el pobre no tiene ese problema, pues nadie lo amenaza. La vida de los buenos es luz que llena de alegría; la vida de los malvados es una lámpara apagada.
Proverbios 13:1-9 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El hijo sabio sigue el consejo de su padre; el burlón no hace caso de las reprensiones. El hombre de bien se nutre con sus palabras; el desalmado se nutre de violencia. El que cuida su boca se cuida a sí mismo; el que habla mucho tendrá problemas. El perezoso desea y nada consigue, pero el que es diligente será prosperado. El hombre justo aborrece la mentira; el malvado se hace odioso y despreciable. La justicia protege al de camino perfecto; la impiedad trastorna al pecador. Unos pretenden ser ricos, y no tienen nada; otros simulan ser pobres, y lo tienen todo. Con sus riquezas, el hombre rescata su vida; el pobre nunca llega a oír amenazas. La luz de los justos brinda alegría; la lámpara de los impíos languidece.
Proverbios 13:1-9 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El hijo sabio acepta la corrección del padre; el insolente no hace caso de reprensiones. Cada uno recoge el fruto de lo que dice, pero los traidores tienen hambre de violencia. Cuidar las palabras es cuidarse uno mismo; el que habla mucho se arruina solo. El perezoso desea y no consigue; el que trabaja, prospera. El hombre justo odia la mentira; el malvado es motivo de vergüenza y deshonra. La rectitud protege al hombre intachable; la maldad destruye al pecador. Hay quienes no tienen nada y presumen de ricos, y hay quienes todo lo tienen y aparentan ser pobres. La riqueza del rico le salva la vida; el pobre jamás escucha amenazas. Los justos son como una luz brillante; los malvados, como lámpara que se apaga.
Proverbios 13:1-9 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
El hijo sabio recibe el consejo del padre; Mas el burlador no escucha las reprensiones. Del fruto de su boca el hombre comerá el bien; Mas el alma de los prevaricadores hallará el mal. El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad. El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada. El justo aborrece la palabra de mentira; Mas el impío se hace odioso e infame. La justicia guarda al de perfecto camino; Mas la impiedad trastornará al pecador. Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; Y hay quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas. El rescate de la vida del hombre está en sus riquezas; Pero el pobre no oye censuras. La luz de los justos se alegrará; Mas se apagará la lámpara de los impíos.
Proverbios 13:1-9 La Biblia de las Américas (LBLA)
El hijo sabio acepta la disciplina de su padre, pero el escarnecedor no escucha la reprensión. Del fruto de su boca el hombre comerá el bien, pero el deseo de los pérfidos es la violencia. Él que guarda su boca, preserva su vida; el que mucho abre sus labios, termina en ruina. El alma del perezoso desea, pero nada consigue, mas el alma de los diligentes queda satisfecha. El justo aborrece la falsedad, mas el impío causa repugnancia y vergüenza. La justicia guarda al íntegro en su camino, mas la maldad trastorna al pecador. Hay quien pretende ser rico, y nada tiene; hay quien pretende ser pobre, y tiene una gran fortuna. El rescate de la vida de un hombre está en sus riquezas, pero el pobre no oye amenazas. La luz de los justos brilla alegremente, pero la lámpara de los impíos se apaga.
Proverbios 13:1-9 Nueva Traducción Viviente (NTV)
El hijo sabio acepta la disciplina de sus padres; el burlón se niega a escuchar la corrección. Con palabras sabias te conseguirás una buena comida, pero la gente traicionera tiene hambre de violencia. Los que controlan su lengua tendrán una larga vida; el abrir la boca puede arruinarlo todo. Los perezosos ambicionan mucho y obtienen poco, pero los que trabajan con esmero prosperarán. Los justos odian las mentiras; los perversos son motivo de vergüenza y deshonra. La justicia protege el camino del intachable, pero el pecado engaña a los malvados. Hay quienes son pobres y se hacen pasar por ricos; hay otros que, siendo ricos, se hacen pasar por pobres. El rico puede pagar rescate por su vida, pero al pobre ni siquiera lo amenazan. La vida del justo está llena de luz y de alegría, pero la luz del pecador se apagará.