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Números 32:1-22

Números 32:1-22 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Las tribus de Rubén y Gad poseían una enorme cantidad de animales. Así que cuando vieron que las tierras de Jazer y Galaad eran ideales para sus rebaños y manadas, se acercaron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los otros jefes de la comunidad y les dijeron: —Observen las ciudades de Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sibma, Nebo y Beón. El SEÑOR conquistó todo este territorio para la comunidad de Israel y es ideal para todos nuestros animales. Si contamos con su favor, permítannos ocupar esta tierra como nuestra propiedad en lugar de darnos tierra al otro lado del río Jordán. —¿Significa esto que ustedes pretenden quedarse aquí mientras sus hermanos cruzan el río y combaten sin su apoyo? —preguntó Moisés a los hombres de Gad y de Rubén—. ¿Por qué quieren desalentar al resto del pueblo de Israel de cruzar a la tierra que el SEÑOR le ha dado? Sus antepasados hicieron lo mismo cuando los envié de Cades-barnea a explorar la tierra. Después que subieron al valle de Escol y exploraron la tierra, desanimaron al pueblo de Israel para que no entrara a la tierra que el SEÑOR le daba. Por eso el SEÑOR se enojó mucho contra ellos y juró: “De todos los que rescaté de Egipto, ninguno de veinte años o más verá jamás la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque no me han obedecido de corazón. Las únicas excepciones son Caleb, hijo de Jefone el cenezeo, y Josué, hijo de Nun, porque ellos han seguido al SEÑOR de todo corazón”. »El SEÑOR se enojó con los israelitas y los hizo vagar en el desierto durante cuarenta años hasta que murió la generación entera que había pecado a los ojos del SEÑOR. ¡Pero ahora aquí están ustedes, raza de pecadores, haciendo exactamente lo mismo! Ustedes están provocando que el SEÑOR se enoje aún más con Israel. ¡Si ustedes se alejan de él y él abandona nuevamente al pueblo en el desierto, ustedes serán responsables de la destrucción de la nación entera! Pero ellos se acercaron a Moisés y le dijeron: —Nosotros simplemente queremos construir corrales para nuestros animales y ciudades fortificadas para nuestras esposas e hijos. Después tomaremos las armas e iremos al frente de nuestros hermanos israelitas a la batalla, hasta que los llevemos seguros a su tierra. Mientras tanto, nuestras familias se quedarán en las ciudades fortificadas que construiremos aquí, para que no corran peligro de los ataques de la gente del lugar. No volveremos a nuestras casas hasta que todo el pueblo de Israel haya recibido su porción de tierra. Sin embargo, no reclamamos ninguna parte de la tierra del otro lado del Jordán. Preferimos vivir aquí, al oriente del Jordán y la aceptamos como nuestra porción de tierra. Entonces Moisés les dijo: —Si ustedes cumplen su palabra y se preparan para ir a la batalla del SEÑOR, y si sus tropas cruzan el Jordán y siguen en la lucha hasta que el SEÑOR expulse a sus enemigos, entonces podrán volver cuando el SEÑOR haya conquistado la tierra. Habrán cumplido con su deber ante el SEÑOR y ante el resto del pueblo de Israel. Y la tierra al oriente del Jordán será su propiedad de parte del SEÑOR.

Números 32:1-22 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Las tribus de Rubén y Gad, que tenían mucho ganado, se dieron cuenta de que las tierras de Jazer y Galaad eran apropiadas para la ganadería. Así que fueron a decirles a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los jefes de la comunidad: —Las tierras de Atarot, Dibón, Jazer, Nimrá, Hesbón, Elalé, Sebán, Nebo y Beón las conquistó el SEÑOR para el pueblo de Israel, y son apropiadas para la ganadería de tus siervos. Si nos hemos ganado tu favor, permítenos tomar esas tierras como heredad. No nos hagas cruzar el Jordán. Entonces Moisés dijo a los rubenitas y a los gaditas: —¿Les parece justo que sus hermanos vayan al combate mientras ustedes se quedan aquí sentados? Los israelitas se han propuesto conquistar la tierra que el SEÑOR les ha dado; ¿no se dan cuenta de que esto los desanimaría? ¡Esto mismo hicieron los padres de ustedes cuando yo los envié a explorar la tierra de Cades Barnea! Fueron a inspeccionar la tierra en el valle de Escol y, cuando volvieron, desanimaron a los israelitas para que no entraran en la tierra que el SEÑOR les había dado. Ese día el SEÑOR se encendió en ira y juró: “Por no haberme seguido de todo corazón, ninguno de los mayores de veinte años que salieron de Egipto verá la tierra que juré dar a Abraham, Isaac y Jacob. Ninguno de ellos la verá, con la sola excepción de Caleb, hijo de Jefone, el quenizita, y Josué, hijo de Nun, los cuales me siguieron a mí, el SEÑOR, de todo corazón”. El SEÑOR se encendió en ira contra Israel y los hizo vagar por el desierto cuarenta años, hasta que murió toda la generación que había pecado. »¡Y ahora ustedes, nido de pecadores, vienen en lugar de sus antepasados para aumentar la ira del SEÑOR contra Israel! Si ustedes se niegan a seguirlo, él volverá a dejar en el desierto a todo este pueblo, y ustedes serán la causa de su destrucción». Entonces ellos se acercaron otra vez a Moisés y dijeron: —Vamos a construir corrales para el ganado y a edificar ciudades para nuestros pequeños. Sin embargo, tomaremos las armas y marcharemos al frente de los israelitas hasta llevarlos a su lugar. Mientras tanto, nuestros pequeños vivirán en ciudades fortificadas que los protejan de los habitantes del país. No volveremos a nuestras casas hasta que cada uno de los israelitas haya recibido su heredad. Nosotros no queremos compartir con ellos ninguna heredad al otro lado del Jordán, porque nuestra heredad está aquí, en el lado oriental del río. Moisés contestó: —Si están dispuestos a hacerlo así, delante del SEÑOR tomen las armas y marchen al combate. Crucen con sus armas el Jordán y con la ayuda del SEÑOR luchen hasta que él haya quitado del camino a sus enemigos. Cuando a su paso el SEÑOR haya sometido la tierra, entonces podrán ustedes regresar a casa, pues habrán cumplido con su deber hacia el SEÑOR y hacia Israel. Y con la aprobación del SEÑOR esta tierra será de ustedes.

Números 32:1-22 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

La tribu de Rubén y la de Gad tenían mucho ganado. Cuando vieron que la región de Jazer y de Galaad era buena para el ganado les dijeron a Moisés, a Eleazar y a los jefes de Israel: —Las regiones de Atarot, Dibón, Jazer, Nimrá, Hesbón, Elalé, Sebam, Nebo y Beón son muy buenas para el ganado, y nosotros tenemos mucho. Dios conquistó esas regiones para su pueblo, así que ahora les rogamos que nos dejen vivir en ellas. Y si a ustedes les parece bien, ya no iremos a vivir al otro lado del río Jordán. Pero Moisés les contestó: —Así que a ustedes les parece bien quedarse aquí mientras sus hermanos van a la guerra. ¡Por culpa de ustedes las demás tribus se van a desanimar, y ya no van a querer ir al territorio que Dios les ha dado! Eso mismo hicieron sus antepasados al principio. Cuando los envié desde Cadés-barnea a explorar el territorio, llegaron hasta el arroyo de Escol. Luego vinieron a desanimar a los israelitas para que no pasaran al territorio prometido. »Dios se enojó muchísimo ese día y dijo: “Puesto que no quisieron obedecerme, juro que ninguno de los que salieron de Egipto, mayor de veinte años, entrará al territorio que prometí a sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. Solo entrarán Caleb y Josué, porque confiaron en mí”. »Tal fue el enojo de Dios que durante cuarenta años hizo que los israelitas dieran vueltas por el desierto, hasta que todos los desobedientes murieron. »¡Y ahora ustedes, que son tan malos como sus antepasados, hacen lo mismo! ¿Quieren que Dios se enoje de nuevo contra Israel? Si ustedes se quedan aquí y no obedecen a Dios, él dejará morir a todo el pueblo en el desierto, y ustedes serán los responsables. Entonces los de la tribu de Rubén y los de Gad le contestaron a Moisés: —Nosotros construiremos casas para nuestros hijos, y corrales para el ganado. Pero iremos al frente del ejército y lucharemos junto a las demás tribus hasta que ellos también tengan un lugar donde vivir. Lo único que deseamos es dejar a nuestros hijos bien protegidos en las ciudades que construyamos, para que la gente de esta región no les haga daño. Cuando los demás israelitas tengan también un lugar donde vivir, regresaremos a nuestro territorio, pues no queremos vivir con ellos del otro lado del río Jordán. Y Moisés les dijo

Números 32:1-22 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían incontables cabezas de ganado, así que cuando vieron la tierra de Jazer y de Galaad, les pareció el lugar ideal para sus ganados. Entonces los hijos de Gad y los hijos de Rubén fueron a hablar con Moisés y con el sacerdote Eleazar, lo mismo que con los príncipes de la congregación, y les dijeron: «Atarot, Dibón, Jazer, Nimrá, Jesbón, Eleale, Sebán, Nebo y Beón, es decir, la tierra que el Señor derrotó ante la congregación de Israel, es tierra para ganado, y tus siervos lo tienen. Si te parece bien, ordena que esta tierra le sea dada a tus siervos como su propiedad familiar. ¡No nos hagas cruzar el Jordán!» Moisés les respondió a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: «¿Y sus hermanos irán a la guerra, mientras ustedes se quedan aquí? ¿Por qué desaniman así a los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que el Señor les ha dado? Eso mismo hicieron los padres de ustedes, cuando desde Cadés Barnea los envié a explorar la tierra. Subieron hasta el torrente de Escol, y luego de ver la tierra desalentaron a los hijos de Israel para que no entraran en la tierra que el Señor les había dado. Entonces la ira del Señor se encendió, por lo que juró: “Los hombres mayores de veinte años, que salieron de Egipto, no fueron perfectos ni me han seguido; por eso no verán la tierra que juré darles a Abrahán, Isaac y Jacob. Solo la verán Caleb hijo de Yefune el quenizita, y Josué hijo de Nun, porque ellos sí fueron perfectos y me han seguido.” (En efecto, la ira del Señor se encendió contra Israel, y durante cuarenta años los hizo andar errantes por el desierto, hasta que se acabó toda esa generación que hizo lo malo delante del Señor. ) »Y ahora resulta que ustedes, prole de pecadores, siguen el mal ejemplo de sus padres y añaden más a la ira del Señor contra Israel. Si ustedes se apartan de él, él se apartará de ustedes y los dejará en el desierto, pero ustedes habrán acabado con todo este pueblo.» Entonces ellos hablaron con Moisés y le dijeron: «Vamos a levantar aquí corrales para nuestro ganado, y ciudades para nuestros hijos, pero nosotros tomaremos las armas y marcharemos sin temor al frente de los hijos de Israel, hasta que los hayamos introducido en su tierra. Nuestros hijos se quedarán en ciudades fortificadas, por causa de los habitantes del país, pero nosotros no volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de Israel hayan tomado posesión de la tierra que les corresponde. Nosotros ya no tomaremos posesión de nada que esté al otro lado del Jordán, ni más allá, porque ya tendremos nuestra propia tierra en esta ribera oriental del río Jordán.» Y Moisés les respondió: «Si realmente lo hacen así, y si se disponen a ir a la guerra delante del Señor, y si delante del Señor todos ustedes toman las armas y cruzan el Jordán, hasta desalojar a sus enemigos delante de ustedes y sojuzgar el país delante del Señor, y si después de eso vuelven, quedarán exculpados ante el Señor y ante Israel, y esta tierra será de ustedes por la voluntad del Señor.

Números 32:1-22 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Las tribus de Rubén y Gad tenían muchísimo ganado. Cuando vieron que los territorios de Jazer y de Galaad eran muy buenos para la cría de ganado, fueron a ver a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los jefes del pueblo, y les dijeron: —Miren: las regiones de Atarot, Dibón, Jazer, Nimrá, Hesbón, Elalé, Sebam, Nebo y Beón, que el Señor ha conquistado para el pueblo de Israel, son tierras de pasto para el ganado, y lo que tenemos nosotros, tus servidores, es precisamente ganado. Si te parece bien, danos ese territorio a nosotros, y no nos hagas pasar el río Jordán. Pero Moisés les respondió: —¿Quieren ustedes quedarse aquí, mientras sus compatriotas van a la guerra? ¿Por qué quieren desanimar a los israelitas para que no pasen al país que el Señor les ha dado? Eso mismo fue lo que hicieron los padres de ustedes cuando los envié desde Cadés-barnea a explorar esa región. Llegaron hasta el arroyo de Escol y exploraron la región, y después desanimaron a los israelitas para que no entraran en el país que el Señor les había dado. Por eso el Señor se enojó aquel día, y juró que las personas que habían salido de Egipto y que tenían de veinte años para arriba no verían la tierra que solemnemente había prometido a Abraham, Isaac y Jacob, porque no lo siguieron con fidelidad. Solo Caleb, hijo de Jefuné el quenizita, y Josué, hijo de Nun, siguieron fielmente al Señor. El Señor se enojó con los israelitas y los hizo andar por el desierto durante cuarenta años, hasta que no quedó con vida ni uno solo de los que lo habían ofendido con sus malas acciones. Y ahora ustedes, hijos de padres pecadores, quieren seguir el ejemplo de sus padres, para provocar otra vez la ira del Señor contra Israel. Si ustedes no quieren seguir al Señor, él hará que los israelitas se queden más tiempo en el desierto, y ustedes tendrán la culpa de que ellos sean destruidos. Entonces se acercaron a Moisés y le dijeron: —Lo que queremos es construir aquí corrales para nuestras ovejas y vacas, y ciudades para nuestras familias. Después nosotros mismos nos armaremos a toda prisa e iremos al frente de los demás israelitas, hasta que los llevemos a su territorio. Entre tanto, nuestras familias se quedarán en las ciudades, seguras y a salvo de los que viven en esta región. No volveremos a nuestras casas mientras todos los israelitas no hayan tomado posesión de su propia tierra. Como lo que va a ser nuestro territorio está de este lado, al oriente del río Jordán, no reclamaremos tierras del otro lado del Jordán, ni más allá. Y Moisés les respondió: —Pues si cumplen su palabra y se arman para combatir a las órdenes del Señor, si todos ustedes cruzan armados el río Jordán bajo las órdenes del Señor, y se quedan allí hasta que el Señor expulse a todos sus enemigos y haya conquistado el país, entonces podrán volver, pues quedarán libres de su obligación para con el Señor y para con Israel. Esta tierra será propiedad de ustedes con la aprobación del Señor.

Números 32:1-22 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una muy inmensa muchedumbre de ganado; y vieron la tierra de Jazer y de Galaad, y les pareció el país lugar de ganado. Vinieron, pues, los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a los príncipes de la congregación, diciendo: Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón, la tierra que Jehová hirió delante de la congregación de Israel, es tierra de ganado, y tus siervos tienen ganado. Por tanto, dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, dése esta tierra a tus siervos en heredad, y no nos hagas pasar el Jordán. Y respondió Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí? ¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que les ha dado Jehová? Así hicieron vuestros padres, cuando los envié desde Cades-barnea para que viesen la tierra. Subieron hasta el torrente de Escol, y después que vieron la tierra, desalentaron a los hijos de Israel para que no viniesen a la tierra que Jehová les había dado. Y la ira de Jehová se encendió entonces, y juró diciendo: No verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí; excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová. Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años por el desierto, hasta que fue acabada toda aquella generación que había hecho mal delante de Jehová. Y he aquí, vosotros habéis sucedido en lugar de vuestros padres, prole de hombres pecadores, para añadir aún a la ira de Jehová contra Israel. Si os volviereis de en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en el desierto, y destruiréis a todo este pueblo. Entonces ellos vinieron a Moisés y dijeron: Edificaremos aquí majadas para nuestro ganado, y ciudades para nuestros niños; y nosotros nos armaremos, e iremos con diligencia delante de los hijos de Israel, hasta que los metamos en su lugar; y nuestros niños quedarán en ciudades fortificadas a causa de los moradores del país. No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de Israel posean cada uno su heredad. Porque no tomaremos heredad con ellos al otro lado del Jordán ni adelante, por cuanto tendremos ya nuestra heredad a este otro lado del Jordán al oriente. Entonces les respondió Moisés: Si lo hacéis así, si os disponéis para ir delante de Jehová a la guerra, y todos vosotros pasáis armados el Jordán delante de Jehová, hasta que haya echado a sus enemigos de delante de sí, y sea el país sojuzgado delante de Jehová; luego volveréis, y seréis libres de culpa para con Jehová, y para con Israel; y esta tierra será vuestra en heredad delante de Jehová.

Números 32:1-22 La Biblia de las Américas (LBLA)

Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una cantidad muy grande de ganado. Por eso, cuando vieron la tierra de Jazer y la tierra de Galaad, que en verdad era un lugar bueno para ganado, los hijos de Gad y los hijos de Rubén fueron y hablaron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los jefes de la congregación, diciendo: Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón, la tierra que el SEÑOR conquistó delante de la congregación de Israel es tierra para ganado; y tus siervos tienen ganado. Y dijeron: Si hemos hallado gracia ante tus ojos, que se dé esta tierra a tus siervos como posesión; no nos hagas pasar el Jordán. Pero Moisés dijo a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, mientras vosotros os quedáis aquí? ¿Por qué desalentáis a los hijos de Israel a fin de que no pasen a la tierra que el SEÑOR les ha dado? Esto es lo que vuestros padres hicieron cuando los envié de Cades-barnea a ver la tierra. Pues cuando subieron hasta el valle de Escol, y vieron la tierra, desalentaron a los hijos de Israel para que no entraran a la tierra que el SEÑOR les había dado. Y la ira del SEÑOR se encendió aquel día y juró, diciendo: «Ninguno de estos hombres que salieron de Egipto, de veinte años arriba, verá la tierra que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque no me siguieron fielmente, sino Caleb, hijo de Jefone cenezeo, y Josué, hijo de Nun, pues ellos sí han seguido fielmente al SEÑOR». Y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel, y los hizo vagar en el desierto por cuarenta años, hasta que fue acabada toda la generación de los que habían hecho mal ante los ojos del SEÑOR. Y he aquí, vosotros os habéis levantado en lugar de vuestros padres, prole de hombres pecadores, para añadir aún más a la ardiente ira del SEÑOR contra Israel. Pues si dejáis de seguirle, otra vez os abandonará en el desierto, y destruiréis a todo este pueblo. Entonces ellos se acercaron a él, y le dijeron: Edificaremos aquí apriscos para nuestro ganado y ciudades para nuestros pequeños; pero nosotros nos armaremos para ir delante de los hijos de Israel hasta que los introduzcamos en su lugar, mientras que nuestros pequeños se quedarán en las ciudades fortificadas por causa de los habitantes de la tierra. No volveremos a nuestros hogares hasta que cada uno de los hijos de Israel haya ocupado su heredad. Porque no tendremos heredad con ellos al otro lado del Jordán y más allá, pues nuestra heredad nos ha tocado de este lado del Jordán, al oriente. Y Moisés les dijo: Si hacéis esto, si os armáis delante del SEÑOR para la guerra, y todos vuestros guerreros cruzan el Jordán delante del SEÑOR hasta que Él haya expulsado a sus enemigos delante de Él, y la tierra quede sojuzgada delante del SEÑOR; después volveréis y quedaréis libres de obligación para con el SEÑOR y para con Israel; y esta tierra será vuestra en posesión delante del SEÑOR.