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Números 13:1-33

Números 13:1-33 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Dios le dijo a Moisés: «Envía algunos hombres a Canaán para que exploren el territorio que les voy a dar. Que vaya un jefe de cada tribu». Así que Moisés envió desde el desierto de Parán a doce jefes de los israelitas, tal como Dios se lo había mandado. Los jefes enviados fueron: Samúa, de la tribu de Rubén Safat, de la tribu de Simeón Caleb, de la tribu de Judá Igal, de la tribu de Isacar Oseas, de la tribu de Efraín Paltí, de la tribu de Benjamín Gadiel, de la tribu de Zabulón Gadí, de la tribu de Manasés Amiel, de la tribu de Dan Setur, de la tribu de Aser Nahbí, de la tribu de Neftalí, y Gueuel, de la tribu de Gad. A Oseas hijo de Nun, Moisés le cambió el nombre y le puso Josué. Luego Moisés envió a los jefes israelitas a explorar el territorio de Canaán. Les dijo: «Vayan por el desierto hasta llegar a las montañas. Fíjense en el país y en la gente que allí vive, si es gente fuerte o débil, y si son muchos o pocos. Fíjense también cómo han construido sus ciudades, y si son fuertes o frágiles como tiendas de campaña. Vean si su territorio tiene árboles, si es bueno y da muchos frutos, o si es malo y sin frutos. No sean miedosos, y traigan de allá algo de lo que la tierra produce». Comenzaba la cosecha de las primeras uvas cuando los jefes israelitas fueron a explorar la región. Empezaron por el sur, por el desierto de Sin, y de allí se fueron hasta Rehob, que está cerca de Hamat. Entraron por el desierto y llegaron hasta Hebrón. Esta ciudad había sido construida siete años antes que la ciudad egipcia de Soan. Los espías vieron que en Hebrón vivían Ahimán, Sesai y Talmai, que eran descendientes del gigante Anac. Cuando llegaron a un arroyo, cortaron un racimo de uvas tan grande y pesado que tuvieron que cargarlo entre dos. Los otros llevaron granadas e higos. El racimo que allí cortaron los israelitas era tan grande que a ese arroyo le pusieron por nombre Escol, que significa «racimo». Después de andar por el territorio durante cuarenta días, los espías regresaron a Cadés, en el desierto de Parán. Allí les contaron a Moisés, a Aarón y a todos los israelitas lo que habían visto, y les mostraron los frutos que habían traído de ese territorio. Y le dijeron a Moisés: —Fuimos al territorio adonde nos enviaste. Es un territorio muy fértil; ¡allí siempre habrá abundancia de alimentos! Mira, estos son los frutos que se dan allá. »Lo malo es que la gente que vive allá es muy fuerte, y han hecho ciudades grandes y bien protegidas. ¡Hasta vimos a los descendientes del gigante Anac! En el desierto viven los amalecitas, en las montañas viven los hititas, los jebuseos y los amorreos, y entre el mar y el río Jordán viven los cananeos. La gente comenzó a murmurar, pero Caleb les ordenó callarse y les dijo: —¡Vamos a conquistar ese territorio! ¡Podemos hacerlo! Pero los otros que habían ido con él empezaron a desanimar a los israelitas diciéndoles que el territorio era malo.

Números 13:1-33 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

El SEÑOR dijo a Moisés: «Envía a algunos de tus hombres a explorar la tierra de Canaán que estoy por entregar a los israelitas. De cada tribu enviarás a un líder que la represente». De acuerdo con la orden del SEÑOR, Moisés los envió desde el desierto de Parán. Todos ellos eran jefes en Israel. Estos son sus nombres: Samúa, hijo de Zacur, de la tribu de Rubén; Safat, hijo de Horí, de la tribu de Simeón; Caleb, hijo de Jefone, de la tribu de Judá; Igal, hijo de José, de la tribu de Isacar; Oseas, hijo de Nun, de la tribu de Efraín; Palti, hijo de Rafú, de la tribu de Benjamín; Gadiel, hijo de Sodi, de la tribu de Zabulón; Gadí, hijo de Susi, de la tribu de Manasés (una de las tribus de José); Amiel, hijo de Guemalí, de la tribu de Dan; Setur, hijo de Micael, de la tribu de Aser; Najbí, hijo de Vapsi, de la tribu de Neftalí; Geuel, hijo de Maquí, de la tribu de Gad. Estos son los nombres de los líderes que Moisés envió a explorar la tierra. A Oseas, hijo de Nun, Moisés le cambió el nombre y le puso Josué. Cuando Moisés los envió a explorar la tierra de Canaán, les dijo: «Suban por el Néguev, hasta llegar a la montaña. Exploren el país y fíjense cómo son sus habitantes, si son fuertes o débiles, muchos o pocos. Averigüen si la tierra en que viven es buena o mala y si sus ciudades son abiertas o amuralladas. Examinen el terreno y vean si es fértil o estéril y si tiene árboles o no. ¡Adelante! Traigan algunos frutos del país». Esa era la temporada en que maduran las primeras uvas. Los doce hombres se fueron y exploraron la tierra, desde el desierto de Zin hasta Rejob, cerca de Lebó Jamat. Subieron por el Néguev y llegaron a Hebrón, donde vivían Ajimán, Sesay y Talmay, descendientes de Anac. (Hebrón había sido fundada siete años antes que la ciudad egipcia de Zoán). Cuando llegaron al valle del arroyo Escol, cortaron una rama que tenía un solo racimo de uvas y entre dos lo llevaron colgado de una vara. También cortaron granadas e higos. Por el racimo que estos israelitas cortaron, a ese lugar se le llamó valle de Escol. Al cabo de cuarenta días los doce hombres regresaron de explorar aquella tierra. Volvieron a Cades, en el desierto de Parán, que era donde estaban Moisés, Aarón y toda la comunidad israelita; presentaron a todos ellos un informe y les mostraron los frutos de esa tierra. Este fue el informe: —Fuimos al país al que nos enviaste, ¡y por cierto que allí abundan la leche y la miel! Aquí pueden ver sus frutos. Pero el pueblo que allí habita es poderoso, sus ciudades son enormes y están fortificadas. Hasta vimos anaquitas allí. Los amalecitas habitan el Néguev; los hititas, jebuseos y amorreos viven en la montaña, y los cananeos ocupan la zona costera y la ribera del río Jordán. Caleb hizo callar al pueblo ante Moisés y dijo: —Subamos a conquistar esa tierra. Estoy seguro de que podremos hacerlo. Pero los que habían ido con él respondieron: —No podremos combatir contra esa gente. ¡Son más fuertes que nosotros! Y comenzaron a esparcir entre los israelitas falsos rumores acerca de la tierra que habían explorado. Decían: —La tierra que hemos explorado se traga a sus habitantes, y los hombres que allí vimos son enormes. ¡Hasta vimos a los gigantes anaquitas! Comparados con ellos, parecíamos langostas y así nos veían ellos a nosotros.

Números 13:1-33 Reina Valera Contemporánea (RVC)

El Señor habló con Moisés, y le dijo: «Envía algunos hombres para que exploren la tierra de Canaán, la cual voy a dar a los hijos de Israel. De cada tribu de sus antepasados enviarán uno de sus hombres más importantes.» Desde el desierto de Parán, Moisés envió a todos aquellos hombres, conforme a la palabra del Señor. Todos ellos eran gente de importancia entre los hijos de Israel. Estos son sus nombres: De la tribu de Rubén, Samúa hijo de Zacur. De la tribu de Simeón, Safat hijo de Jorí. De la tribu de Judá, Caleb hijo de Yefune. De la tribu de Isacar, Igal hijo de José. De la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun. De la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú. De la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodi. De la tribu de José: Gadi hijo de Susi, de la tribu de Manasés. De la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali. De la tribu de Aser, Setur hijo de Micael. De la tribu de Neftalí, Najebí hijo de Vapsi. De la tribu de Gad, Geuel hijo de Maqui. Estos son los nombres de los hombres que Moisés envió a explorar la tierra. A Oseas hijo de Nun, Moisés le puso por nombre Josué. Al enviarlos a explorar la tierra de Canaán, Moisés les dijo: «Vayan de aquí al Néguev, suban al monte y observen cómo es la tierra, y si el pueblo que la habita es fuerte o débil, y si son pocos o muchos; fíjense si la tierra habitada es buena o mala, y en cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas; fíjense si el terreno es fértil o estéril, y si hay árboles o no. ¡Ármense de valor, y traigan algunos frutos del país!» Era entonces el tiempo de las primeras uvas, y ellos fueron y exploraron el terreno desde el desierto de Zin hasta Rejob, entrando por Jamat. Luego se dirigieron al Néguev y llegaron hasta Hebrón, que es donde vivían Ajimán, Sesay y Talmay, los hijos de Anac. (Hebrón había sido edificada siete años antes de Soán, en Egipto.) Llegaron hasta el arroyo de Escol, y allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual llevaron entre dos en un palo, y granadas e higos. Como allí los hijos de Israel cortaron ese racimo de uvas, aquel lugar fue llamado valle de Escol. Después de explorar la tierra, volvieron al cabo de cuarenta días. Al volver a Cadés, en el desierto de Parán, se presentaron ante Moisés y Aarón y toda la congregación de los hijos de Israel, y les dieron la información y les mostraron los frutos de la tierra. También les dijeron: «Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste. Esta ciertamente fluye leche y miel, y aquí tienes sus frutos. Pero la gente que habita esa tierra es fuerte, y las ciudades son muy grandes y fortificadas; además, allí vimos a los hijos de Anac. Los amalecitas habitan en el Néguev, los hititas, jebuseos y amorreos habitan en el monte, y los cananeos habitan junto al mar y en la ribera del Jordán.» Caleb pidió al pueblo que se callara delante de Moisés, y dijo: «Subamos, pues, y tomemos posesión de esa tierra, porque nosotros podremos más que ellos.» Pero los que habían ido con él dijeron: «No podemos atacar a ese pueblo, porque ellos son más fuertes que nosotros.» Además, entre los hijos de Israel hablaron mal de la tierra que habían explorado, y hasta dijeron: «La tierra que recorrimos para explorarla se traga a sus habitantes. Toda la gente que allí vimos son hombres de gran estatura. Allí vimos también gigantes. Son los hijos de Anac, esa raza de gigantes. Ante ellos, a nosotros nos parecía que éramos como langostas; y a ellos también así les parecíamos.»

Números 13:1-33 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: «Envía unos hombres a que exploren la tierra de Canaán, que yo voy a dar a los israelitas. Envía de cada tribu a uno que sea hombre de autoridad.» Tal como el Señor se lo ordenó, Moisés los envió desde el desierto de Parán. Todos eran hombres de autoridad entre los israelitas, y eran los siguientes: Samúa, hijo de Zacur, de la tribu de Rubén; Safat, hijo de Horí, de la tribu de Simeón; Caleb, hijo de Jefuné, de la tribu de Judá; Igal, hijo de José, de la tribu de Isacar; Oseas, hijo de Nun, de la tribu de Efraín; Paltí, hijo de Rafú, de la tribu de Benjamín; Gadiel, hijo de Sodí, de la tribu de Zabulón; Gadí, hijo de Susí, de la tribu de José (es decir, la tribu de Manasés); Amiel, hijo de Guemalí, de la tribu de Dan; Setur, hijo de Micael, de la tribu de Aser; Nahbí, hijo de Vapsí, de la tribu de Neftalí; Gueuel, hijo de Maquí, de la tribu de Gad. Estos son los nombres de los hombres que Moisés envió a explorar el país. A Oseas, hijo de Nun, le cambió el nombre y le puso Josué. Moisés, pues, los envió a explorar la tierra de Canaán, y les dijo: —Vayan por el Négueb y suban a la región montañosa. Fíjense en cómo es el país, y en si la gente que vive en él es fuerte o débil, y en si son pocos o muchos. Vean si sus ciudades están hechas de tiendas de campaña o si son fortificadas, y si la tierra en que viven es buena o mala, fértil o estéril, y si tiene árboles o no. No tengan miedo; traigan algunos frutos de la región. Esto sucedió en la época en que se recogen las primeras uvas. Los hombres fueron y exploraron el país desde el desierto de Sin, en el sur, hasta Rehob, en el norte, junto a la entrada de Hamat. Entraron por el Négueb y llegaron hasta Hebrón. Allí vivían Ahimán, Sesai y Talmai, descendientes de Anac. Hebrón fue construida siete años antes que Soan en Egipto. Llegaron hasta el arroyo de Escol, cortaron allí una rama que tenía un racimo de uvas, y entre dos se lo llevaron colgado de un palo. También recogieron granadas e higos. A ese arroyo le pusieron por nombre Escol, por el racimo que cortaron allí los israelitas. Después de explorar la tierra durante cuarenta días, regresaron a Cadés, en el desierto de Parán. Allí estaban Moisés, Aarón y todos los israelitas. Y les contaron lo que habían averiguado y les mostraron los frutos del país. Le dijeron a Moisés: —Fuimos a la tierra a la que nos enviaste. Realmente es una tierra donde la leche y la miel corren como el agua, y estos son los frutos que produce. Pero la gente que vive allí es fuerte, y las ciudades son muy grandes y fortificadas. Además de eso, vimos allá descendientes del gigante Anac. En la región del Négueb viven los amalecitas, en la región montañosa viven los hititas, los jebuseos y los amorreos, y por el lado del mar y junto al río Jordán viven los cananeos. Entonces Caleb hizo callar al pueblo que estaba ante Moisés, y dijo: —¡Pues vamos a conquistar esa tierra! ¡Nosotros podemos conquistarla! Pero los que habían ido con él respondieron: —¡No, no podemos atacar a esa gente! Ellos son más fuertes que nosotros. Y se pusieron a decir a los israelitas que el país que habían ido a explorar era muy malo. Decían: —La tierra que fuimos a explorar mata a la gente que vive en ella, y todos los hombres que vimos allá eran enormes. Vimos también a los gigantes, a los descendientes de Anac. Al lado de ellos nos sentíamos como langostas, y así nos miraban ellos también.

Números 13:1-33 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos. Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel. Estos son sus nombres: De la tribu de Rubén, Samúa hijo de Zacur. De la tribu de Simeón, Safat hijo de Horí. De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone. De la tribu de Isacar, Igal hijo de José. De la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun. De la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú. De la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodi. De la tribu de José: de la tribu de Manasés, Gadi hijo de Susi. De la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali. De la tribu de Aser, Setur hijo de Micael. De la tribu de Neftalí, Nahbi hijo de Vapsi. De la tribu de Gad, Geuel hijo de Maqui. Estos son los nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun le puso Moisés el nombre de Josué. Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, y subid al monte, y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso; cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas; y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas. Y ellos subieron, y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, entrando en Hamat. Y subieron al Neguev y vinieron hasta Hebrón; y allí estaban Ahimán, Sesai y Talmai, hijos de Anac. Hebrón fue edificada siete años antes de Zoán en Egipto. Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo, y de las granadas y de los higos. Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el racimo que cortaron de allí los hijos de Israel. Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra. Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán. Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.

Números 13:1-33 La Biblia de las Américas (LBLA)

Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: Tú mismo envía hombres a fin de que reconozcan la tierra de Canaán, que voy a dar a los hijos de Israel; enviarás un hombre de cada una de las tribus de sus padres, cada uno de ellos jefe entre ellos. Entonces Moisés los envió desde el desierto de Parán, al mandato del SEÑOR; todos aquellos hombres eran jefes de los hijos de Israel. Y estos eran sus nombres: de la tribu de Rubén, Samúa, hijo de Zacur; de la tribu de Simeón, Safat, hijo de Hori; de la tribu de Judá, Caleb, hijo de Jefone; de la tribu de Isacar, Igal, hijo de José; de la tribu de Efraín, Oseas, hijo de Nun; de la tribu de Benjamín, Palti, hijo de Rafú; de la tribu de Zabulón, Gadiel, hijo de Sodi; de la tribu de los hijos de José: de la tribu de Manasés, Gadi, hijo de Susi; de la tribu de Dan, Amiel, hijo de Gemali; de la tribu de Aser, Setur, hijo de Micael; de la tribu de Neftalí, Nahbi, hijo de Vapsi; de la tribu de Gad, Geuel, hijo de Maqui. Así se llamaban los hombres a quienes Moisés envió a reconocer la tierra; pero a Oseas, hijo de Nun, Moisés lo llamó Josué. Cuando Moisés los envió a reconocer la tierra de Canaán, les dijo: Subid allá, al Neguev; después subid a la región montañosa. Ved cómo es la tierra, y si la gente que habita en ella es fuerte o débil, si son pocos o muchos; y cómo es la tierra en que viven, si es buena o mala; y cómo son las ciudades en que habitan, si son como campamentos abiertos o con fortificaciones; y cómo es el terreno, si fértil o estéril. ¿Hay allí árboles o no? Procurad obtener algo del fruto de la tierra. (Aquel tiempo era el tiempo de las primeras uvas maduras.) Entonces ellos subieron y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, en Lebo-hamat. Y subieron por el Neguev, y llegaron hasta Hebrón, donde estaban Ahimán, Sesai y Talmai, los descendientes de Anac. (Hebrón fue edificada siete años antes que Zoán en Egipto.) Y llegaron hasta el valle de Escol y de allí cortaron un sarmiento con un solo racimo de uvas; y lo llevaban en un palo entre dos hombres, con algunas de las granadas y de los higos. A aquel lugar se le llamó el valle de Escol por razón del racimo que los hijos de Israel cortaron allí. Y volvieron de reconocer la tierra al cabo de cuarenta días, y fueron y se presentaron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel en el desierto de Parán, en Cades; y les dieron un informe a ellos y a toda la congregación, y les enseñaron el fruto de la tierra. Y le contaron a Moisés, y le dijeron: Fuimos a la tierra adonde nos enviaste; ciertamente mana leche y miel, y este es el fruto de ella. solo que es fuerte el pueblo que habita en la tierra, y las ciudades, fortificadas y muy grandes; y además vimos allí a los descendientes de Anac. Amalec habita en la tierra del Neguev, y los hititas, los jebuseos y los amorreos habitan en la región montañosa, y los cananeos habitan junto al mar y a la ribera del Jordán. Entonces Caleb calmó al pueblo delante de Moisés, y dijo: Debemos ciertamente subir y tomar posesión de ella, porque sin duda la conquistaremos. Pero los hombres que habían subido con él dijeron: No podemos subir contra ese pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y dieron un mal informe a los hijos de Israel de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por la que hemos ido para reconocerla es una tierra que devora a sus habitantes, y toda la gente que vimos en ella son hombres de gran estatura. Vimos allí también a los gigantes (los hijos de Anac son parte de la raza de los gigantes); y a nosotros nos pareció que éramos como langostas; y así parecíamos ante sus ojos.

Números 13:1-33 Nueva Traducción Viviente (NTV)

El SEÑOR le dijo a Moisés: «Envía hombres a explorar la tierra de Canaán, la tierra que les daré a los israelitas. Envía a un jefe de cada una de las doce tribus de sus antepasados». Entonces Moisés hizo lo que el SEÑOR le ordenó y envió a doce hombres desde el campamento en el desierto de Parán, todos jefes de las tribus de Israel. Estas eran las tribus y los nombres de sus jefes: de Rubén Samúa, hijo de Zacur de Simeón Safat, hijo de Hori de Judá Caleb, hijo de Jefone de Isacar Igal, hijo de José de Efraín Oseas, hijo de Nun de Benjamín Palti, hijo de Rafú de Zabulón Gadiel, hijo de Sodi de Manasés, hijo de José Gadi, hijo de Susi de Dan Amiel, hijo de Gemali de Aser Setur, hijo de Micael de Neftalí Nahbi, hijo de Vapsi de Gad Geuel, hijo de Maqui Estos son los nombres de los hombres que Moisés envió a explorar la tierra. (A Oseas, hijo de Nun, Moisés le dio el nombre de Josué). Moisés envió a los hombres a explorar la tierra y les dio las siguientes instrucciones: «Vayan al norte a través del Neguev hasta la zona montañosa. Fíjense cómo es la tierra y averigüen si sus habitantes son fuertes o débiles, pocos o muchos. Observen cómo es la tierra en que habitan. ¿Es buena o mala? ¿Viven en ciudades amuralladas o sin protección, a campo abierto? El terreno, ¿es fértil o estéril? ¿Abundan los árboles? Hagan todo lo posible por traer muestras de las cosechas que encuentren». (Era la temporada de la cosecha de las primeras uvas maduras). Así que subieron y exploraron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, cerca de Lebo-hamat. Yendo al norte, atravesaron el Neguev y llegaron a Hebrón donde vivían Ahimán, Sesai y Talmai, todos descendientes de Anac. (La antigua ciudad de Hebrón fue fundada siete años antes de la ciudad egipcia de Zoán). Cuando llegaron al valle de Escol, cortaron una rama con un solo racimo de uvas, tan grande ¡que tuvieron que transportarlo en un palo, entre dos! También llevaron muestras de granadas e higos. A ese lugar se le llamó el valle de Escol (que significa «racimo») por el racimo de uvas que los israelitas cortaron allí. Después de explorar la tierra durante cuarenta días, los hombres regresaron a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad de Israel en Cades, en el desierto de Parán. Informaron a toda la comunidad lo que vieron y les mostraron los frutos que tomaron de la tierra. Este fue el informe que dieron a Moisés: «Entramos en la tierra a la cual nos enviaste a explorar y en verdad es un país sobreabundante, una tierra donde fluyen la leche y la miel. Aquí está la clase de frutos que allí se producen. Sin embargo, el pueblo que la habita es poderoso y sus ciudades son grandes y fortificadas. ¡Hasta vimos gigantes allí, los descendientes de Anac! Los amalecitas viven en el Neguev y los hititas, los jebuseos y los amorreos viven en la zona montañosa. Los cananeos viven a lo largo de la costa del mar Mediterráneo y a lo largo del valle del Jordán». Pero Caleb trató de calmar al pueblo que se encontraba ante Moisés. —¡Vamos enseguida a tomar la tierra! —dijo—. ¡De seguro podemos conquistarla! Pero los demás hombres que exploraron la tierra con él, no estuvieron de acuerdo: —¡No podemos ir contra ellos! ¡Son más fuertes que nosotros! Entonces comenzaron a divulgar entre los israelitas el siguiente mal informe sobre la tierra: «La tierra que atravesamos y exploramos devorará a todo aquel que vaya a vivir allí. ¡Todos los habitantes que vimos son enormes! Hasta había gigantes, los descendientes de Anac. ¡Al lado de ellos nos sentíamos como saltamontes y así nos miraban ellos!».

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