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S. Marcos 8:1-7,9-21

Marcos 8:9-21 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Los que comieron eran como cuatro mil personas. Luego Jesús los despidió, subió a la barca y se fue con sus discípulos a la región de Dalmanuta. Los fariseos llegaron a donde estaba Jesús y comenzaron a discutir con él. Para ponerle una trampa, le pidieron que demostrara con alguna señal milagrosa que él venía de parte de Dios. Jesús se molestó mucho por esto, y dijo: «¿Por qué siempre piden ustedes una señal? Les aseguro que no se les dará ninguna.» Entonces Jesús los dejó, volvió a subir a la barca, y se fue al otro lado del lago. Los discípulos se habían olvidado de llevar comida, y solo tenían un pan en la barca. Jesús les advirtió: —Les recomiendo que se cuiden de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes Antipas. Los discípulos comenzaron a hablar entre ellos y decían: —Seguramente dijo eso porque no trajimos pan. Jesús se dio cuenta de lo que hablaban y les dijo: —¿Por qué hablan de pan? ¿Todavía no comprenden? ¿Tienen la mente cerrada? Si tienen ojos, ¿cómo es que no ven? Si tienen oídos, ¿por qué no oyen? ¿No se acuerdan de aquella vez, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres? ¿Cuántas canastas llenaron entonces con lo que sobró? Los discípulos respondieron: —Doce canastas. Jesús les preguntó: —Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenaron? —Siete —contestaron los discípulos. Jesús les dijo entonces

Marcos 8:9-21 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Ese día había unos cuatro mil hombres en la multitud, y Jesús los envió a sus casas luego de que comieron. Inmediatamente después, subió a una barca con sus discípulos y cruzó a la región de Dalmanuta. Cuando los fariseos oyeron que Jesús había llegado, se acercaron y comenzaron a discutir con él. Para ponerlo a prueba, exigieron que les mostrara una señal milagrosa del cielo que demostrara su autoridad. Cuando Jesús oyó esto, suspiró profundamente en su espíritu y dijo: «¿Por qué esta gente sigue exigiendo una señal milagrosa? Les digo la verdad, no daré ninguna señal a esta generación». Luego regresó a la barca y los dejó y cruzó al otro lado del lago. Pero los discípulos se habían olvidado de llevar comida y solo tenían un pan en la barca. Mientras cruzaban el lago, Jesús les advirtió: «¡Atención! ¡Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes!». Al oír esto, comenzaron a discutir entre sí, pues no habían traído nada de pan. Jesús supo lo que hablaban, así que les dijo: —¿Por qué discuten por no tener pan? ¿Todavía no saben ni entienden? ¿Tienen el corazón demasiado endurecido para comprenderlo? “Tienen ojos, ¿y no pueden ver? Tienen oídos, ¿y no pueden oír?” ¿No recuerdan nada en absoluto? Cuando alimenté a los cinco mil con cinco panes, ¿cuántas canastas con sobras recogieron después? —Doce —contestaron ellos. —Y cuando alimenté a los cuatro mil con siete panes, ¿cuántas canastas grandes con sobras recogieron? —Siete —dijeron. —¿Todavía no entienden? —les preguntó.