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S. Marcos 8:1-13

S. Marcos 8:1-13 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

En aquellos días se reunió de nuevo mucha gente. Como no tenían nada que comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: —Siento compasión de esta gente porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. Si los despido a sus casas sin haber comido, se van a desmayar por el camino, porque algunos de ellos han venido de lejos. Los discípulos objetaron: —¿Dónde se va a conseguir suficiente pan en este lugar despoblado para darles de comer? —¿Cuántos panes tienen? —preguntó Jesús. —Siete —respondieron ellos. Luego Jesús mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomó los siete panes, dio gracias, los partió y se los fue dando a sus discípulos para que los repartieran a la gente. Así lo hicieron. Tenían además unos cuantos pescaditos. Dio gracias por ellos también y dijo a los discípulos que los repartieran. La gente comió hasta quedar satisfecha. Después los discípulos recogieron siete cestas de pedazos que sobraron. Los que comieron eran unos cuatro mil. Tan pronto como los despidió, Jesús subió a la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta. Llegaron los fariseos y comenzaron a discutir con Jesús. Para ponerlo a prueba, le pidieron una señal del cielo. Él lanzó un profundo suspiro y dijo: «¿Por qué pide esta generación una señal milagrosa? Les aseguro que no habrá ninguna señal». Entonces los dejó, volvió a embarcarse y cruzó al otro lado.

S. Marcos 8:1-13 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Un día, mucha gente volvió a reunirse junto a Jesús, y como no tenían nada para comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: —Siento compasión de toda esta gente. Ya han estado conmigo tres días y no tienen nada que comer. Algunos han venido desde muy lejos; si los mando a sus casas sin comer, pueden desmayarse en el camino. Sus discípulos le respondieron: —Pero en este lugar no vive nadie. ¿Dónde vamos a conseguir comida para tanta gente? Jesús les preguntó: —¿Cuántos panes tienen? —Siete —contestaron los discípulos. Jesús le ordenó a la gente que se sentara en el suelo. Luego tomó los siete panes y dio gracias a Dios. Partió los panes en pedazos y se los entregó a sus discípulos, para que ellos los repartieran entre la gente. Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado. Como también tenían unos cuantos pescaditos, Jesús dio gracias y mandó que los repartieran. Todos los que estaban allí comieron hasta quedar satisfechos, y con los pedazos que sobraron llenaron siete canastas. Los que comieron eran como cuatro mil personas. Luego Jesús los despidió, subió a la barca y se fue con sus discípulos a la región de Dalmanuta. Los fariseos llegaron a donde estaba Jesús y comenzaron a discutir con él. Para ponerle una trampa, le pidieron que demostrara con alguna señal milagrosa que él venía de parte de Dios. Jesús se molestó mucho por esto, y dijo: «¿Por qué siempre piden ustedes una señal? Les aseguro que no se les dará ninguna.» Entonces Jesús los dejó, volvió a subir a la barca, y se fue al otro lado del lago.

S. Marcos 8:1-13 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Por esos días volvió a reunirse una gran multitud. Como no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Esta gente me parte el corazón. Hace ya tres días que están conmigo, y no tienen qué comer. Si los mando a sus casas en ayunas, podrían desmayarse en el camino, pues algunos de ellos han venido de muy lejos.» Sus discípulos le respondieron: «¿Y dónde vamos a conseguirles pan suficiente en un lugar tan apartado como este?» Jesús les preguntó: «¿Cuántos panes tienen ustedes?» Y ellos respondieron: «Siete.» Entonces Jesús mandó a la multitud que se recostara en el suelo, luego tomó los siete panes, y después de dar gracias los partió y se los dio a sus discípulos, para que ellos los repartieran entre la multitud. Ellos así lo hicieron. Tenían también unos cuantos pescaditos, así que Jesús los bendijo y mandó también que los repartieran. Toda la gente comió hasta quedar satisfecha y, cuando recogieron lo que sobró, llenaron siete canastas. Los que comieron eran como cuatro mil. Luego Jesús los despidió y enseguida entró en la barca con sus discípulos para irse a la región de Dalmanuta. Los fariseos llegaron y comenzaron a discutir con él, y para ponerlo a prueba le pidieron que hiciera una señal del cielo. Lanzando un profundo suspiro, Jesús dijo: «¿Por qué pide esta gente una señal? De cierto les digo que ninguna señal se le concederá.» Los dejó entonces, y volvió a entrar en la barca para irse a la otra orilla.

S. Marcos 8:1-13 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Un día en que de nuevo se había juntado mucha gente y no tenían nada que comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: —Siento compasión de esta gente, porque ya hace tres días que están aquí conmigo y no tienen nada que comer. Y si los mando sin comer a sus casas, pueden desmayarse por el camino, porque algunos han venido de lejos. Sus discípulos le contestaron: —¿Pero cómo se les puede dar de comer en un lugar como este, donde no vive nadie? Jesús les preguntó: —¿Cuántos panes tienen ustedes? —Siete —contestaron ellos. Entonces mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó en sus manos los siete panes y, habiendo dado gracias a Dios, los partió y se los iba dando a sus discípulos, para que ellos los repartieran entre la gente, y así lo hicieron. Tenían también unos cuantos pescaditos; Jesús pronunció sobre ellos la bendición, y también mandó repartirlos. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y recogieron los pedazos sobrantes en siete canastas. Los que comieron eran cerca de cuatro mil. Luego Jesús los despidió, subió a la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta. Llegaron los fariseos y comenzaron a discutir con Jesús. Y para tenderle una trampa, le pidieron que hiciera alguna señal milagrosa que probara que él venía de parte de Dios. Jesús suspiró profundamente y dijo: —¿Por qué pide esta gente una señal milagrosa? Les aseguro que no se les dará ninguna señal. Entonces los dejó, y volviendo a entrar en la barca se fue al otro lado del lago.

S. Marcos 8:1-13 La Biblia de las Américas (LBLA)

En aquellos días, cuando de nuevo había una gran multitud que no tenía qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo*: Tengo compasión de la multitud porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y si los despido sin comer a sus casas, desfallecerán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos. Sus discípulos le respondieron: ¿Dónde podrá alguien encontrar lo suficiente para saciar de pan a estos aquí en el desierto? Y Él les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete. Entonces mandó* a la multitud que se recostara en el suelo; y tomando los siete panes, después de dar gracias, los partió y los iba dando a sus discípulos para que los pusieran delante de la gente; y ellos los sirvieron a la multitud. También tenían unos pocos pececillos; y después de bendecirlos, mandó que estos también los sirvieran. Todos comieron y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas. Los que comieron eran unos cuatro mil; y los despidió. Y subiendo enseguida a la barca con sus discípulos, fue a la región de Dalmanuta. Entonces salieron los fariseos y comenzaron a discutir con Él, buscando de Él una señal del cielo para ponerle a prueba. Suspirando profundamente en su espíritu, dijo*: ¿Por qué pide señalesta generación? En verdad os digo que no se le dará señala esta generación. Y dejándolos, se embarcó otra vez y se fue al otro lado.

S. Marcos 8:1-13 Nueva Traducción Viviente (NTV)

En esos días, se reunió otra gran multitud, y de nuevo la gente quedó sin alimentos. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: —Siento compasión por ellos. Han estado aquí conmigo durante tres días y no les queda nada para comer. Si los envío a sus casas con hambre, se desmayarán en el camino porque algunos han venido desde muy lejos. Sus discípulos respondieron: —¿Cómo vamos a conseguir comida suficiente para darles de comer aquí en el desierto? —¿Cuánto pan tienen? —preguntó Jesús. —Siete panes —contestaron ellos. Entonces Jesús le dijo a la gente que se sentara en el suelo. Luego tomó los siete panes, dio gracias a Dios por ellos, los partió en trozos y se los dio a sus discípulos, quienes repartieron el pan entre la multitud. También encontraron unos pescaditos, así que Jesús los bendijo y pidió a sus discípulos que los repartieran. Todos comieron cuanto quisieron. Después los discípulos recogieron siete canastas grandes con la comida que sobró. Ese día había unos cuatro mil hombres en la multitud, y Jesús los envió a sus casas luego de que comieron. Inmediatamente después, subió a una barca con sus discípulos y cruzó a la región de Dalmanuta. Cuando los fariseos oyeron que Jesús había llegado, se acercaron y comenzaron a discutir con él. Para ponerlo a prueba, exigieron que les mostrara una señal milagrosa del cielo que demostrara su autoridad. Cuando Jesús oyó esto, suspiró profundamente en su espíritu y dijo: «¿Por qué esta gente sigue exigiendo una señal milagrosa? Les digo la verdad, no daré ninguna señal a esta generación». Luego regresó a la barca y los dejó y cruzó al otro lado del lago.