S. Marcos 10:50-52
S. Marcos 10:50-52 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Él, arrojando la capa, dio un salto y se acercó a Jesús. —¿Qué quieres que haga por ti? —le preguntó. —Raboni, quiero ver —respondió el ciego. —Puedes irte —dijo Jesús—, tu fe te ha sanado. Al instante recobró la vista y comenzó a seguir a Jesús por el camino.
S. Marcos 10:50-52 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
El ciego tiró su manto, y de un salto se puso de pie y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: —¿Qué quieres que haga por ti? El ciego respondió: —Maestro, haz que pueda yo ver de nuevo. Jesús le dijo
S. Marcos 10:50-52 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Arrojando su capa, el ciego dio un salto y se acercó a Jesús, y Jesús le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego le respondió: «Maestro, quiero recobrar la vista.» Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y enseguida el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús en el camino.
S. Marcos 10:50-52 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El ciego arrojó su capa, y dando un salto se acercó a Jesús, que le preguntó: —¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le contestó: —Maestro, quiero recobrar la vista. Jesús le dijo: —Puedes irte; por tu fe has sido sanado. En aquel mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús por el camino.
S. Marcos 10:50-52 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
S. Marcos 10:50-52 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús. Y dirigiéndose a él, Jesús le dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y el ciego le respondió: Raboní, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino.
S. Marcos 10:50-52 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Bartimeo echó a un lado su abrigo, se levantó de un salto y se acercó a Jesús. —¿Qué quieres que haga por ti? —preguntó Jesús. —Mi Rabí —dijo el hombre ciego—, ¡quiero ver! Y Jesús le dijo: —Puedes irte, pues tu fe te ha sanado. Al instante el hombre pudo ver y siguió a Jesús por el camino.