S. Mateo 28:1-4
S. Mateo 28:1-4 Nueva Traducción Viviente (NTV)
El domingo por la mañana temprano, cuando amanecía el nuevo día, María Magdalena y la otra María fueron a visitar la tumba. ¡De repente, se produjo un gran terremoto! Pues un ángel del Señor descendió del cielo, corrió la piedra a un lado y se sentó sobre ella. Su rostro brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Los guardias temblaron de miedo cuando lo vieron y cayeron desmayados por completo.
S. Mateo 28:1-4 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Cuando pasó el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto, hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendió del cielo, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era el de un relámpago, y sus vestidos eran blancos como la nieve. Al verlo, los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos.
S. Mateo 28:1-4 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Después del sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Sucedió que hubo un terremoto violento porque un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó al sepulcro, quitó la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago y su ropa era blanca como la nieve. Los guardias tuvieron tanto miedo de él que se pusieron a temblar y quedaron como muertos.
S. Mateo 28:1-4 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
El domingo al amanecer, cuando ya había pasado el tiempo del descanso obligatorio, María Magdalena y la otra María fueron a ver la tumba de Jesús. De pronto, hubo un gran temblor. Un ángel de Dios bajó del cielo, movió la piedra que cerraba la tumba, y se sentó sobre ella. El ángel brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Al verlo, los guardias se asustaron tanto que empezaron a temblar y se quedaron como muertos.
S. Mateo 28:1-4 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Cuando pasó el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto, hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendió del cielo, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era el de un relámpago, y sus vestidos eran blancos como la nieve. Al verlo, los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos.
S. Mateo 28:1-4 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Pasado el sábado, cuando al anochecer comenzaba el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto hubo un fuerte temblor de tierra, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra que lo tapaba y se sentó sobre ella. El ángel brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Al verlo, los soldados temblaron de miedo y quedaron como muertos.
S. Mateo 28:1-4 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.
S. Mateo 28:1-4 La Biblia de las Américas (LBLA)
Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro. Y he aquí, se produjo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendiendo del cielo, y acercándose, removió la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura blanca como la nieve; y de miedo a él los guardias temblaron y se quedaron como muertos.
S. Mateo 28:1-4 Nueva Traducción Viviente (NTV)
El domingo por la mañana temprano, cuando amanecía el nuevo día, María Magdalena y la otra María fueron a visitar la tumba. ¡De repente, se produjo un gran terremoto! Pues un ángel del Señor descendió del cielo, corrió la piedra a un lado y se sentó sobre ella. Su rostro brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Los guardias temblaron de miedo cuando lo vieron y cayeron desmayados por completo.