S. Mateo 15:24-26
S. Mateo 15:24-26 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
—No fui enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel —contestó Jesús. La mujer se acercó y arrodillándose delante de él, suplicó: —¡Señor, ayúdame! Él respondió: —No está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros.
S. Mateo 15:24-26 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Jesús respondió: —Dios me envió para ayudar solo a los israelitas, pues ellos son para mí como ovejas perdidas. Pero la mujer se acercó a Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo: —¡Señor, ayúdame! Jesús le dijo
S. Mateo 15:24-26 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Él respondió: «Yo no fui enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.» Entonces ella vino, se postró ante él, y le dijo: «¡Señor, ayúdame!» Él le dijo: «No está bien tomar el pan que es de los hijos, y echarlo a los perritos.»
S. Mateo 15:24-26 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Jesús dijo: —Dios me ha enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Pero la mujer fue a arrodillarse delante de él, diciendo: —¡Señor, ayúdame! Jesús le contestó: —No está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo a los perros.
S. Mateo 15:24-26 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.
S. Mateo 15:24-26 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y respondiendo Él, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Pero acercándose ella, se postró ante Él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Y Él respondió y dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos.
S. Mateo 15:24-26 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Entonces Jesús le dijo a la mujer: —Fui enviado para ayudar solamente a las ovejas perdidas de Dios, el pueblo de Israel. Ella se acercó y lo adoró, y le rogó una vez más: —¡Señor, ayúdame! Jesús le respondió: —No está bien tomar la comida de los hijos y arrojársela a los perros.