S. Lucas 24:30-34
S. Lucas 24:30-34 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón.
S. Lucas 24:30-34 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Al sentarse a comer, tomó el pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a ellos. De pronto, se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Y, en ese instante, Jesús desapareció. Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». En menos de una hora, estaban de regreso a Jerusalén. Allí encontraron a los once discípulos y a los otros que se habían reunido con ellos, quienes decían: «¡El Señor ha resucitado de verdad! Se le apareció a Pedro».
S. Lucas 24:30-34 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Luego, estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció. Se decían el uno al otro: —¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras? Al instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron a los once y a los que estaban reunidos con ellos. «¡Es cierto! —decían—. El Señor ha resucitado y se le ha aparecido a Simón».
S. Lucas 24:30-34 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Cuando se sentaron a comer, Jesús tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos. Entonces los dos discípulos pudieron reconocerlo, pero Jesús desapareció. Los dos se dijeron: «¿No es verdad que, cuando él nos hablaba en el camino y nos explicaba la Biblia, sentíamos como que un fuego ardía en nuestros corazones?» En ese mismo momento, regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once apóstoles, junto con los otros miembros del grupo. Los que estaban allí les dijeron: «¡Jesús resucitó! ¡Se le apareció a Pedro!»
S. Lucas 24:30-34 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Mientras estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan y lo bendijo; luego lo partió y les dio a ellos. En ese momento se les abrieron los ojos, y lo reconocieron; pero él desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: «¿Acaso no ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» En ese mismo instante se levantaron y volvieron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once y a los que estaban con ellos, los cuales decían: «¡En verdad el Señor ha resucitado, y se le ha aparecido a Simón!»
S. Lucas 24:30-34 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Cuando ya estaban sentados a la mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús; pero él desapareció. Y se dijeron el uno al otro: —¿No es verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando nos venía hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras? Sin esperar más, se pusieron en camino y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once apóstoles y a sus compañeros, que les dijeron: —De veras ha resucitado el Señor, y se le ha aparecido a Simón.
S. Lucas 24:30-34 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y sucedió que al sentarse a la mesa con ellos, tomó pan, y lo bendijo; y partiéndolo, les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos y le reconocieron; pero Él desapareció de la presencia de ellos. Y se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras? Y levantándose en esa misma hora, regresaron a Jerusalén, y hallaron reunidos a los once y a los que estaban con ellos, que decían: Es verdad que el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.