S. Lucas 18:35-42
S. Lucas 18:35-42 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Sucedió que al acercarse Jesús a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna. Cuando oyó a la multitud que pasaba, preguntó qué acontecía. —Jesús de Nazaret está pasando por aquí —respondieron. —¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! —gritó el ciego. Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él se puso a gritar aún más fuerte: —¡Hijo de David, ten compasión de mí! Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando el ciego se acercó, preguntó Jesús: —¿Qué quieres que haga por ti? Y él dijo: —Señor, quiero ver. —¡Recibe la vista! —le dijo Jesús—, tu fe te ha sanado.
S. Lucas 18:35-42 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Jesús iba llegando a la ciudad de Jericó. Junto al camino estaba un ciego pidiendo limosna. Cuando el ciego oyó el ruido de la gente que pasaba, preguntó: —¿Qué sucede? La gente le explicó: —Ahí viene Jesús, el del pueblo de Nazaret. Entonces el ciego se puso a gritar: «¡Jesús, tú que eres el Mesías, ten compasión de mí y ayúdame!» Los que iban delante reprendían al ciego para que se callara, pero él gritó con más fuerza: «¡Mesías, ten compasión de mí y ayúdame!» Jesús se detuvo y ordenó que trajeran al ciego. Cuando el ciego estuvo cerca, Jesús le preguntó: —¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le respondió: —Señor, ¡quiero volver a ver! Jesús le dijo
S. Lucas 18:35-42 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Cuando Jesús estuvo cerca de Jericó, junto al camino estaba sentado un mendigo ciego. Al oír este a la multitud que pasaba, preguntó qué era lo que sucedía, y cuando le dijeron que Jesús de Nazaret estaba pasando por allí, comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!» Los que iban al frente lo reprendían para que se callara; pero él gritaba más aún: «¡Hijo de David, ten misericordia de mí!» Entonces Jesús se detuvo y mandó que lo llevaran a su presencia. Cuando el ciego llegó, Jesús le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?» Y el ciego respondió: «Señor, quiero recibir la vista.» Jesús le dijo: «Ya la has recibido. Tu fe te ha sanado.»
S. Lucas 18:35-42 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Cuando ya se encontraba Jesús cerca de Jericó, un ciego que estaba sentado junto al camino pidiendo limosna, al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. Le dijeron que Jesús de Nazaret pasaba por allí, y él gritó: —¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más todavía: —¡Hijo de David, ten compasión de mí! Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo cerca, le preguntó: —¿Qué quieres que haga por ti? El ciego contestó: —Señor, quiero recobrar la vista. Jesús le dijo: —¡Recóbrala! Por tu fe has sido sanado.
S. Lucas 18:35-42 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado.
S. Lucas 18:35-42 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y aconteció que al acercarse a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando. Al oír que pasaba una multitud, preguntaba qué era aquello. Y le informaron que pasaba Jesús de Nazaret. Entonces gritó, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y los que iban delante lo reprendían para que se callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Jesús se detuvo y ordenó que se lo trajeran; y cuando estuvo cerca, le preguntó: ¿Qué deseas que haga por ti? Y él dijo: Señor, que recobre la vista. Jesús entonces le dijo: Recibe la vista, tu fe te ha sanado.
S. Lucas 18:35-42 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Al acercarse Jesús a Jericó, un mendigo ciego estaba sentado junto al camino. Cuando oyó el ruido de la multitud que pasaba, preguntó qué sucedía. Le dijeron que Jesús de Nazaret pasaba por allí. Entonces comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!». «¡Cállate!», le gritaba la gente que estaba más adelante. Sin embargo, él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Cuando Jesús lo oyó, se detuvo y ordenó que le trajeran al hombre. Al acercarse el ciego, Jesús le preguntó: —¿Qué quieres que haga por ti? —Señor —le dijo—, ¡quiero ver! Jesús le dijo: —Bien, recibe la vista. Tu fe te ha sanado.